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El Senado francíés comienza hoy el debate de un políémico proyecto económico impulsado por el Gobierno y criticado por varios sectores de la sociedad.
La ampliación de cinco a 12 del número de domingos laborales al año en el país para favorecer a los grandes centros comerciales y otros establecimientos, constituye uno de sus aspectos más cuestionados, ya que supondría poner fin a una conquista histórica de los trabajadores: la semana laboral de 35 horas.
Arduos debates y ánimos políticos exaltados caracterizaron el paso por la Asamblea Nacional de la denominada Ley sobre la Actividad y el Crecimiento en febrero pasado.
En aquel momento, el primer ministro, Manuel Valls, decidió acogerse al artículo 49.3 de la Constitución ante la dificultad para alcanzar una mayoría de votos, cuando todo apuntaba a que, incluso diputados por el gubernamental Partido Socialista (PS), se opondrían.
El mismo le da la facultad de aprobar un texto de ley sin necesidad de tener la anuncia de la Asamblea. En este caso se trató de la mencionada iniciativa, conocida informalmente como proyecto de ley Macron, en referencia al nombre del ministro de Economía, Emmanuel Macron.
Las críticas se dispararon tras el anuncio. La conservadora Unión Movimiento Popular, de Nicolás Sarkozy, presentó una mencionada moción de censura que fue votada el 19 de febrero.
La moción obtuvo 234 votos, por debajo de los 289 (la mayoría absoluta) que, de haberse logrado, hubiera provocado la dimisión del gobierno. La decisión significó la adopción en primera lectura del proyecto.
La última vez que un Gobierno galo recurrió a ese recurso constitucional fue en 2006, cuando el entonces primer ministro Dominique de Villepin lo usó para sacar adelante su proyecto de ley de igualdad de oportunidades y su políémico contrato laboral para los jóvenes.
El propio presidente Franí§ois Hollande era uno de los críticos de ese atajo constitucional, cuando estaba al frente del PS.
Todavía no se ha definido el desenlace de esa iniciativa que según sus defensores intenta reactivar la economía, pero que durante su estancia de más de tres semanas en la Asamblea impulsó críticas y protestas de diferentes sectores de la sociedad e incluso en las filas del PS.
Expertos opinan que el costo político del capítulo Macron ya es palpable, pues puso de relieve evidentes divergencias en el gubernamental PS. Durante los días que estíé en el Senado tambiíén se esperan protestas. La votación del proyecto está prevista para el 6 de mayo.