EFE
El Grupo Lena, la empresa portuguesa a la que la Justicia relaciona con el caso Sócrates, lamentó hoy el daño causado a su reputación despuíés de que uno de sus administradores fuera detenido la semana pasada.
En declaraciones enviadas a medios lusos, los gestores de la compañía denunciaron "los perjuicios en Portugal y en el extranjero" provocados en su imagen por ser protagonistas de la investigación, aunque por el momento admiten que no ha afectado a su actividad.
El Grupo Lena, con intereses en diferentes sectores como agua, residuos y energía, cuenta con más de 2.500 trabajadores repartidos en más de una decena de países, entre ellos Colombia, España, Míéxico y Venezuela.
Según filtraciones del caso publicadas por la prensa, la compañía se encuentra en el punto de mira del juez y el fiscal encargados del proceso debido a la presunta existencia de pagos al ex primer ministro socialista Josíé Sócrates a cambio de su intermediación para conseguir contratos en el extranjero.
Inicialmente la firma se vio salpicada por este escándalo de corrupción por la detención de un antiguo directivo, Carlos Santos Silva, amigo personal de Sócrates y del que se sospecha que ejercía de testaferro de su fortuna a travíés de varias cuentas bancarias, algunas de ellas abiertas en Suiza.
Santos Silva fue arrestado apenas unas horas antes que el que fuera jefe del Gobierno luso entre 2005 y 2011, el pasado mes de noviembre, y se encuentra en prisión preventiva desde entonces.
El pasado jueves, la Fiscalía informó además de que tambiíén procedió a la detención de uno de los actuales administradores del Grupo Lena, Joaquim Barroca Rodrigues -hijo del fundador y hermano del actual consejero delegado-, despuíés de registrar la sede de la empresa.
Barroca es sospechoso de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción activa, por lo que los tribunales decretaron para íél prisión preventiva.