El Ayuntamiento permitirá la explotación del centro y la construcción de un hotel de cinco estrellas a cambio de la remodelación del complejo, que tambiíén tendrá una zona comercial.
Es uno de los edificios más emblemáticos del centro financiero de Madrid, gracias sobre todo al mural de su fachada, diseñado por el artista Joan Miró.
Construido en los años 60 y situado en el Paseo de la Castellana, frente al estadio Santiago Bernabíéu, el Palacio de Congresos de Madrid lleva cerrado dos años por el deficiente estado de sus instalaciones y porque no cumple las normas básicas de seguridad.
Pero el Ayuntamiento prevíé aprobar hoy un plan para remodelarlo por completo y, además, construir en su perímetro un hotel de lujo que podría tener hasta 23 plantas.
Según fuentes conocedoras de la operación, el Consistorio sacará a concurso la renovación del Palacio y la edificación del hotel sin que ello implique supuestamente coste alguno para el contribuyente: el adjudicatario deberá realizar las obras, valoradas en 86 millones de euros, a cambio de explotar todo el complejo.
Es decir, que la gestión del Palacio y del hotel estará en manos privadas aunque la titularidad del espacio seguirá siendo pública. "El papel del Estado debe ser promover diferentes tipos de turismo, pero habiendo la cantidad de operadores turísticos de enorme prestigio en nuestro país, lo más aconsejable es que lo gestionen ellos para alcanzar un producto puntero", explica un documento interno sobre la operación al que ha tenido acceso EXPANSIí“N.
Tanto el Ayuntamiento como el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, tambiíén muy implicado en el proceso, quieren que el nuevo Palacio sea un motor para captar turistas "sofisticados, rentables, con mayor valor añadido y más capacidad de gasto", por lo que una de las exigencias del pliego será que el hotel sea de cinco estrellas, "capaz de atender la demanda altamente especializada para la actividad de reuniones y congresos", según dicho documento.
En principio, la Administración supervisará la estíética y el modelo arquitectónico del proyecto, que en ningún caso afectará al mural de Miró. Las salas del nuevo edificio, pensadas sobre todo para acoger congresos profesionales y eventos multitudinarios, deberán contar con la tecnología más avanzada y las mejores prestaciones audiovisuales y de escenografía. Asimismo, el nuevo complejo tendrá que tener un servicio de restauración para al menos 1.800 comensales.
La superficie actual del Palacio es de 40.000 metros cuadrados, aunque desde el plan parcial de remodelación de 2001 se permite aumentarla hasta 47.000, un margen que podrá ser aprovechado por los constructores del hotel. Además, el espacio disponible para construir negocios "compatibles" (comercios, boutiques de alta gama, agencias de viajes, etcíétera) aumentará del 25% de la superficie total que hay actualmente hasta el 35%. Lo único que no podrá albergar ese espacio, según el pliego, serán grandes superficies comerciales, con el objetivo de que el Palacio no se convierta en una especie de centro comercial. "Se permitirán otros usos compatibles, pero el uso principal seguirá siendo el de congresos", advierte el informe.
Yago González