Contra todo pronóstico, Santander y, en menor medida, BBVA, están intentando alcanzar un acuerdo que evite que Reyal Urbis acabe en la que sería la segunda mayor liquidación de una promotora despuíés de la de Martinsa-Fadesa, según fuentes conocedoras de la situación. De nuevo estamos ante una carrera contrarreloj, ya que el plazo para alcanzar un acuerdo expira el próximo viernes 13 de marzo, aunque la promotora que preside Rafael Santamaría ha solicitado un aplazamiento al juzgado, petición a la que este todavía no ha respondido.
Ahora bien, el problema es que esta solución tampoco es ninguna panacea, puesto que los tíérminos propuestos por el promotor para resolver el concurso de acreedores implican que las entidades financieras asuman una quita en torno al 90%. No obstante, estos dos bancos consideran que, en el caso de ir a la liquidación, recuperarían todavía menos que ese 10%. En todo caso, las entidades que presiden Ana Botín y Francisco González están agotando todas las posibilidades para reducir su píérdida todo lo posible.
En esta pugna, algunos de los demás acreedores mantienen un prudente optimismo sobre la salvación de Reyal Urbis: "Si Santander empuja, los demás le seguirán", afirma una de las fuentes consultadas, que añade que la gran diferencia de este concurso con el de Martinsa es, precisamente, la presencia del primer banco español. En aquel caso, los principales acreedores eran Sareb, Caixa, Popular y Abanca (Novagalicia).
Sin embargo, otros acreedores tienen una posición que choca frontalmente con la de los dos grandes bancos. Se trata principalmente de Sareb, partidaria de ir a liquidación en la mayoría de los concursos de acreedores (aunque con llamativas excepciones). Esta situación no deja de ser paradójica por cuanto Santander es el principal accionista privado del banco malo –el mayor en tíérminos totales es el FROB–, por lo que en teoría podría hacer valer su posición en Sareb. Como es sabido, BBVA fue el único gran banco español que se negó a participar en íél. Tambiíén se oponen al intento de salvación –es decir, favorecen la liquidación de Reyal– La Caixa y Popular, que son asimismo accionistas del banco malo.
Botín contra Echegoyen
Sareb –que inicialmente formaba parte del steering committee, el grupo de los principales acreedores que negocia directamente con la empresa, pero despuíés lo abandonó– "ha estado torpedeando sistemáticamente todas las propuestas de Santamaría y las aproximaciones para alcanzar cualquier acuerdo", según otra de las fuentes. "El reto del Santander es doblar la mano de Jaime Echegoyen. Si lo consigue, Reyal se salvará; si no, se liquidará".
A la espera de la resolución de este pulso, la inmobiliaria ha dado un paso bastante extravagante, a decir de las fuentes, en este tipo de situaciones: dos días antes de presentar su propuesta de convenio, Santamaría citó a los bancos acreedores para proceder a un sorteo de los activos con que cuenta la inmobiliaria entre todos ellos. De esta forma, les ofrece la opción de 'salirse' con el lote que les ha tocado en suerte, que tambiíén implica una quita importantísima. Una posibilidad que algunas entidades están considerando, y de momento ninguna se ha adherido a la propuesta de convenio.
Estos activos han sido valorados por Jones Lang Lasalle y no siguen la llamada tasación ECO (la oficial establecida por Economía), a diferencia de Martinsa. Eso significa que estas valoraciones son algo "menos dolorosas" que las de los activos de la empresa de Fernando Martín, aunque teóricamente son más fiables al seguir la metodología más aceptada.
Un pasivo bancario de 3.100 millones
Reyal Urbis declaró el concurso de acreedores en febrero de 2013 despuíés de unas freníéticas negociaciones con la banca acreedora que no fructificaron porque Santamaría solicitaba más dinero (10 millones) para mantener la empresa en funcionamiento, despuíés de tres refinanciaciones (patadas hacia delante) de una deuda total de unos 3.800 millones, lo que la convierte en la segunda mayor suspensión de pagos de la historia de España tras la de Martinsa. Desde entonces, ha sido imposible alcanzar un acuerdo y, el pasado mes de enero, el promotor presentó la propuesta de convenio que ahora podría salir adelante.
El pasivo con las entidades de críédito asciende a unos 3.100 millones, dividido en un sindicado de 2.900 millones, un príéstamo participativo tambiíén sindicado de unos 200 y príéstamos bilaterales por 240 más. El principal acreedor es Sareb por los críéditos heredados de las distintas cajas nacionalizadas, con un total de 740 millones entre los tres tipos de deuda. Le sigue Santander con 525 millones. Con más de 300 aparecen Barclays y Royal Bank of Scotland, mientras que el ICO y Popular superan los 200. Por encima de 100 se encuentran el banco malo alemán (FMSW), Caixa Geral, BBVA y Shinsei, y CaixaBank tiene unos 80 millones. En la cola tambiíén se encuentra Hacienda, con una deuda de 450 millones.
Eduardo Segovia
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