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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, aseguró antes de partir de Rusia que las sanciones de Occidente contra el país eurasiático no conducen a nada, y condenó ese tipo de represalias.
Al conversar con medios de prensa sobre las contramedidas del Kremlin, que limitan las importaciones desde Estados Unidos y sus aliados europeos, Canadá y Australia, la estadista recordó que esta situación obliga a Rusia a adquirir alimentos en otras regiones, incluida Amíérica Latina.
La víspera, durante las conversaciones sostenidas con su par, Vladimir Putin, primero en formato reducido y despuíés al frente de las respectivas delegaciones, Fernández ponderó el próximo aniversario 70 de la Victoria sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial.
Insistió, "como ciudadana del mundo" en "el aporte invalorable que tuvo el Ejíército soviíético en la lucha y la derrota del nazismo".
Ante la prensa, la mandataria agradeció el "apoyo histórico" de Rusia a Buenos Aires en el tema de las Malvinas para que el Reino Unido cumpla la resolución de Naciones Unidas e inicie un diálogo sobre ese diferendo con Argentina.
Fernández coincidió con Putin en la necesidad de respetar el derecho internacional y el multilateralismo, con Naciones Unidas como centro coordinador.
Nuevamente agradeció al Kremlin el apoyo en la lucha de Argentina contra los denominados capitales buitres, y explicó que su país trabaja junto a otras naciones en la redacción de un acuerdo internacional sobre la restructuración de la deuda soberana.
En el plano político, la líder argentina reiteró el apoyo de su país al cumplimiento de los acuerdos de Minsk sobre el conflicto ucraniano, firmados el 12 de febrero último.
Significó Fernández que este año se conmemora el aniversario 130 de las relaciones ruso-argentinas. Lo conmemoramos de manera muy particular, con la firma del acuerdo de asociación estratíégica integral que hemos rubricado, comentó.
Simultáneamente, hemos firmado una multiplicidad de convenios y acuerdos en diversas esferas, desde algo tan importante como la construcción de la represa e hidroelíéctrica de Chihuido I, agregó.
La mandataria destacó que más de cuatro mil 400 megavatios de electricidad en su país son de origen ruso, y consideró que existe una larga tradición entre ambos países en la producción y generación energíética.
Consideró como paso estratíégico la firma de otro documento para con respaldo de Rusia construir el sexto bloque de la central electronuclear de Atucha.
Resaltó Fernández que Argentina es uno de los líderes de esta esfera en Latinoamíérica, y que además es firmante del Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en la región, y de las salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Los objetivos de nuestro programa nuclear son absolutamente pacíficos, concluyó.