Banif se enfrenta a nuevas reclamaciones de clientes por la píérdida de sus inversiones
Publicado en Expansión por J. E. Navarro/ J. Zuloaga
El plan de Banif para resarcir a sus clientes afectados por la quiebra de Lehman Brothers abrirá dentro de poco otros frentes de reclamaciones. El pasado 13 de octubre, el juzgado nº 53 de primera instancia de Barcelona condenó a la filial de Santander a "resarcir los daños y perjuicios causados" a un inversor asesorado por la entidad para la suscripción de acciones de la inmobiliaria austriaca Meinl European Land, según la resolución judicial a la que ha tenido acceso EXPANSIí“N. La sentencia no es firme y, por tanto, es recurrible ante el juzgado.
El inversor actúa como punta de lanza de una plataforma de 100 afectados por este caso, que ahora, sentencia en mano, va a solicitar a la entidad negociar un plan de reembolso –de cerca de dos millones de euros– similar al de los afectados por los bonos Lehman. En caso de que esta vía no diese frutos, los cien afectados demandarían a Banif teniendo como precedente esta sentencia, según han informado a este diario sus abogados.
El origen de esta reclamación legal se remonta al año 2007, cuando la entidad de banca privada comercializó entre algunos clientes valores por un mínimo de 50.000 euros de esta compañía.
El texto judicial indica que Banif publicitaba como uno de los atractivos de la inversión que la entidad «tenía en contacto directo con el equipo directivo de Meinl», lo que le permitía un seguimiento más directo del negocio de la compañía. No obstante, la acción de la compañía fue perdiendo progresivamente valor –hasta un 80%– y Banif no informó puntualmente de las variaciones de la cotización.
Para el juez, «la entidad demandada no observó diligentemente tales obligaciones», entre las que incluye la información puntual y detallada de la cotización a la baja de las acciones y dar prioridad al interíés del cliente, «para que este pueda decidir, con un conocimiento exacto de la inversión, que hacer con ella».
Banif argumenta contra la demanda que «no es un contrato de servicio de gestión de inversión, sino un contrato de depósito de valores o cuenta de valores». Para la entidad no hay un incumplimiento contractual. No obstante, el juez certifica que la relación «constante y fluida» entre la entidad¡ y el inversor fue, desde el principio, más allá, debido a que había la asignación de un asesor financiero personal a cada cliente, el cual debía velar por su inversión.
El juzgado no exculpa a los inversores, que les atribuye una conducta negligente. Por este motivo, establece una «equitativa moderación» de la cantidad a resarcir: «Se entiende que la negligencia del banco fue muy superior a la del demandante, contribuyendo el banco en un 85% a la producción del resultado lesivo y la actora [el inversor] en un 15%». Los letrados que están representando a esta plataforma de inversores son los abogados del Colegio de Barcelona, Enric Segú, Enric Olivíé y Javier Miravitlles.
Meinl, la historia de un fracaso
La salida a bolsa de Meinl Airports International y Meinl International Power, a la que acudieron inversores españoles aconsejados por sus asesores de banca privada, ha traído mucha cola durante los últimos meses.
El grupo Meinl decidió cotizar sus filiales de aeropuertos y energía a mediados de 2007, debido al auge que los mercados de renta variable atravesaban por aquel entonces.
Sin embargo, la cotización de estas compañías se han desplomado envueltas en presuntas malas prácticas y conflicto de intereses por parte de su equipo directivo. Incluso se les acusa de desviar fondos a paraísos fiscales.
