EFE
La firma estadounidense Procter & Gamble (P&G), el mayor fabricante del mundo de productos para el hogar e higiene personal, cerrará en el próximo año la última fábrica que tenía en Puerto Rico, lo que supondrá el despido de unos 230 empleados.
La compañía tiene previsto cesar sus operaciones en la isla en un plazo de entre nueve y doce meses, según confirmó hoy a Efe Anelsie Ramos, gerente de comunicación de P&G Puerto Ricom a travíés de unas declaraciones escritas.
"P&G está rediseñando y consolidando su cadena de suministros de Norteamíérica para mejorar el servicio a los consumidores y clientes comerciales y reducir costos", lo que incluye "el establecimiento de facilidades multicategoría más grandes para estar más cerca de los consumidores y clientes comerciales a los que servimos", explicó.
Como resultado, "y luego de un estudio y análisis detallado, P&G ha decidido cerrar su planta de Cayey, Puerto Rico, la cual emplea aproximadamente 230 empleados de P&G, dentro de los próximos nueve a doce meses".
La fábrica se encuentra en la localidad de Cayey y allí se realiza la fabricación de los productos Olay, para el cuidado de la piel.
La intención del grupo estadounidense, que hoy subió en bolsa un 0,6 %, es trasladar la actividad al estado de Carolina del Norte, como parte de un plan de reestructuración más amplio y que ofrecerá a parte de los empleados su reubicación en otras plantas.
"La decisión no es, de ninguna manera, un reflejo del desempeño de los empleados", añadió la portavoz, quien dijo que la compañía "reconoce y agradece a cada uno de los empleados de Cayey por su compromiso con la excelencia operacional de la planta por los pasados 41 años".
Según dijo, "nuestra intención es hacer todo lo posible para que los empleados de Cayey tengan una transición personal exitosa", al tiempo que "algunos empleados podrían tener la oportunidad de transferirse a otras localizaciones de P&G, mientras que a los que no se transfieran se les ofrecerán paquetes de separación competitivos".
Esta noticia se suma a otros cierres que se han venido produciendo en los últimos años de fábricas de compañías estadounidenses en territorio puertorriqueño a raíz del fin de ciertos incentivos fiscales, lo que contribuyó a que la isla cayera en una recesión en la que lleva sumida casi una díécada.
Por ello, el Gobierno local se esfuerza en atraer inversión extranjera y diversificar su sector manufacturero, muy dependiente del ámbito farmacíéutico.
P&G, que está considerado el mayor anunciante de EE.UU. (con un presupuesto de unos 2.700 millones de dólares el año pasado invertidos en publicidad) mantendrá las oficinas comerciales que tiene operativas en Guaynabo, a las afueras de San Juan.
El cierre anunciado hoy es un paso más de reducción de la presencia de la compañía en la isla durante los últimos años. En 1996 ya cerró una planta en la localidad de Manatí y en 2009 acometió otros recortes de personal.
En paralelo, la compañía tambiíén anunció esta semana que ampliará con una inversión de más de 400 millones de dólares, su fábrica de producción de papel en Utah, tras la obtención de un importante críédito fiscal por parte de las autoridades de ese estado estadounidense.
