Por... Juan Carlos López
Se llama Tianhe-2, es chino, y es el superordenador más potente del planeta actualmente. Esto es, al menos, lo que defiende el ranking Top500, la lista que identifica a las máquinas con la mayor potencia de cálculo sobre la faz de la Tierra, y que ha sido desvelada esta misma mañana. Lo interesante es que los superordenadores chinos se están imponiendo claramente: desde 2010 han liderado esta clasificación nada menos que en seis ocasiones.
Curiosamente, hace unos días os contamos que IBM ya tiene listos los procesadores más potentes conocidos gracias a su litografía de 7 nm, y el «tirón» de Estados Unidos en materia de diseño de microprocesadores parece inclinarnos a pensar que los superordenadores más potentes son americanos. Pero no, el más potente de todos ellos es chino. Aunque, eso sí, es importante tener en cuenta que los procesadores que laten en el interior del Tianhe-2 son estadounidenses: nada menos que 16.000 nodos, y cada uno de ellos recurre a dos procesadores Intel Xeon Ivy Bridge y tres procesadores Xeon Phi.
Implementación y software chinos
El Tianhe-2 ha sido diseñado por la Universidad Nacional para la Tecnología de Defensa china, aunque de su construcción se ha encargado el Centro de Supercomputación Nacional de Guangzhou. Según la lista Top500 es capaz de realizar la escalofriante cifra de 33,86 cuatrillones (usando la escala numíérica corta anglosajona) de operaciones en coma flotante por segundo. O, lo que es lo mismo, 33,86 petaFLOPS. Ahí es nada.
La potencia de cálculo del Tianhe-2 es de nada menos que 33,86 petaFLOPS
Puede parecer que el hecho de que los microprocesadores sean de Intel resta míérito a los ingenieros chinos, pero no es así. Y es que la red de alta velocidad encargada de la interconexión de los 16.000 nodos y de permitir que trabajen de forma coordinada es íntegramente china. Y la implementación de Linux que se ejecuta por encima de toda esta infraestructura hardware, conocida como Kylin, tambiíén.
Eso sí, si seguimos descendiendo en el ranking ligeramente ya empiezan a aparecer los superordenadores estadounidenses. El segundo de la lista es Titan, una máquina del Oak Ridge National Laboratory de Tennessee, y, el tercero, Sequoia, la «bestia» del Lawrence Livermore National Lab de California. Entre los diez primeros hay cinco superordenadores estadounidenses. Europa en conjunto ha sido capaz de colocar en la lista 141 máquinas, una cifra que no está nada mal. Y países como Japón o China 39 y 37 supercomputadores respectivamente, lo que demuestra que el «músculo de la supercomputación» está bastante repartido, aunque, por el momento, globalmente sigue mandando Estados Unidos.