Unos 27 países ya habían dicho que "sí" a China en su propuesta de un nuevo prestamista global, y ahora se han unido el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Asiático de Desarrollo (ADB por sus siglas en inglíés). La creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglíés) despierta inquietud en Estados Unidos.
Este prestamista, financiado en su mayoría por China, cuenta con 50.000 millones de dólares, y pretende financiar a países en desarrollo. Prevíé iniciar sus operaciones a finales de 2015, lo que solivianta a Estados Unidos, que teme un incremento de la presencia de China a nivel internacional. A pesar de la oposición de Washington, aliados como Australia, Japón y Corea del Sur tambiíén se plantean apoyar a Pekín.
Gran Bretaña fue el primer país occidental en apoyar esta iniciativa, que en primer tíérmino despertó dudas generalizas. Francia, Alemania e Italia se sumaron despuíés.
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