Por… Wim Dierckxsens
El impacto de un proyecto keynesiano de esta índole depende, en última instancia, de su encadenamiento posterior con la economía. En la fase de su construcción los proyectos generan empleo y estimulan la actividad económica. La base de su financiamiento suele ser el críédito. Si estas rutas se concluyen han de estimular la economía. Las expectativas políticas de construir rutas ferroviarias de alta velocidad son muy altas que conducirán a un fuerte desarrollo económico. Una revisión de la literatura al respecto y los resultados empíricos que presentan revelan lo contrario, a menudo y sobre todo para trenes de alta velocidad entre ciudades, señalan que el despilfarro de recursos es el resultado final. Estas inversiones son, en otras palabras inversiones improductivas (Vea, John Preston, The Impact of High Speed Trains on Socio-Economic Activity,
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http://www.hsr.ca.gov ). De acuerdo a un estudio de NCPA (High Speed Rail Negative,
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http://debate-central.ncpa.org), los trenes de alta velocidad en China tendrían un problema adicional, debido al alto costo para el usuario común, hecho que obliga a China a subsidiarlo por bastante tiempo y tal vez para siempre. La Academia de Ciencias de China pidió al gobierno de Bejín de reconsiderar sus planes para la construcción de redes con trenes de alta velocidad.
Es obvio que el proyecto de la “Ruta Seda†significará un mayor endeudamiento y en este caso no solo de China, sino tambiíén de todos los países que participan en ello. No solo los gobiernos buscarán críédito para este megaproyecto, sino tambiíén los bancos y la empresa privada. La deuda pública de un país no es el único componente del endeudamiento en torno a la ruta de seda. La ´deuda total´ incluye la deuda pública, la deuda de instituciones financieras, la deuda empresarial y puede incluir hasta la deuda de los hogares que apuestan al proyecto. Entre 2007 y 2014 la deuda de China se cuadriplicó de acuerdo con los datos de un informe de McKinsey Global Institute (
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http://www.mckinsey.com). La deuda total de China a mediados de 2014 alcanzó los $28 billones de dólares frente a $7 billones en 2007. Comparado con el PIB del país, la deuda total de China alcanzaba 282% en 2014, un nivel parecido a la de Alemania y EEUU y la media mundial que alcanzó el 286% del Producto Mundial. La deuda total del Reino Unido y de Japón supera incluso 500%.
Entre 2007 y 2014 la deuda global pasó de 142 a 199 billones de dólares, un aumento de 17%. Son sobre todo los países centrales donde más aumenta la deuda. La deuda de Irlanda aumentó en 170%, la de Grecia y Portugal en más de 100%, la de España en más de 70%, la de Francia, Bíélgica, Holanda, Finlandia y Japón en más de 60% y la de Italia y Suecia en más de 50%. Desde 2007, la deuda pública y privada de China aumentó en 400%, o sea, se cuadriplicó. De acuerdo con los datos del mencionado informe de McKinsey, lo anterior se debe sobre todo a la burbuja inmobiliaria que podrá explotar en cualquier momento.
El riesgo potencial del ascenso rápido de la deuda de China, que representa un tercio del aumento en la deuda global desde 2007, es el colapso en la burbuja inmobiliaria. McKinsey calcula que si la mitad de los príéstamos relacionados con el mercado inmobiliario serían incobrables y perdiesen el 80% de su valor la deuda pública aumentaría de 55% a 79% del PIB para rescatar los bancos. Lo anterior significaría una baja significativa en la tasa de crecimiento del país, lo que a su vez implica más endeudamiento como se manifiesta en el megaproyecto de la ´Ruta Seda´.
El endeudamiento se torna el instrumento único para la acumulación. La investigación acadíémica muestra que endeudamiento suele estar asociado con un menor crecimiento económico y altos riesgos de crisis financieras. Las cadenas de críédito se tornan cada vez más largas con re-aseguramientos y con una distribución de riesgos cada vez menos transparentes. A partir de 2008 las corporaciones a mundial nivel han dependido casi exclusivamente del críédito no bancario, incluyendo fondos de pensiones, compañías de seguro, programas de leasing, etc., al tiempo que los príéstamos bancarios se redujeron. El valor de los bonos corporativos desde 2007 creció con $4.3 billones de dólares comparado con $1.2 billones entre 2000 y 2007. El endeudamiento a escala mundial es requisito para continuar la economía globalizada. Con ello aumenta la volatilidad de los mercados, la fragilidad de los mercados financieros y amenaza una crisis financiera global con profundas recesiones que pueden llegar ser catastróficos (Vea,www.mckinsey.com/~/media/McKinsey/dotcom/Insights/Economic%20Studies/Deb...">
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Suerte en sus vidas…