El recuerdo de las últimas grandes crisis emergentes vuelve a la mente de los inversores en estas jornadas agosteñas de escasa actividad y negros augurios. El detonante del miedo a que los países en vías de desarrollo generen nuevas turbulencias en el mercado ha sido la devaluación del yuan acordada la semana pasada por el Banco Popular de China. Esta medida, que daña sobre todo a los países asiáticos que compiten en las exportaciones con la segunda economía mundial, junto a la próxima subida de tipos e nEE UU y el descenso de los precios de las materias primas vuelven a situar en el disparadero, otra vez, a los países emergentes.
La debilidad de sus divisas es una señal de alarma. El peso colombiano, la lira turca, el peso mexicano, el rand sudafricano y el peso argentino cotizan en mínimos históricos frente al dólar. El ringgit malasio y la rupia indonesia no valían tan poco desde 1998. El índice Bloomberg JPMorganAsia Dollar, que compara el comportamiento de las diez mayores divisas asiáticas (menos el yen) frente al dólar cotiza en mínimos de 2009.
Durante los últimos años, los estímulos monetarios de la Reserva Federal estadounidense y los bajos tipos de interíés facilitaron la entrada de grandes flujos de inversión en los mercados emergentes. Ahora, el escenario da un giro radical. El banco central estadounidense podría elevar el precio del dinero en septiembre por primera vez en nueve años, lo que puede zarandear a los países más dependientes de esa financiación internacional de la que tanto disfrutaron.
“Los países que dependen del capital global como consecuencia de unos grandes díéficits por cuenta corriente se enfrentarán a una contracción de sus condiciones de financiación externa, despuíés de años de acceso barato y fácil al dineroâ€, explican desde Lombard Odier. En su opinión, los estados que peor pueden pasarlo en los próximos meses son aquellos en los que más ha crecido la deuda y los que más dependen de las exportaciones de materias primas: Turquía,Sudáfrica, Colombia, Brasil y Rusia.El desplome de las commodities, con el petróleo en mínimos de cinco años, es un factor añadido de incertidumbre para estos países.
Por el contrario, los expertos de la firma suiza ven bien situados para hacer frente a las turbulencias que se avecinan en el mercado a Filipinas, Taiwán, Tailandia y Corea delSur.
A la cercanía de la subida de tipos en Estados Unidos y el desplome de las materias primas se suma la reciente depreciación del yuan. Los expertos de Mirae Asset señalan a Corea y Taiwán como los dos mercados con más vinculación con China. “El primero envía al gigante chino un 39% de sus exportaciones y el segundo un 29%â€, aportan. Pese a ello, creen que “el superávit de cuenta corriente de ambos países, la baja inflación y las reservas les permitirán superar nuevas depreciacionesâ€.
Malasia es tal vez uno de los países asiáticos donde más preocupa la deriva actual del mercado.Su divisa desciende más de un 20% en el año y algunos expertos hablan abiertamente ya de paralelismos entre el presente y la crisis de 1998, cuando las autoridades del país decidieron decretar un control de capitales ante la hecatombe de su divisa. “No creo que los controles de capitales sean probables, pero tampoco se debe descartar el riesgo por la rápida bajada de las reservas extranjerasâ€, aporta Chu Hak Bin, economista de Bank of America MerrilLynch citada por Bloomberg.
La semana pasada, la gobernadora central de Malasia, ZetiAkhtar Aziz, reconoció que deberían reponer estas reservas despuíés de que cayeran de los 100.000 millones de dólares por primera vez desde 2010. Otro país en la diana es Argentina.La depreciación del yuan ha contagiado al peso y, además, su banco central tiene parte de sus reservas denominadas en la divisa china.
Alberto Roa