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Con una ceremonia menos faraónica, pero igual de fastuosa, Egipto inaugurará a principios de agosto próximo su segundo canal inter marítimo, construido en tiempo ríécord, anunció hoy aquí el director del ente administrador.
Varios jefes de Estado, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin, con el cual su homólogo egipcio Abdel Fattah El Sisi tiene estrechas relaciones, han aceptado la invitación para asistir a la inauguración.
El dragado de la nueva vía, en la que el Gobierno del presidente Abdel Fattah El Sisi deposita grandes esperanzas de reanimación económica, fue realizado con una emisión de bonos cuya adquisición estuvo limitada a inversores nacionales.
La limitación tiene el evidente propósito de evitar que grandes intereses trasnacionales tengan poder de decisión en el destino y los usos del flamante canal, en el cual aún trabajan en tres turnos diarios modernas máquinas de dragado, constató Prensa Latina en un recorrido.
Las labores de dragado están programadas para concluir a mediados del mes próximo, precisó el general Mujab Mamish, director de la Autoridad del Canal de Suez, quien añadió que la obra estaba programada para concluirse en tres años, "pero el presidente El Sisi pidió que se terminara en uno".
Hemos cumplido nuestro compromiso con el país y con el presidente El Sisi, dijo el funcionario, quien recordó que en la zona aledaña al paso marítimo está planeado construir un área de desarrollo económico.
El nuevo canal colinda con el norte de la península de Sinaí donde el Ejíército combate a grupos armados islamistas que buscan la reposición del derrocado expresidente Mohamed Morsi a travíés de atentados dinamiteros y ataques armados que han causado más de mil bajas a las fuerzas gubernamentales.
Localizado en el norte de Egipto, el nuevo canal disminuirá la espera para el cruce entre los mares Rojo y Mediterráneo en ambas direcciones, razón de ser del anterior, inaugurado en 1869 en una ceremonia faraónica a la que asistió la emperatriz francesa Eugenia de Montijo, cónyuge de Napoleón III.
El 26 de julio de 1956, el canal, con una extensión de 163 kilómetros entre Port Said e Ismailia, pasando por la gobernación que le da nombre, fue nacionalizado por el extinto presidente Gamal Abdel Nasser y detonó una invasión militar de Gran Bretaña, Francia e Israel.
La decisión de nacionalizar el canal fue adoptada por Nasser, un líder árabe de influencia regional, fue adoptada despuíés que potencias occidentales rehusaron aportar fondos para la Gran Represa de Asuán, obra vital para administrar las crecidas del río Nilo y dar mejor uso a sus aguas.
El ataque de ambas potencias e Israel fue detenido poruna advertencia de la Unión Soviíética, que dio un ultimátum para la retirada de las tropas invasoras.