INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Pesadillas asesinas: ¿Demonios o efectos del cerebro?  (Leído 778 veces)

Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Pesadillas asesinas: ¿Demonios o efectos del cerebro?
« en: Agosto 28, 2015, 08:59:44 pm »
http://supercurioso.com/pesadillas-asesinas-demonios-o-efectos-del-cerebro/

Pesadillas asesinas: ¿Demonios o efectos del cerebro?


Tal vez en algún momento has llegado a preguntarte cómo vas a morir o en quíé condiciones, si te encontrarás listo o sufrirás un dolor indescriptible. Estos planteamientos son lógicos, puesto que a todos nos preocupa este eminente destino y sobre todo por aquello de que no sabemos quíé nos espera tras del mismo. Sin embargo, ¿podrí­as imaginarte cómo serí­a morir mientras estás dormido? ¿Lo notarí­as? ¿Y quíé tal si en tu sueño se reflejaran tus peores miedos, llevándote a tu último destino? Desesperanzador, ¿cierto? Pues este fenómeno sucedió y ocasionó los más terribles encabezados durante algún tiempo en los Estados Unidos. Adíéntrate en esta hipótesis sobre lo que pasó durante los años 80 en aquel paí­s.

Histeria colectiva

Mientras una íépoca de euforia y desinteríés terminaba, los estadounidenses entraban a una etapa diferente de sus vidas, asimilando las consecuencias de muchos errores de su gobierno, lidiando con el dí­a a dí­a del terrorismo y los conflictos bíélicos.

Cuando se comenzaba a pensar que sólo podí­a irse en ascenso tras diversas catástrofes, el panorama enturbió a cierta parte de la población de Chicago y Los íngeles, ya que una epidemia de muertes extrañas comenzaba a dispararse, tras surgir reportes de ciudadanos que argumentaban ver un demonio en sueños intentando asesinarlos. Existieron casos en los que se vio a algunos chicos escupir espuma por la boca para sólo fallecer momentos despuíés, las autopsias no lograban dilucidar la causa de la muerte de estos individuos.

terror


 
El miedo se apoderó de la población, muchos intentaban evitar el sueño ingiriendo cantidades exageradas de cafeí­na y otras bebidas energíéticas. No obstante sus esfuerzos por evitar dormir eran en vano, al caer en manos del cansancio la rutina se volví­a a repetir: gimiendo, gritando, convulsionando de terror, las pesadillas continuaron atormentando a los jóvenes.

Se llegaron a contabilizar 230 muertes de hombres y mujeres aparentemente sanos en circunstancias extrañas, donde el último referente explí­cito eran aquellos episodios de terror durante una pesadilla.

Posibles explicaciones

Es bien sabido para la comunidad psicológica que los problemas para dormir como el insomnio o la parálisis del sueño indican un posible estado de ansiedad. La gravedad del mismo puede estar estrictamente relacionada con la cantidad de estríés o incluso se deberá a problemáticas que tienen que ver con una nutrición deplorable, consumo de drogas, cuestiones geníéticas y fallos en el sistema cardiovascular. Sin embargo, ¿hasta quíé punto puede nuestra mente paralizarnos ante un eminente peligro y abandonarnos hasta la muerte?

pesadilla

En occidente se conoce como “Sí­ndrome de muerte nocturna repentina inesperada”, este fenómeno incluí­a muertes súbitas en estado consciente de personas a las que un fulminante ataque al corazón les arrancaba el último aliento de vida. Los estudios sobre la relación del Sistema nervioso con el organismo del hombre han sido evocados desde tiempos antiguos. El cíélebre investigador Iván Pavlov dio a conocer el tíérmino “distrofia neurogíénica” relacionando los trastornos neurológicos con ataques inminentes al organismo del hombre. No obstante, a pesar de estos estudios, la pregunta permanece: ¿Cómo se relacionan aquellas visiones de pesadilla con el resultado final? ¿Cómo es que algunos jóvenes sobreviví­an durante estos funestos sueños?

Puede resultar increí­ble, pero para muchos cientí­ficos la premisa de que el cerebro manda advertencias o señales de peligro por medio de los sueños es factible: ¿cuántas veces nos hemos despertado por escuchar algún sonido extraño a nuestro alrededor? ¿Cuántas veces relacionamos nuestro sueño con lo que nuestro cuerpo está experimentando en la realidad? Si pensamos en lo anterior, ¿será posible que esas visiones de supuestos demonios fueran proyecciones de nuestra mente intentando decirnos que algo no anda bien en nuestra salud?

pesadillas

Diversos reportes de aquellos episodios nocturnos refieren que los protagonistas experimentaban una opresión fuerte en el pecho aparentemente infringida por el peso del supuesto demonio sobre su cuerpo. Así­ mismo explicaban haber observado que el demonio clavaba una daga en el centro de su pecho como si de una autopsia se tratase.

Como siempre, hemos llegado a una conclusión de dos vertientes: ¿Explicación sobrenatural o cientí­fica? ¿Una visión real de un demonio que atormentaba a los jóvenes en aquel tiempo o un ataque al corazón ocasionado por la constante histeria y terror que existí­a en esos entonces?

freddy

La problemática fue tan real que se dice que la obra de Wes Craven “Pesadilla en la Calle de Elm” está inspirada en estos hechos inexplicables sobre hombres que morí­an durante sus sueños. Así­ mismo, se hace otra referencia a este terrible suceso en la pintura realizada por Henry Fuseli en el año 1781, titulada “La pesadilla” donde se observa un ser extraño sentado sobre el cuerpo de una mujer dormida mientras un caballo terrorí­fico observa la escena desde la parte posterior.

"La Pesadilla"  (Johann Heinrich Fí¼ssli, 1781)
“La Pesadilla” (Johann Heinrich Fí¼ssli, 1781)
Un dato curioso indica que los ataques de “í­ncubos” (demonios para la Europa medieval) se presentaban sólo en los hombres y que los sueños en donde íéstos intervení­an mostraban conflictos de í­ndole sexual (si nos remitimos a la teorí­a Freudiana el caballo presente en las pesadillas simboliza angustias de origen fálico). Nada es casualidad y, sin duda, el mundo de los sueños no deja de impactarnos, en su relación con la realidad y sobre todo con el inconsciente.

La respuesta queda, como siempre y por el momento, en tus manos.

Si te ha gustado este artí­culo, puede que quieras conocer la terrible parálisis del sueño: tu peor pesadilla.