Por... Sergio Parra
Una de las cosas que más parezca nos da cuando nos proponemos embarcar en nuestro próximo vuelo, además de las colas, los controles de seguridad y los retrasos, es el check in del equipaje. El equipaje se desplaza por esa cinta transportadora, le decimos adiós con la mano y, en nuestro fuero interno, tememos que no volveremos a verla. Y es que a casi todo el mundo que conozco le han perdido el equipaje en alguna ocasión.
Pero la sensación de que quizá no volveremos a ver nuestro equipaje se esfuma si acudimos al aeropuerto el aeropuerto de Kansai, en Osaka. A pesar de sus dimensiones (cuenta con la terminal más larga del mundo, de 1,7 kilómetros), este aeropuerto ha sido distinguido por por Skytrax por su eficacia y gestión de los equipajes. Hasta el punto de que, desde su inauguración en 1994, en este aeropuerto jamás se ha extraviado un equipaje. Parece un cuento de hadas, pero es verdad.
El aeropuerto de Kansai, además, es un lugar tan impresionante que incluso puede incluirse en nuestra visita turística a Japón. No en vano, el aeropuerto está construido sobre una isla artificial de 4 kilómetros de longitud y 1 de anchura diseñada a prueba de terremotos y tifones por el arquitecto italiano Renzo Piano. Por ello, en 2001, el aeropuerto fue premiado como uno de los diez "Monumentos de la ingeniería civil del milenio" por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles.
Aproximadamente 21 millones de metros cúbicos de bloques de hormigón fueron utilizados de relleno, excavados de tres montañas. La obra empleó una mano de obra de aproximadamente 10.000 trabajadores, y 10 millones de horas de trabajo a lo largo de 3 años.