La familia Benetton ha puesto el cartel de ‘se vende’ a la antigua Aldeasa, la actual World Duty Free (WDF) que opera entre otras las tiendas libres de impuestos de la red de aeropuertos de Aena. La operación se encamina a su recta final con tres empresas colocadas en la 'pole position' para una eventual compra, como son la china Sunrise, la coreana Lotte y la suiza Dufry. La venta estaba prevista para el cierre del presente mes de marzo si bien la acumulación de ofertas competidoras podría retrasar el acuerdo a lo largo de esta primavera.
El precio de la eventual transacción no ha trascendido ante las cautelas con que se manejan las negociaciones, si bien medios conocedores del negocio del travel retail apuntan como referencia el actual precio de mercado de la compañía cuantificado en 2.800 millones de euros. Word Duty Free está cotizada en el índice FTSE MIB de la Bolsa italiana y gestiona cerca de 550 establecimientos en más de cien aeropuertos de 20 países, entre los que se incluyen de manera preferente los de España y el Reino Unido. La facturación conjunta asciende a los 2.400 millones de euros con una cifra de beneficios de 41 millones en 2014.
World Duty Free está embarcada desde hace meses en un proceso interno de reestructuración que tiene clara relación con los planes de venta recientemente desvelados. El grupo trata de situar su principal base de operaciones en Londres lo que ha llevado a plantear un ERE con extinción de contratos en sus oficinas centrales de Madrid. El ajuste afectaría a 49 trabajadores de los 368 que conforman la plantilla de su cuartel general en España. En conjunto, la empresa heredera de la empresa pública Aldeasa da trabajo en nuestro país a un total de 2.000 trabajadores.
El contrato con Aena
El control mayoritario de WDF pertenece a la familia Benetton a travíés de su holding Schema 34 SRL, que controla el 51,10 del capital. Entre otros accionistas de referencia figura el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, con poco más del 5%. El free float se eleva al 32,8%. El objetivo inicial apuntaba a una desinversión parcial que permitiera asegurar a los actuales propietarios una participación cercana al 30%, pero los operadores que han mostrado su interíés por la compañía quieren asegurarse una posición de dominio que ha persuadido al conocido grupo empresarial italiano a vender la totalidad de la empresa.
El futuro comprador deberá subrogarse en las obligaciones que el operador de retail aeroportuario asumió tras ganar el concurso de Aena a finales de 2012 cuando World Duty Free echó el resto para mantener el privilegiado status quo protagonizado por Aldeasa como aliado preferente de la empresa estatal que recientemente ha sido colocada en bolsa. WDF tuvo que elevar su oferta para elevar el importe del canon pagado a Aena por la explotación de las tiendas libres de impuestos que fue establecido en el 37% frente al 27% existente en los viejos contratos entre ambas entidades.
La oferta implicaba además un upfront payment o anticipo de 280 millones de euros, aparte de los 1.600 millones de euros que han de ser abonados a Aena en un plazo de siete años. Estos importes se justificaban con un ambicioso plan de negocio respaldado por unas ventas anuales de 700 millones de euros, un objetivo que en los primeros años de la nueva relación comercial se ha demostrado demasiado posibilista para la empresa provocando entre otras medidas el cese de su anterior consejero delegado, Josíé María Palencia.
Las culpas al empedrao
Los responsables de WDF trataron de trasladar sus errores de cálculo bajo responsabilidad de Aena culpando al gestor aeroportuario de haber incumplido las expectativas de tráfico aíéreo sobre las que estaba cimentada la propuesta ganadora del concurso de las duty free. El Gobierno y la Abogacía del Estado han salido rápidamente en defensa de la compañía que preside Josíé Manuel Vargas desmontando las reclamaciones del operador de las tiendas y abocando a la compañía de la familia Benetton a un pleito en los tribunales que perderá toda virtualidad si la empresa cambia ahora de manos.
Las estadísticas oficiales sobre la evolución de los aeropuertos españoles son el mejor bálsamo para que el futuro dueño de WDF pueda dar carpetazo a un asunto donde los intereses en juego empiezan a estar claramente superados en el tiempo. No en vano, la red de Aena viene experimentando un crecimiento continuo en los últimos 16 meses y acumulan en los dos primeros meses de 2015 un total de 22,9 millones de pasajeros, lo que supone una mejora del 5,7% respecto al mismo periodo de 2014. En este mismo bimestre se han efectuado 235.889 operaciones, entre aterrizajes y despegues, con un crecimiento interanual del 3,7%.
La tendencia creciente experimentada de manera especial por los dos grandes aeropuertos españoles de Barajas y el Prat y el repunte más acusado de los vuelos internacionales son dos referencias que inciden favorablemente tambiíén en beneficio de las tiendas de WDF. Los eventuales propietarios de la compañía tienen en España un punto de apoyo esencial que actúa como factor diferencial de competitividad, por lo que no parece que un pleito con Aena tenga ahora muchos visos de íéxito. Máxime si los iniciales promotores del conflicto han abandonado la empresa o están a punto de hacerlo.
Josíé Antonio Navas
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