La decisión de presentar el concurso de acreedores –como paso previo a la liquidación– de Banco Madrid este lunes cogió a todo el mundo por sorpresa, porque el escenario que se manejaba hasta el fin de semana era el de la venta de la entidad intervenida, ya que sus clientes y su patrimonio gestionado parecían apetitosos para los demás bancos privados. De hecho, el Gobierno se planteó su traspaso al FROB como todas las entidades nacionalizadas o intervenidas en la crisis salvo CCM, pero lo descartó. El motivo fue que nadie iba a embarcarse en esa compra sin tener cubierta la multa que impondrá el Gobierno de Estados Unidos a la entidad, y Luis de Guindos se negó asumir tamaña garantía.
Desde el momento en que llegó la denuncia del Tesoro norteamericano, el Banco de España se inclinó por la solución menos traumática para la entidad. No le quedaba más remedio que intervenirla despuíés de que Andorra hiciera lo propio con su matriz, BPA, ante la gravedad de las acusaciones de blanqueo de dinero para varias mafias. Pero inicialmente mantuvo en su puesto al consejo, aunque un día despuíés tuvo que tomar el control total. Del mismo modo, la opción preferida inicialmente era tratar de vender Banco Madrid, previa toma de control del mismo por el FROB.
Esta opción, teóricamente, no habría supuesto un coste para el contribuyente, puesto que Banco Madrid no tenía díéficit de solvencia; al contrario, poseía un fuerte exceso de capital, algo habitual en los bancos bajo control andorrano para dar garantías a sus clientes. Entre los propios empleados de la entidad y en el mundillo de la banca privada (gestión de elevados patrimonios), todo el mundo contemplaba esta posibilidad, dado que los 6.000 millones de euros gestionados y los 15.000 clientes (según cifras de la entidad) tienen un innegable valor para cualquier competidor con aspiraciones a crecer en España.
Sin embargo, Economía se encontró con una dificultad insalvable: de los sondeos iniciales entre los posibles interesados se deducía que nadie iba a embarcarse en esta operación sin que el Estado le garantizara la eventual sanción que puede imponer el Gobierno norteamericano. En principio, esta multa –que se estima en varios cientos de millones– sólo va dirigida contra BPA, pero Banco Madrid forma parte del patrimonio con que cuenta el banco andorrano para pagarla. Además, tampoco es descartable que el FinCEN (el organismo del Tesoro encargado de perseguir estos delitos) actúe contra la filial a la vista de las revelaciones sobre su papel en varios casos de presunto blanqueo.
Y esa garantía (algo parecido al esquema de protección de activos, EPA, que se ha otorgado en las ventas de CAM o Banco de Valencia) sí que correría a cargo de los contribuyentes, algo que no iba a tolerar jamás Cristóbal Montoro y que el propio Guindos consideraba tambiíén fuera de lugar. Aparte de por el coste en sí, el problema de imagen que suponía usar dinero público para rescatar un banco de 'ricos' de un paraíso fiscal en año electoral era inasumible por el Ejecutivo. Por tanto, no quedaba más salida que la liquidación.
Esto significa que es casi innecesaria la decisión del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid de conceder al FROB un plazo de 14 días para que decida entre la reestructuración y venta de la entidad o su resolución, puesto que esa decisión ya ha sido tomada por Economía, de quien depende el fondo de rescate bancario.
Intenciones menos confesables
Otras fuentes apuntan tesis más oscuras detrás de la liquidación del banco. Así, hay quien va más allá de la mala imagen que tendría una garantía con dinero público y plantea la 'buena' imagen de liquidar un banco, dada la animadversión generalizada de la opinión pública hacia el sector. "El Gobierno piensa que le dará votos liquidar un banco, máxime cuando está metido en asuntos sucios de blanqueo de dinero del crimen y evasión de impuestos a paraísos fiscales, y encima presentándolo como un ahorro de dinero para los contribuyentes", sostiene una de estas fuentes. "Además, al tratarse de un banco pequeño y manejable, puede proceder a una liquidación ordenada sin demasiados problemas".
Dentro de esta supuesta estrategia de imagen se incluiría la posibilidad de echar la culpa al 'clan Intermoney' de lo ocurrido en Banco Madrid, ya que su presidente era Josíé Píérez, expresidente de la agencia de valores 'socialista', y en el consejo se encontraba su protegida y exdirectora general del Tesoro con Zapatero, Soledad Núñez. Una presencia que permite a Guindos llamarse andana y evitar que le salpique el escándalo.
¿Por quíé Banco Madrid sí y las cajas no?
Ahora bien, la decisión tomada plantea un claro agravio comparativo con los rescates anteriores de entidades que tampoco eran sistíémicas (la única con esta consideración es Bankia). "Ahora resulta que en España se puede llevar a los bancos a concurso de acreedores. La cuestión es por quíé ahora sí y antes no, es decir, por quíé nos hemos gastado miles de millones en rescatar cajas quebradas que se podrían haber liquidado", plantea Andríés Herzog, abogado especializado en asuntos financieros de UPyD.
La explicación gubernamental para estos rescates es que salían más baratos que su liquidación, cosa que en teoría no ocurre en Banco Madrid por la necesidad de garantizar la multa de EEUU. Ahora bien, "esas cifras no son más que estimaciones que nadie sabe cómo se han calculado y que no están respaldadas por ninguna evidencia, mientras que el dinero público para el rescate es una realidad", añade Herzog.
Eduardo Segovia
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