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Autor Tema: PROYECCIONES ASTRALES  (Leído 696 veces)

Scientia

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PROYECCIONES ASTRALES
« en: Mayo 11, 2015, 07:41:36 pm »
PROYECCIONES ASTRALES

 

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PROYECCIONES ASTRALES

En muchos textos religiosos antiguos, las descripciones de la muerte son similares a las experiencias extracorpóreas (EEAC). ¿Significa esto que durante una EEAC es posible viajar al paí­s de la muerte?.

Comúnmente se cree que sí­ uno ha tenido una experiencia exterior al cuerpo -una EEAC- no le queda ninguna duda acerca de la supervivencia despuíés de la muerte; que, de hecho, una EEAC es una especie de muerte en pequeño, con la única diferencia de que uno tiene la posibilidad de retornar de nuevo al cuerpo.



El luto, de George Edgar Hicks, muestra a unos padres llorando sobre el cuerpo de su hija, mientras el alma de íésta vuela en dirección al cielo


Algunos pasajes de literatura religiosa parecen confirmar esta similitud entre la muerte y la EEAC. De algunos fragmentos de la Biblia podrí­a deducirse que la muerte es allí­ descrita como la rotura de «un cordón de plata» que une el «otro» cuerpo al cuerpo fí­sico, como por ejemplo se menciona en Eclesiastíés 12.

En los siglos XIX y XX los primeros que empezaron a escribir sobre la psique se valieron de esta referencia y de sus equivalentes en antiguos escritos hindúes, como los Upanisad, para dar más peso a sus descripciones de sus propias EEAC, donde el alma, dentro de otro cuerpo hecho de un material muy sutil desconocido para la ciencia occidental, se moví­a independientemente del cuerpo fí­sico.

A este respecto, resulta interesante la experiencia del profesor A. J. Ellison, ex presidente de la Society for Psychical Research. En los años cincuenta, y basándose en las indicaciones contenidas en el libro de S. Muldoon y H. Carrington The Projection of the Astral Body (La proyección del cuerpo astral), intentó afanosamente tener una experiencia EEAC. Todos los procedimientos se basaban en estar echado en la cama sobre la espalda y utilizar la voluntad o la imaginación de maneras diversas. El principio consistí­a en liberar al cuerpo astral del cuerpo fí­sico (del dominio del cuerpo fí­sico), por ejemplo imaginándose a uno mismo, en el cuerpo astral, dando vueltas alrededor de un eje que va de la cabeza a los pies, u observando primero el techo, despuíés la pared, despuíés el suelo y finalmente la otra pared. Otros míétodos consistí­an en imaginar, justo en el momento de dormirse, que uno se estaba elevando, y decirse a sí­ mismo que en un momento dado del sueño uno se despertarí­a en plena proyección astral. Habí­a un tercer míétodo que consistí­a en irse a la cama muy sediento, imaginarse a uno mismo yendo a la cocina para beber agua y preprogramarse para despertar en plena proyección astral, justo en el momento de llegar junto al grifo.

Ellison aporta el siguiente relato: “Durante todo un mes estuve probando estos míétodos. Cada noche al acostarme dedicaba una hora a llevarlos a cabo. La primera señal que notíé fue el estado catalíéptico: me sentí­a incapaz de mover un músculo. Muldoon y Carrington decí­an que se trataba del estado que normalmente precede a la experiencia. Utilicíé mi voluntad -o mi imaginación- para elevarme flotando, y la experiencia fue bastante fascinante. Me sentí­a como si estuviera en el barro, en el fondo de un rí­o, y como si el agua fuera infiltrándose paulatinamente en el barro, reduciendo su viscosidad, de modo que fui transportado hacia arriba por el agua. Lentamente sentí­ que me desplazaba hacia lo alto, aún en estado catalíéptico, como un globo soltado de sus amarras. Alcancíé el techo y flotíé a travíés de íél; despuíés atravesíé el tejado y pude ver el cielo, las nubes y la luna. Aumentíé mi ‘fuerza de voluntad’ (o ‘imaginación’), y mi velocidad de ascenso hacia el cielo aumentó. Aún ahora recuerdo claramente el sonido del viento, silbando entre mis cabellos. Desde que me habí­a acostado hasta el momento en que lleguíé a este punto no habí­a tenido ninguna píérdida de la conciencia. Finalmente todo se esfumó y me encontríé de nuevo en la cama. Inmediatamente anotíé con gran detalle toda la experiencia y recordíé que habí­a leí­do un relato de un escritor francíés, llamado Yram, que narraba tambiíén experiencias similares de viajes hacia el cielo.”

Ilustración de William Blake sobre el poema La Tumba de Robert Blair, el alma del hombre agonizante es representada, sorprendentemente, como una mujer
Ilustración de William Blake sobre el poema La Tumba de Robert Blair, el alma del hombre agonizante es representada, sorprendentemente, como una mujer

El Cordón de Plata

Reflexionando despuíés sobre ello le pareció una experiencia bastante inútil. Cualquier persona sensata dirí­a que todo habí­a sido un sueño. Así­ que decidió que la próxima vez serí­a distinto. El «manual» decí­a que el estado catalíéptico desaparecerí­a cuando la proyección fuera del cuerpo sobrepasara «el campo de la acción de la cuerda», y el «proyectante» tuviera libertad para moverse. «El campo de acción de la cuerda» significaba, según Muldoon, que el distanciamiento del cuerpo tení­a que ser suficientemente grande como para reducir el «cordón de plata» -que conecta los cuerpos astral y fí­sico del sujeto- a un hilo finí­simo. Las «fuerzas vitales» que fluyen a travíés de ella quedarí­an entonces limitadas al mí­nimo, y la catalepsia desaparecerí­a. Serí­a entonces posible pasear por la ciudad, examinar un escaparate nunca visto antes, memorizar su contenido, retornar al cuerpo, escribirlo todo, y al dí­a siguiente comprobar la descripción. Si esto salí­a bien, seguro que nadie se atreverí­a a sugerir que todo habí­a sido un sueño, especialmente si se les daba la descripción antes de comprobarla, y aún más si ellos mismos, antes del experimento, escogí­an un escaparate para llevar a cabo la experiencia.

Así­ es que Ellison lo intentó de nuevo: “Esta vez sólo tardíé tres o cuatro noches en poder repetir la proyección. No obstante, cuando estaba a la altura del techo me paríé en mi movimiento vertical y cambiíé de dirección. Aún en estado catalíéptico flotíé horizontalmente, con los pies por delante, hacia la ventana de la habitación. Flotando suavemente a travíés del marco de la ventana, intentaba describir una ligera parábola, bajando hacia el cíésped, donde esperaba quedar fuera del ‘campo de acción de la cuerda y poder empezar la verdadera tarea de recoger pruebas. No ocurrió así­. Cuando habí­a pasado la ventana y empezaba a descender hacia el cíésped tuve una de las experiencias más intrigantes de mi vida. Sentí­ dos manos que me cogí­an la cabeza y me conducí­an de nuevo hacia el dormitorio y hacia dentro del cuerpo. No oí­ ni vi nada. Llegado a este punto me encontríé con que durante el dí­a estaba tan cansado por no haber dormido lo suficiente, que tuve que abandonar los experimentos. Desde ese momento no he tenido nunca más la oportunidad de repetirlos.”

De la experiencia de Ellison cabe deducir, en primer lugar, que el estar echado de espaldas en la cama, concentrándose en una idea concreta, constituye un míétodo para conseguir un autíéntico trance autohipnótico. En segundo lugar, como el sujeto esperaba -y por lo tanto se habí­a autosugestionado que su experiencia fuera como la descrita en el libro, se puso en estado catalíéptico. Si no hubiera tenido previamente esta idea, tal vez no le hubiera ocurrido. En tercer lugar, como estaba esperando flotar verticalmente hacia arriba, esto fue lo que ocurrió. Otras personas, que hicieron el experimento con una idea distinta de lo que iba a ocurrir, no se pusieron en estado catalíéptico, y a veces «abandonaron el cuerpo» horizontalmente, por la cabeza o por un lado. Generalmente, a un sujeto adecuado que se encuentre en un trance profundo la sola sugestión de que se moverá dentro de un cuerpo sutil hacia otras partes del mundo fí­sico, le basta para producir este efecto. Muchas personas son capaces de tener una EEAC tras haber sido sugestionadas en estado hipnótico. Así­ pues, ¿ven realmente el mundo fí­sico normal? En realidad, no; pues no tienen dominio sobre sus ojos fí­sicos. Entonces, ¿quíé es lo que experimentan? Seguramente una reconstrucción dramatizada de un recuerdo del mundo fí­sico…

A veces el mundo fí­sico visto en una EEAC no se corresponde mucho con la realidad. Puede que se añadan cosas con significado simbólico, como por ejemplo rejas en las ventanas para evitar la huida, o una especie de luminosidad en torno a los objetos. Muldoon afirma que es posible despertarse de un sueño corriente al observar una incongruencia y encontrarse proyectado: por ejemplo, que los adoquines del pavimento no están dispuestos en la dirección correcta. A menudo existen diferencias vitales respecto a las experiencias del mundo fí­sico: todo el entorno se convierte en un «paí­s de verano» -según la expresión espiritista-, incluidas algunas personas «desencarnadas».

Una miniatura de principios del siglo XIX del Bhagavata-Purana de India. Narra la historia de Usha, que solí­a experimentar «sueños voladores». Al divisar los lugares que describí­a, se pudo comprobar la exactitud de su información
Una miniatura de principios del siglo XIX del Bhagavata-Purana de India. Narra la historia de Usha, que solí­a experimentar «sueños voladores». Al divisar los lugares que describí­a, se pudo comprobar la exactitud de su información

La Proyección de Un Doble

Uno de los mejores casos de una proyección «normal» en un «doble mundo fí­sico» es el que relata la míédium Eileen Garrett en su autobiografí­a. Allí­ describe cómo proyectó a su «doble» desde una habitación de Nueva York a un lugar de Terranova, concretamente al domicilio del míédico que habí­a planeado el experimento. Escribe que podí­a «ver» el jardí­n y el mar, las flores y la casa, que podí­a oler la sal del aire y escuchar los pájaros. Dentro de la casa -seguí­a siendo consciente de que su cuerpo estaba en aquella habitación de NuevaYork, y era capaz de hablar con la gente que habí­a allí­- observó cómo el doctor bajaba las escaleras y entraba en su estudio. Tambiíén íél era un psí­quico, y se dio cuenta de su presencia. Ella obedeció a sus instrucciones y describió a los experimentadores que se hallaban en Nueva York los objetos que habí­a encima de la mesa. Tambiíén describió un vendaje que el doctor de Terranova llevaba en la cabeza. El doctor le contó en voz alta que era el resultado de un accidente que habí­a sufrido aquella misma mañana. Entonces íél se acercó a la estanterí­a, y ella supo telepáticamente que estaba pensando en un libro determinado. í‰l lo cogió, se lo enseñó para que pudiera ver el tí­tulo y despuíés leyó en silencio para sí­ mismo un párrafo que habí­a escogido al azar. Ella lo iba recibiendo todo telepáticamente. (El libro trataba sobre Einstein.) El experimento continuó de la misma manera. Todo fue puesto por escrito en Nueva York y mandado por correo a Terranova aquella misma tarde. A la mañana siguiente se recibió un telegrama del doctor, donde describí­a el accidente que habí­a sufrido antes del experimento y la forma del vendaje. «Todo lo que habí­amos escrito -dice Eileen Garrett- concordaba perfectamente.»

Otra persona que experimentó EEAC con regularidad fue Robert Monroe. Sus «proyecciones», sin embargo, no eran de tan gran alcance como las de Eileen Garrett, y en algunos aspectos eran distintas. Monroe analiza las fases preliminares que experimentó y proporciona suficientes detalles como para permitir que otras personas utilicen su míétodo y obtengan experiencias semejantes.

Una caracterí­stica interesante de algunas de las EEAC de Monroe era que de vez en cuando sentí­a como si fuera parcial o totalmente «otra persona». Esto es una diferencia básica respecto a los relatos de muchos otros sujetos, que aseguran haber tenido una doble conciencia -es decir, que eran conscientes tanto en la forma proyectada como en el cuerpo fí­sico en reposo-, y que incluso algunas veces se habí­an producido discusiones entre ambas personalidades.

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EL PLANO ASTRAL

Según la famosa H.P. Blavatsky, cuando el estudiante de ocultismo actualiza la vista astral, ya no ve en el prójimo tan sólo el aspecto externo, sino que casi exactamente coextensivo con el cuerpo fí­sico denso distingue con toda claridad el doble etíéreo o parte sutil del cuerpo fí­sico. Tambiíén resulta evidente la circulación por todo el cuerpo en rosada luz del fluido vital que absorbe y especializa y eventualmente irradia la persona sana. Más brillante y lo que más facilmente se percibe de todo, es el verdadero cuerpo astral en forma de aura que con sus ví­vidos y siempre cambiantes fulgores crómicos denota las emociones, sentimientos, afectos y deseos que de momento en momento predominan en el ánimo de un hombre.

Para hablar de los viajes astrales lo primero que debemos conocer es el plano astral.

El primer concepto que ha de evidenciarse para describirlo, es su absoluta realidad, debemos entender que los habitantes son reales en el mismo concepto que lo son nuestros cuerpos, muebles, casas, carros, etc. El nombre de los Planos considerados en orden de materialidad desde el más denso al más sutil son fí­sico, astral, mental, búdico, nirvánico, monádico y ádico (estos dos últimos están más lejos).

La región astral es el segundo de los siete planos de nuestro sistema solar. Muchos habitantes del mundo astral tienen la maravillosa propiedad de mudar de forma con protíérica rapidez y de fascinar a los que escogen para divertirse con ellos.

La visión del mundo astral es muy diferente y mucho más amplia que la visión fí­sica. En el plano astral se ven los objetos de todos lados a la vez, y el interior de un sólido es tan visible como la superficie. El plano astral es el inmediatamente superior al fí­sico.

El cordón de plata está ligado permanentemente y es capaz de extenderse hacia el infinito entre el cuerpo fí­sico y el cuerpo sutil. Es de forma cilí­ndrica, plateado, luminoso, resistente, elástico y flexible. El cordón de plata sólo se rompe al instante de la muerte.

PROYECCIONES ASTRALES02¿QUIEN PUEDE HACER VIAJES ASTRALES?

La proyección astral no es sólo un privilegio de los iniciados, pero tampoco se justifica una vida desordenada, abandonada a los instintos más bajos y materialista que le impidan al espí­ritu  desarrollarse, lo que buscamos es una proyección astral que nos permita la evolución personal y el conocimiento del universo.

Se recomienda tener una vida equilibrada. Tomar de cada cosa lo justo y lo mejor, agregarle una pizca de fíé, de respeto por los otros y dos gotas de serenidad. Filtrar los excesos, como la arrogancia, la mentalidad consumidora y condimíéntelo con hojas de interioridad.

Se aconseja tambiíén la meditación, yoga y la práctica del zen. Las dietas pobres en productos animales y ricas en alimentos completos como las legumbres. La respiración controlada y la masticación prolongada así­ como los ayunos son favorables. No se aconseja los estimulantes como las drogas, las bebidas alcohólicas y los cigarillos que perturban los chakras y bloquean la comunicación natural entre el cuerpo fí­sico y el plano sutil.
« Última modificación: Mayo 11, 2015, 07:42:47 pm por Scientia »



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Re: PROYECCIONES ASTRALES
« Respuesta #1 en: Mayo 11, 2015, 07:43:48 pm »
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TIPOS DE VIAJES ASTRALES

Viajes Astrales Colectivos:

Se pueden hacer cadenas en cí­rculos (con personas realmente preparadas) y con fines de amor, curación o humaní­sticos. (son muy usuales en las curaciones metafí­sicas).  Para realizar viajes astrales colectivos, hay que tener compatibilidad sicológica, astrológica, sintoní­a y entrenamiento.

Viajes Astrales Inconscientes:

Los viajes astrales inconscientes son los que se hacen sin preparación para el desdoblamiento. Normalmente esto se efectúa cuando la persona tiene mucho interíés o una gran preocupación por algo. Estos viajes astrales son los menos traumatizantes, pero tambiíén los menos fecundos, porque ellos se diluyen en el olvido. Asimismo, por intermedio de los sueños podemos viajar a mundos diferentes a lo terrestre, fuera de íéste planeta.

Viajes Astrales Conscientes:

Los viajes astrales conscientes son aquellos que se efectuan despuíés que la persona se ha preparado y planifica hacia donde va y cuales son sus objetivos como la curación, la investigación, salidas a otros mundos, etc.

Viajes Astrales Inducidos o por Hipnosis:

Los viajes astrales por hipnosis deben ser inducidos por personas profesionales en la materia. Dichos profesionales harán llegar al inducido a diferentes niveles de profundidad siguiendo la orden del desdoblamiento.

PREPARACION PARA HACER VIAJES ASTRALES

La práctica de la salida astral comienza meses antes de su realización efectiva. Sólo un organismo y un espí­ritu bien entrenado por las tíécnicas preparatorias podrá llegar a su objetivo, protegido y con la certeza de no haber vencido un simple y banal episodio de sugestión. Es esencial el aprender el arte de la relajación, y la respiración controlada, la concentración, la visualización, la memoria, y la proyección de la voluntad. Todas estas prácticas son importantes de desarrollarlas para tener una salida astral real y efectiva.

Relajación:

La relajación implica la eliminación total de toda contracción muscular, toda tensión del cuerpo y del espí­ritu. Cómo relajarse?  Acuestese sobre su espalda, sobre un espacio rí­gido pero confortable, ponga las palmas de sus manos hacia arriba. No debe haber ni mucho frí­o, ni mucho calor, al menos para comenzar, tampoco debe estar afligida por dolores o atormentarse por deseos fisiológicos. Partiendo de la punta de sus pies trate de visualizar todos sus nervios y sus músculos; comenzando por el pie izquierdo, contracte sus músculos uno despuíés de otro y ascienda progresivamente por todo el largo de su cuerpo y luego descontráctelo. Su tensión, su negatividad se descargaran. Usted se siente bien, sus pensamientos desfilan por usted, dulcemente, sin tratar de retenerlos. Usted está en calma y sereno y su cuerpo se siente más pesado como si el se hundiera…dejelo ir. Termine el ejercicio moviendose lentamente y estirandose. Luego sentirás una sensación de calma y de buen humor, que le permitirá enfrentar con optimismo la fatiga y las contrariedades.

Respiración:

La respiración está ligada al concepto mismo de la vida. Un hombre en buen estado de salud, registra aproximadamente 24.000 ciclos respiratorios por dí­a. Según las teorí­as orientales, cuando respiramos no absorbemos solamente el aire y gases, absorbemos tambiíén el prana o energí­a cósmica (etíérica), esa que los curanderos canalizan en los cuerpos enfermos, para comunicarles la energí­a vital y combatir la enfermedad. En el mundo occidental, nosotros respiramos mal, esta negligencia puede ser la causa de una mala oxigenación de la sangre y por consiguiente una baja de funciones cerebrales. La capacidad de concentrarse y estudiar se reduce  porque las energí­as son insuficientes. Como la respiración afecta la psiquis, el estado fí­sico negativo afecta el ritmo  respiratorio. En los momentos crí­ticos; cuando estamos bajo stress o miedo, una respiración correcta, lenta, ejecutada por la nariz será el mejor de los medicamentos.

Concentración:

La concentración es el arte de aislarse de las influencias exteriores, enfocando su atención sobre cualquier cosa, persona u objeto para evitar al espí­ritu vagabundear. Como hay demasiadas ideas en nuestro espí­ritu debemos estar claros y seleccionar una que estíé asociada al objeto escogido, para que la visión sea lo más clara y completa.  La concentración no es un sinónimo de esfuerzo violento, de rabia o de tensión, es el resultado de la atención de la perseverancia y del dominio del “Yo”. Trate de suspender por algunos segundos su actividad mental; usted descubrirá cómo el pensamiento es indisciplinado e inestable. Busque un lugar tranquilo donde usted pueda estar seguro que nadie lo perturbará. Relájese y controle su respiración. Encienda una luminaria y ubí­quela a 3 o 4 cm., frente a usted; a nivel de sus ojos. Siíéntese confortablemente, la espalda recta, visualice la llama de la luminaria y trate de poner su mente en blanco. Al principio una multitud de pensamientos tumultuosos trataran de perturbar su espí­ritu, pero usted los vencerá, dejándolos simplemente desfilar. Progresivamente y a medida que va perdiendo el contacto con la realidad, esos pensamientos se irán desapareciendo. Una sensación de agradable ligereza sí­quica, junto a un adormecimiento del cuerpo lo irá invadiendo, creando en sí­, un estado de inmaterialidad.

Visualización:

La visualización es ver algo o a alguien a travíés del espí­ritu. Es una tíécnica que puede facilitar la concentración; pero dependiendo de una práctica constante. Es necesario clasificar o seleccionar nuestros pensamientos, de inmovilizarlos y de fijar nuestra atención durante algunos 10 segundos sobre una imágen construida por nuestro espí­ritu. La creatividad y el control mental son ingredientes indispensables de la visualización; que de por sí­ es una realización efectiva.

Memoria y Voluntad:

Para reforzar la voluntad, debemos alimentarla haciendo y atendiendo objetivos diferentes. Los ejercicios para esto son innumerables. Ponga atención a sus hábitos y elimine los negativos. Programe su dí­a y esfuercese en cumplir con lo prometido. Controle su impulsividad y lo que usted considere que son sus defectos para que pueda mejorar su vida interior. Ponga a trabajar su determinación sobre los pequeños obstáculos de su vida cotidiana. Protíéjase y proteja a los que están cerca de usted por un invisible escudo de amor, cuando ande en la calle, de viaje, en los momentos difí­ciles de la existencia. Construya sus victorias sobre sus deseos, focalice su atención sobre el objeto deseado; en armoní­a con su interior, visualí­celo con toda la intensidad que pueda. Reciba la entereza y diga mi fuerza de voluntad es poderosa.

Todo el mundo sabe que las personas más sabias, las más fuertes interiormente y las más involucradas en el mundo esotíérico; son aquellas que más han sufrido. Pero si usted ha tenido la suerte de no haber sufrido, deberá reforzar su espí­ritu de otra manera. Los ascetas y los Santos sabí­an que el renunciamiento voluntario a las tentaciones fortifican al individuo. El yoga enseña a adquirir la fuerza interior; a controlar las emociones, actos, pensamientos, las palabras así­ como las funciones fí­sicas y fisiológicas de órganos normalmente  independientes de la voluntad. Todo lo podemos resumir en una sola palabra: moderación.

Aprendamos a ser dueños de nuestros sentimientos y deseos, en un mundo que nos agrede constantemente por sus publicidades y sus ruidos.

En un siguiente articulo expondremos tíécnicas de como hacer un viaje astral