PROYECCIONES ASTRALES
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En muchos textos religiosos antiguos, las descripciones de la muerte son similares a las experiencias extracorpóreas (EEAC). ¿Significa esto que durante una EEAC es posible viajar al país de la muerte?.
Comúnmente se cree que sí uno ha tenido una experiencia exterior al cuerpo -una EEAC- no le queda ninguna duda acerca de la supervivencia despuíés de la muerte; que, de hecho, una EEAC es una especie de muerte en pequeño, con la única diferencia de que uno tiene la posibilidad de retornar de nuevo al cuerpo.
El luto, de George Edgar Hicks, muestra a unos padres llorando sobre el cuerpo de su hija, mientras el alma de íésta vuela en dirección al cielo
Algunos pasajes de literatura religiosa parecen confirmar esta similitud entre la muerte y la EEAC. De algunos fragmentos de la Biblia podría deducirse que la muerte es allí descrita como la rotura de «un cordón de plata» que une el «otro» cuerpo al cuerpo físico, como por ejemplo se menciona en Eclesiastíés 12.
En los siglos XIX y XX los primeros que empezaron a escribir sobre la psique se valieron de esta referencia y de sus equivalentes en antiguos escritos hindúes, como los Upanisad, para dar más peso a sus descripciones de sus propias EEAC, donde el alma, dentro de otro cuerpo hecho de un material muy sutil desconocido para la ciencia occidental, se movía independientemente del cuerpo físico.
A este respecto, resulta interesante la experiencia del profesor A. J. Ellison, ex presidente de la Society for Psychical Research. En los años cincuenta, y basándose en las indicaciones contenidas en el libro de S. Muldoon y H. Carrington The Projection of the Astral Body (La proyección del cuerpo astral), intentó afanosamente tener una experiencia EEAC. Todos los procedimientos se basaban en estar echado en la cama sobre la espalda y utilizar la voluntad o la imaginación de maneras diversas. El principio consistía en liberar al cuerpo astral del cuerpo físico (del dominio del cuerpo físico), por ejemplo imaginándose a uno mismo, en el cuerpo astral, dando vueltas alrededor de un eje que va de la cabeza a los pies, u observando primero el techo, despuíés la pared, despuíés el suelo y finalmente la otra pared. Otros míétodos consistían en imaginar, justo en el momento de dormirse, que uno se estaba elevando, y decirse a sí mismo que en un momento dado del sueño uno se despertaría en plena proyección astral. Había un tercer míétodo que consistía en irse a la cama muy sediento, imaginarse a uno mismo yendo a la cocina para beber agua y preprogramarse para despertar en plena proyección astral, justo en el momento de llegar junto al grifo.
Ellison aporta el siguiente relato: “Durante todo un mes estuve probando estos míétodos. Cada noche al acostarme dedicaba una hora a llevarlos a cabo. La primera señal que notíé fue el estado catalíéptico: me sentía incapaz de mover un músculo. Muldoon y Carrington decían que se trataba del estado que normalmente precede a la experiencia. Utilicíé mi voluntad -o mi imaginación- para elevarme flotando, y la experiencia fue bastante fascinante. Me sentía como si estuviera en el barro, en el fondo de un río, y como si el agua fuera infiltrándose paulatinamente en el barro, reduciendo su viscosidad, de modo que fui transportado hacia arriba por el agua. Lentamente sentí que me desplazaba hacia lo alto, aún en estado catalíéptico, como un globo soltado de sus amarras. Alcancíé el techo y flotíé a travíés de íél; despuíés atravesíé el tejado y pude ver el cielo, las nubes y la luna. Aumentíé mi ‘fuerza de voluntad’ (o ‘imaginación’), y mi velocidad de ascenso hacia el cielo aumentó. Aún ahora recuerdo claramente el sonido del viento, silbando entre mis cabellos. Desde que me había acostado hasta el momento en que lleguíé a este punto no había tenido ninguna píérdida de la conciencia. Finalmente todo se esfumó y me encontríé de nuevo en la cama. Inmediatamente anotíé con gran detalle toda la experiencia y recordíé que había leído un relato de un escritor francíés, llamado Yram, que narraba tambiíén experiencias similares de viajes hacia el cielo.â€
Ilustración de William Blake sobre el poema La Tumba de Robert Blair, el alma del hombre agonizante es representada, sorprendentemente, como una mujer
Ilustración de William Blake sobre el poema La Tumba de Robert Blair, el alma del hombre agonizante es representada, sorprendentemente, como una mujer
El Cordón de Plata
Reflexionando despuíés sobre ello le pareció una experiencia bastante inútil. Cualquier persona sensata diría que todo había sido un sueño. Así que decidió que la próxima vez sería distinto. El «manual» decía que el estado catalíéptico desaparecería cuando la proyección fuera del cuerpo sobrepasara «el campo de la acción de la cuerda», y el «proyectante» tuviera libertad para moverse. «El campo de acción de la cuerda» significaba, según Muldoon, que el distanciamiento del cuerpo tenía que ser suficientemente grande como para reducir el «cordón de plata» -que conecta los cuerpos astral y físico del sujeto- a un hilo finísimo. Las «fuerzas vitales» que fluyen a travíés de ella quedarían entonces limitadas al mínimo, y la catalepsia desaparecería. Sería entonces posible pasear por la ciudad, examinar un escaparate nunca visto antes, memorizar su contenido, retornar al cuerpo, escribirlo todo, y al día siguiente comprobar la descripción. Si esto salía bien, seguro que nadie se atrevería a sugerir que todo había sido un sueño, especialmente si se les daba la descripción antes de comprobarla, y aún más si ellos mismos, antes del experimento, escogían un escaparate para llevar a cabo la experiencia.
Así es que Ellison lo intentó de nuevo: “Esta vez sólo tardíé tres o cuatro noches en poder repetir la proyección. No obstante, cuando estaba a la altura del techo me paríé en mi movimiento vertical y cambiíé de dirección. Aún en estado catalíéptico flotíé horizontalmente, con los pies por delante, hacia la ventana de la habitación. Flotando suavemente a travíés del marco de la ventana, intentaba describir una ligera parábola, bajando hacia el cíésped, donde esperaba quedar fuera del ‘campo de acción de la cuerda y poder empezar la verdadera tarea de recoger pruebas. No ocurrió así. Cuando había pasado la ventana y empezaba a descender hacia el cíésped tuve una de las experiencias más intrigantes de mi vida. Sentí dos manos que me cogían la cabeza y me conducían de nuevo hacia el dormitorio y hacia dentro del cuerpo. No oí ni vi nada. Llegado a este punto me encontríé con que durante el día estaba tan cansado por no haber dormido lo suficiente, que tuve que abandonar los experimentos. Desde ese momento no he tenido nunca más la oportunidad de repetirlos.â€
De la experiencia de Ellison cabe deducir, en primer lugar, que el estar echado de espaldas en la cama, concentrándose en una idea concreta, constituye un míétodo para conseguir un autíéntico trance autohipnótico. En segundo lugar, como el sujeto esperaba -y por lo tanto se había autosugestionado que su experiencia fuera como la descrita en el libro, se puso en estado catalíéptico. Si no hubiera tenido previamente esta idea, tal vez no le hubiera ocurrido. En tercer lugar, como estaba esperando flotar verticalmente hacia arriba, esto fue lo que ocurrió. Otras personas, que hicieron el experimento con una idea distinta de lo que iba a ocurrir, no se pusieron en estado catalíéptico, y a veces «abandonaron el cuerpo» horizontalmente, por la cabeza o por un lado. Generalmente, a un sujeto adecuado que se encuentre en un trance profundo la sola sugestión de que se moverá dentro de un cuerpo sutil hacia otras partes del mundo físico, le basta para producir este efecto. Muchas personas son capaces de tener una EEAC tras haber sido sugestionadas en estado hipnótico. Así pues, ¿ven realmente el mundo físico normal? En realidad, no; pues no tienen dominio sobre sus ojos físicos. Entonces, ¿quíé es lo que experimentan? Seguramente una reconstrucción dramatizada de un recuerdo del mundo físico…
A veces el mundo físico visto en una EEAC no se corresponde mucho con la realidad. Puede que se añadan cosas con significado simbólico, como por ejemplo rejas en las ventanas para evitar la huida, o una especie de luminosidad en torno a los objetos. Muldoon afirma que es posible despertarse de un sueño corriente al observar una incongruencia y encontrarse proyectado: por ejemplo, que los adoquines del pavimento no están dispuestos en la dirección correcta. A menudo existen diferencias vitales respecto a las experiencias del mundo físico: todo el entorno se convierte en un «país de verano» -según la expresión espiritista-, incluidas algunas personas «desencarnadas».
Una miniatura de principios del siglo XIX del Bhagavata-Purana de India. Narra la historia de Usha, que solía experimentar «sueños voladores». Al divisar los lugares que describía, se pudo comprobar la exactitud de su información
Una miniatura de principios del siglo XIX del Bhagavata-Purana de India. Narra la historia de Usha, que solía experimentar «sueños voladores». Al divisar los lugares que describía, se pudo comprobar la exactitud de su información
La Proyección de Un Doble
Uno de los mejores casos de una proyección «normal» en un «doble mundo físico» es el que relata la míédium Eileen Garrett en su autobiografía. Allí describe cómo proyectó a su «doble» desde una habitación de Nueva York a un lugar de Terranova, concretamente al domicilio del míédico que había planeado el experimento. Escribe que podía «ver» el jardín y el mar, las flores y la casa, que podía oler la sal del aire y escuchar los pájaros. Dentro de la casa -seguía siendo consciente de que su cuerpo estaba en aquella habitación de NuevaYork, y era capaz de hablar con la gente que había allí- observó cómo el doctor bajaba las escaleras y entraba en su estudio. Tambiíén íél era un psíquico, y se dio cuenta de su presencia. Ella obedeció a sus instrucciones y describió a los experimentadores que se hallaban en Nueva York los objetos que había encima de la mesa. Tambiíén describió un vendaje que el doctor de Terranova llevaba en la cabeza. El doctor le contó en voz alta que era el resultado de un accidente que había sufrido aquella misma mañana. Entonces íél se acercó a la estantería, y ella supo telepáticamente que estaba pensando en un libro determinado. í‰l lo cogió, se lo enseñó para que pudiera ver el título y despuíés leyó en silencio para sí mismo un párrafo que había escogido al azar. Ella lo iba recibiendo todo telepáticamente. (El libro trataba sobre Einstein.) El experimento continuó de la misma manera. Todo fue puesto por escrito en Nueva York y mandado por correo a Terranova aquella misma tarde. A la mañana siguiente se recibió un telegrama del doctor, donde describía el accidente que había sufrido antes del experimento y la forma del vendaje. «Todo lo que habíamos escrito -dice Eileen Garrett- concordaba perfectamente.»
Otra persona que experimentó EEAC con regularidad fue Robert Monroe. Sus «proyecciones», sin embargo, no eran de tan gran alcance como las de Eileen Garrett, y en algunos aspectos eran distintas. Monroe analiza las fases preliminares que experimentó y proporciona suficientes detalles como para permitir que otras personas utilicen su míétodo y obtengan experiencias semejantes.
Una característica interesante de algunas de las EEAC de Monroe era que de vez en cuando sentía como si fuera parcial o totalmente «otra persona». Esto es una diferencia básica respecto a los relatos de muchos otros sujetos, que aseguran haber tenido una doble conciencia -es decir, que eran conscientes tanto en la forma proyectada como en el cuerpo físico en reposo-, y que incluso algunas veces se habían producido discusiones entre ambas personalidades.
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EL PLANO ASTRAL
Según la famosa H.P. Blavatsky, cuando el estudiante de ocultismo actualiza la vista astral, ya no ve en el prójimo tan sólo el aspecto externo, sino que casi exactamente coextensivo con el cuerpo físico denso distingue con toda claridad el doble etíéreo o parte sutil del cuerpo físico. Tambiíén resulta evidente la circulación por todo el cuerpo en rosada luz del fluido vital que absorbe y especializa y eventualmente irradia la persona sana. Más brillante y lo que más facilmente se percibe de todo, es el verdadero cuerpo astral en forma de aura que con sus vívidos y siempre cambiantes fulgores crómicos denota las emociones, sentimientos, afectos y deseos que de momento en momento predominan en el ánimo de un hombre.
Para hablar de los viajes astrales lo primero que debemos conocer es el plano astral.
El primer concepto que ha de evidenciarse para describirlo, es su absoluta realidad, debemos entender que los habitantes son reales en el mismo concepto que lo son nuestros cuerpos, muebles, casas, carros, etc. El nombre de los Planos considerados en orden de materialidad desde el más denso al más sutil son físico, astral, mental, búdico, nirvánico, monádico y ádico (estos dos últimos están más lejos).
La región astral es el segundo de los siete planos de nuestro sistema solar. Muchos habitantes del mundo astral tienen la maravillosa propiedad de mudar de forma con protíérica rapidez y de fascinar a los que escogen para divertirse con ellos.
La visión del mundo astral es muy diferente y mucho más amplia que la visión física. En el plano astral se ven los objetos de todos lados a la vez, y el interior de un sólido es tan visible como la superficie. El plano astral es el inmediatamente superior al físico.
El cordón de plata está ligado permanentemente y es capaz de extenderse hacia el infinito entre el cuerpo físico y el cuerpo sutil. Es de forma cilíndrica, plateado, luminoso, resistente, elástico y flexible. El cordón de plata sólo se rompe al instante de la muerte.
PROYECCIONES ASTRALES02¿QUIEN PUEDE HACER VIAJES ASTRALES?
La proyección astral no es sólo un privilegio de los iniciados, pero tampoco se justifica una vida desordenada, abandonada a los instintos más bajos y materialista que le impidan al espíritu desarrollarse, lo que buscamos es una proyección astral que nos permita la evolución personal y el conocimiento del universo.
Se recomienda tener una vida equilibrada. Tomar de cada cosa lo justo y lo mejor, agregarle una pizca de fíé, de respeto por los otros y dos gotas de serenidad. Filtrar los excesos, como la arrogancia, la mentalidad consumidora y condimíéntelo con hojas de interioridad.
Se aconseja tambiíén la meditación, yoga y la práctica del zen. Las dietas pobres en productos animales y ricas en alimentos completos como las legumbres. La respiración controlada y la masticación prolongada así como los ayunos son favorables. No se aconseja los estimulantes como las drogas, las bebidas alcohólicas y los cigarillos que perturban los chakras y bloquean la comunicación natural entre el cuerpo físico y el plano sutil.