ELMUNDO.ES/JUAN EMILIO MAíLLO
MADRID.- Toda crisis lleva aparejada una consolidación de empresas. Los más fuertes triunfan y los díébiles acaban engullidos por sus competidores. Ha pasado en otras crisis de la historia –el último gran proceso en el sector financiero se vivió en los años 80- y se está repitiendo ahora.
El presidente del Gobierno, Josíé Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado que es "probable" que se produzcan fusiones en España en el sector financiero. Pero la realidad es que es más que una probabilidad. En marcha está ya la desaparición de cuatro entidades financieras: Banco de Castilla, Banco de Galicia, Banco de Críédito Balear y Banco de Vasconia. Todas ellas van a ser engullidas por su matriz, el Banco Popular (-0.24 / -3.02%), que mantendrá como única filial al Banco de Andalucía.
El Popular tiene convocada Junta Extraordinaria de Accionistas para el próximo 10 de noviembre con el fin de aprobar esta operación, que dejará por debajo de 70 el número de bancos que opera en España.
En el lado bancario, la caída del valor de la totalidad de las sociedades que cotizan en Bolsa alienta que se produzcan adquisiciones, sobre todo de bancos de menor tamaño. A salvo parecen Santander (-0.28 / -2.72%) y BBVA (-0.27 / -2.47%), sobre todo por la dificultad existente en estos momentos para encontrar fondos con los que comprar unas entidades cuyo valor de mercado es hoy de 63.000 y 40.000 millones de euros. Pero en el Ibex hay bancos, como Bankinter (+0.23 / +2.65%), que apenas valen 3.600 millones.
Aunque sin duda donde más movimientos se prevíén es en las cajas de ahorros. En el País Vasco el movimiento se ha iniciado con la integración de BBK y Kutxa, del que ha quedado fuera, por el momento, la alavesa Vital.
Pero los vientos de fusiones tambiíén soplan en Castilla y León, donde se mira a dos de las grandes de la región, Caja Duero y Caja España. E incluso en Valencia. En la región se comenta que la unión de Bancaja y la alicantina CAM puede llegar en 2009.
Es algo que a la patronal de las cajas, la CECA, no le preocupa en absoluto. Es más, recientemente su presidente, Juan Ramón Quintás, tras recordar que años atrás el número de cajas superaba las 80, dijo que sería normal que pasados unos meses hubiese menos cajas de ahorros que las 45 actuales.
