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Autor Tema: Preparando el árbol genealógico con mi nombre  (Leído 610 veces)

Scientia

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Preparando el árbol genealógico con mi nombre
« en: Julio 06, 2015, 09:13:49 pm »

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Preparando el árbol genealógico con mi nombre



íšltimamente hemos aprendido que el árbol genealógico de la familia es todo un cofre de secretos y sorpresas.
Y si bien el árbol en sí­ mismo representa nuestra historia y dramas, tambiíén determina nuestro presente y nuestro porvenir.
Un aspecto importante a desentrañar en el árbol genealógico, son los nombres.
Porque sucede que por tradición, cultura, creencias y “amor”, nombramos a nuestros hijos como el padre, el tí­o, el abuelo, el bisabuelo, etc. Y no tomamos conciencia de que ese simple acto, está determinando un futuro para ellos.
Escuchamos a una madre decir algo como:
– Mi hijo llevará el nombre de mi abuelo, Benito, porque yo lo amaba, yo era su preferida.
Y resulta que el abuelo Benito, era un hombre desapegado, grosero, nada exitoso en su profesión, infiel, alcohólico, abandonado de niño, diabíético y para colmo, murió atropellado. Y con la única persona que fue cariñoso es precisamente la nieta que ahora espera a su bebíé.
Si el bebíé se llama Benito, nacerá con la misión de reparar toda la vida miserable del abuelo, de evitar ser como íél, de limpiar el “nombre” de BENITO en la familia. Por lo que un arranque de “cariño”, puede darle a nuestros hijos un destino nada agradable.
Los nombres, marcan destino dentro del árbol genealógico, enfermedades, vidas amorosas, así­ como tambiíén, marcan la suerte o una vida plena.
Hay familias, que mezclan, colocan revíés, invierten, los nombres, para que suene diferente y “sea otra cosa”.
Atención, para el inconsciente, no funciona eso.
Si la abuela se llamaba Marí­a, a la bebíé le ponen:
Mary, Mar, Aimar, etc. finalmente la niña, deberá reparar a la abuela.
Muchas familias, suman nombres: El padre se llama Leopoldo y la madre se llama Margarita y a la bebíé le ponen: Marle
…..para el inconsciente, es lo mismo, deberá reparar en vida, a sus dos padres.
Por lo tanto, no es de ninguna manera conveniente, repetir nombres en el árbol genealógico, mezclarlos, invertirlos, etc porque finalmente el inconsciente sabe que hay un “deber” de reparar vidas y dramas.
Y si el nombre que se les busca es maya, irlandíés o japoníés, revisen perfectamente bien que el significado no implique reparar algo, ni dicho nombre lo tenga alguna persona con vida caótica que ustedes conozcan. De tal manera que puedan ustedes, como padres, decirles a sus hijos el significado, sin que haya referencia de nadie.
Hace poco tuve un caso, que me causó gran impacto. Una clienta me da su nombre completo, lo anoto y cuando comienzo a preguntarle los datos familiares sale algo parecido a lo siguiente (obviamente el nombre lo cambiaríé):
Nombre de la Cliente: Leticia Isabel.
Nombre de la madre del cliente: Leticia.
Nombre de la abuela materna: Leticia.
Nombre de la abuela paterna: Leticia.
Nombre del padre del cliente: Nicandro.
Nombres de los hermanos de la cliente:
– Leticia Marí­a.
– Leticia Sofí­a.
– Leticia Susana.
– Nicandro.
Cuando comenzamos a desentrañar la información, la cliente me decí­a que su madre tuvo y continuó teniendo hijas hasta que nació el niño, porque su padre, querí­a un heredero, un hijo con el cual jugar y compartir tiempo, un compañero.
Que su madre era maltratada, sumisa, y que querí­a darle gusto a su marido.
El padre decide, que todas las hijas lleven el hombre de Leticia, en honor a “su madre”, pero todas, al llamarse igual, arrastran destino. Y más grave aún, en el caso de las hermanas de la cliente, al llamarse igual todas, entre sí­ se anulaban.
Era como si estuvieran muertas, porque ninguna era especial. Ninguna era importante, ninguna sobresalí­a en nada, ninguna era tomada en cuenta
El hijo más querido por el padre, obviamente, resultó ser el menor, el niño, Nicandro, con el penoso deber de reparar al píésimo hombre que era su padre.
Y es que el nombre, pesa, marca, define….y si nuestro nombre es copia de alguien, perdemos identidad y fuerza.
Da lo mismo si yo me llamo Elizabeth por la Reina de Inglaterra, por la actriz de Hollywood o por mi tí­a…..todas y cada una de ellas, tuvieron una vida y dramas. Y sólo por eso, yo poseo una personalidad.
Ah, porque eso es otro aspecto importante del árbol genealógico.
Hay influencia de los nombres de todos los familiares y hay influencia del mismo modo por significados externos.
A mí­ me pueden poner el nombre del actor de moda, del híéroe futbolero, del presidente del paí­s, del abuelo o del vecino. Y en todos los casos, me marcará.
Si bien yo llevo la orden de reparar al familiar del cual llevo el nombre, tambiíén con el nombre, me obligan a tener una personalidad, una profesión, una vida amorosa, un íéxito o fracaso económico, etc.
Y si yo llevo el nombre de una gran actriz de cine, que es muy famosa y rica pero alcohólica, drogadicta, sin pareja estable, sin hijos, etc……igualmente me están marcando…y finalmente yo con ese nombre, afecto al árbol.
O tal vez le pongo Pablo a mi hijo, porque el nombre suena lindo y siempre me ha gustado, pero el único Pablo que conozco, es el señor que arregla zapatos en el mercado, es pobre, viejo, ciego y solo…….cuidado! Porque yo al tener esa referencia, se la imprimo a mi bebíé.
Conclusión:
– Si tu nombre representa algo negativo o a alguien negativo, cámbialo. en los registros civiles, eso es posible.
– Si el nombre es negativo porque lo han llevado familiares, haz una carta de duelo por ello y por ellos, para que tu inconsciente deje de actuar en base a ese destino.

– Si le pusiste un mal nombre a tu hijo, cualquiera de las opciones anteriores, o le cambias el nombre en le registro civil o haces una carta de duelo en donde además expreses que te liberas de ese gran error.