EFE
Adrií Calatayud
Olvidados ya los temores surgidos tras la catástrofe de la central atómica de Fukushima (Japón) de 2011, China reafirmó esta semana su apuesta por el sector nuclear como principal alternativa energíética a los combustibles fósiles.
El gigante asiático, que actualmente tiene 23 centrales operativas, anunció que pondrá en marcha este año ocho de las 26 plantas que está construyendo, mientras que dará luz verde al inicio de las obras de entre seis y ocho instalaciones más.
Las autoridades chinas, presionadas por una contaminación que cada vez levanta más ampollas entre la ciudadanía, consideran que este año es crucial en su apuesta por la energía nuclear.
"El 2015 es un año importante en el que China reiniciará su programa nuclear despuíés de la crisis de Japón", dijo el presidente de la Asociación de la Energía Nuclear de China, Zhang Huazhu, durante una feria del sector celebrada esta semana en Pekín.
El tsunami que siguió a un terremoto el 11 de marzo de 2011 y que azotó la central de Fukushima no solo provocó uno de los mayores accidentes nucleares de la historia, sino que fue un jarro de agua fría para los planes del Gobierno chino de potenciar esta fuente de energía para moderar sus emisiones de gases contaminantes.
Despuíés de Fukushima llegó una moratoria al programa nuclear chino, para examinar la seguridad de las plantas existentes y proyectadas, que acabó el mes pasado, cuando el gobierno concedió licencias a la construcción de dos nuevos reactores.
"Se tuvieron que hacer mejoras en los diseños, pero se están volviendo a aprobar centrales, algunas ya planificadas, y se están reactivando todos esos planes", explicó a Efe Tamara París, representante de la empresa española Equipos Nucleares (ENSA) en la feria de la industria nuclear de Pekín.
De esa revisión salió una estrategia oficial que aspira a alcanzar una capacidad de generación elíéctrica de 58 gigavatios desde los aproximadamente 20 gigavatios que tiene en la actualidad.
Más adelante, China podría aumentar su capacidad hasta unos 150 gigavatios en 2030 y "mucho más" en 2050, según la ficha del país que publica la Asociación Nuclear Mundial en su página web.
En el Gobierno chino "lo tienen bastante claro, no tienen más que asomarse fuera y ver la nube que hay encima de Pekín y otras grandes ciudades debido a la generación de energía con carbón: la energía nuclear forma parte de la solución", dijo a Efe el director del negocio nuclear de la empresa española Tíécnicas Reunidas, Manuel Casanova.
Con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China de 2013 (los últimos disponibles), el carbón cubre el 66 % de la demanda energíética, por delante del petróleo (18,4 %) y el gas natural (5,8 %).
Además, a raíz del histórico acuerdo entre China y Estados Unidos sobre el cambio climático alcanzado el pasado mes de noviembre, el país asiático se comprometió a que en 2030 un 20 % de su energía procederá de fuentes limpias y renovables (entre las que las autoridades chinas incluyen a la nuclear).
La energía nuclear representa en la actualidad el 2,4 % de la generación total de electricidad, según la Asociación de la Energía Nuclear de China, que ve un enorme potencial de crecimiento en el sector.
Así lo entiende tambiíén el Gobierno chino, que dentro de su ambicioso plan de expansión de la energía nuclear ha incorporado los primeros reactores de diseño nacional (el modelo Hualong 1), desarrollados por dos compañías estatales y que este mes recibieron las primeras licencias de construcción.
Pekín ya ha firmado acuerdos de exportación de esta tecnología, de modo que el ímpetu de la apuesta nuclear china acabará llegando a países como Argentina, Pakistán, Reino Unido, Sudáfrica o Rumanía.