El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está dispuesto a compensar a los funcionarios en la recta final de la legislatura, como adelantó EXPANSIí“N el 17 de junio.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está dispuesto a compensar a los funcionarios en la recta final de la legislatura. El líder del Ejecutivo, tras el duro golpe que sufrió el Partido Popular en las últimas elecciones municipales y autonómicas, ha encargado al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, que estudie si es posible compensar a los empleados públicos por los recortes que han sufrido durante la crisis. Como adelantó EXPANSIí“N el pasado miíércoles 17 de julio, Hacienda está estudiando devolverles en metálico la paga extra que se les eliminó en 2012 para evitar el rescate y poner fin a la congelación del sueldo de los funcionarios, imitando las subidas salariales que los sindicatos y la patronal ya han pactado en la negociación colectiva durante los próximos años en el sector privado.
Uno de los síntomas que demuestran que es posible que haya un cambio en la política de la función pública en los próximos meses es que Hacienda convocó hace dos semanas, justo tras el 24M, a los sindicatos que representan a la función pública -CSIF, CCOOy UGT- con una hoja de ruta sobre la mesa clara: el objetivo es que los empleados públicos recuperen el poder adquisitivo perdido durante la crisis. Rajoy ha encargado a Montoro que estudie los posibles escenarios, que tendrán que encajar con las exigencias de estabilidad presupuestaria. Los funcionarios de Hacienda ya están haciendo cálculos para evaluar el impacto de las medidas de mejora salarial en las administraciones, aunque desde el Ministerio reconocen que será el líder del Ejecutivo el que tenga la última palabra.
Durante el próximo mes se celebrarán reuniones intensivas entre los sindicatos y el Gobierno central para evaluar las reclamaciones de un colectivo de cerca de tres millones de personas. De hecho, este lunes han comenzado las reuniones y se prevíé que terminen en una mesa general de la función pública a mediados de julio. El PP es consciente de que no puede renunciar a tres millones de votantes potenciales tras los resultados de los comicios municipales. Los populares han perdido cuatro millones de votos entre las elecciones generales de 2011, cuando obtuvieron 10,8 millones de sufragios, y las locales del 24M, cuando sólo obtuvieron 6,04 millones de apoyos.
Fuentes de Hacienda consultadas por este periódico reconocen que las medidas que el presidente del Gobierno ha encargado a Montoro que estudie son "generosas". Además de la devolución de la paga extra de 2012 -que inicialmente se anunció que se iba a devolver como una aportación a un fondo de pensiones-, Montoro podría acabar con la tasa de reposición cero en la función pública, que ha reducido el número de funcionarios a niveles de 2004.
El presidente de los recortes quiere dejar de serlo. Y sabe que lo tiene difícil si mantiene, por ejemplo, el recorte de los días de libre disposición a los funcionarios. Montoro, bajo la batuta de Rajoy, ya ha revertido -cuando las autoridades comunitarias se lo han permitido y las cuentas cuadraban- algunos de los ajustes en la función pública cuando España despejó en 2013 el temor al rescate. Pero la opinión pública no ha percibido estas mejoras por lo que el presidente tambiíén estaría dispuesto a devolver los días libres eliminados a los trabajadores de la Administración -una medida que, en realidad, no tendría gran impacto en el díéficit-.
Una de las opciones que se barajan es que Moncloa y Hacienda aceleren las nuevas medidas para que se pueda notar el impacto en el bolsillo de los trabajadores públicos en 2015, aunque son conscientes de que sería criticado por la oposición y los propios sindicatos como un cheque para ganar votantes antes de los comicios. La otra opción -más factible- es que las nuevas medidas se incluyan en unos Presupuestos para 2016, que se elaborarán pero que no se aprobarán en el Congreso, por lo que se convertirán en una especie de "programa electoral gubernamental" que allanará a Rajoy la difícil campaña electoral a la que se presentará tras el verano.
Calixto Rivero