El increíble poder de la mente
http://pensamientospoderosos111.blogspot.com.ar/2015/01/el-increible-poder-de-la-mente.html El poder de la mente trabaja para nosotros en una forma que desafía cualquier explicación
Cada vez que oímos o leemos algo nuevo, desconocido para nosotros, se desperezan cíélulas que estaban dormidas en nuestro cerebro. La segunda vez que tropezamos con aquella idea nueva, la comprendemos un poquito mejor. Las cíélulas movidas comienzan a trabajar la idea, y al poco tiempo se hace la luz en nuestra mente, o sea, que aceptamos la idea, la adoptamos y la ponemos en práctica automáticamente. Así es como vamos despertando, aprendiendo, evolucionando y adelantando.
Todo el día y toda la noche estamos pensando una infinidad de cosas distintas. Pasa por nuestra mente una especie de película cinematográfica constante, aunque desconectada.
El poder de la mente trabaja para nosotros en una forma que desafía cualquier explicación. Los científicos observan este poder en acción en condiciones de laboratorio, y se preguntan que ocurre en realidad. Este poder empieza a hacer milagros en cuanto se sepa que lo poseemos.
Desplazar objetos pequeños con la mente, es en realidad una distorsión de los beneficios reales de ese poder. El 90% de su poder opera de forma que no produce ni calor ni frío, ni luz ni movimiento. Produce necesidades para la supervivencia del hombre a travíés de las leyes de atracción y de repulsión. Trabaja más bien a travíés de la inteligencia y de la conciencia. Cruza grandes distancias, atraviesa muros y paredes, y salva ocíéanos.
Todos estamos dotados de esta asombrosa energía. Ella se nos ha manifestado incipientemente cuando, por ejemplo, nos encontramos a una persona en la que estamos pensando, o cuando presentimos algo que luego sucede, lo que los escíépticos en estos casos atribuyen a la casualidad, no es sino una manifestación mínima de la tremenda energía del “poder de la menteâ€.
Un creciente volumen de pruebas respalda lo que estos y otros míédicos saben por experiencia: Los pacientes con espíritu de lucha parecen tener más probabilidades de recuperarse que los que se han rendido a su enfermedad.
No es necesario hacer esfuerzos sobrehumanos, es un proceso natural, eso sí hay que poner de nuestra parte.