La hucha nutrida por la banca en garantía de la restitución de los ahorros de los clientes si una entidad va a la quiebra o atraviesa serios problemas de solvencia deberá pasar pruebas de resistencia como la misma industria financiera. El Banco de España probará la capacidad del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para hacer frente a sus obligaciones de pago en situaciones de tensión, "al menos cada tres años".
Así lo manda la ley de recuperación y resolución de entidades aprobada antes del verano, en transposición e inspirada en las reglas europeas para los nuevos mecanismos de la Unión Bancaria. El articulado apenas detalla la obligación del Fondo de entregar la información necesaria para el análisis y del supervisor para no conservarla "más tiempo del necesario", sin dar pistas sobre los parámetros a medir ni bajo quíé criterios. La prueba se enmarca en el diseño del tambiíén futuro mecanismo europeo de protección de ahorros de clientes.
El vehículo, refundado en 2011 con la fusión de los tres fondos de garantía existentes -de la banca, cajas de ahorros y rurales-, ha sido una hucha de recurso permanente del Gobierno para tapar agujeros en el proceso de reestructuración. Sirvió para socorrer a CCM, donde tambiíén protege a Liberbank de deterioros en una cartera de críédito. De igual forma se usó para blindar ante quebrantos en activos de la CAM y Unnim a sus adjudicatarios (Sabadell y BBVA, respectivamente) y evitar el fracaso de las subastas.
El fondo asumió tambiíén la compra de acciones recibidas por ahorradores en CatalunyaCaixa y Novobanco -hoy Abanca- a cambio de sus preferentes. Un rol, otorgado por el Ejecutivo para limitar las píérdidas al contribuyente a costa de las arcas de la banca, que está pagando una derrama de 2.346 millones por reparar tantos problemas.
Socorrer entidades insolventes y participar en la liquidación está en el fin societario original, aunque el alto consumo de recursos encajados con la quiebra de antiguas cajas le ha sumido en píérdidas, cuando es el encargado último de garantizar los depósitos. El Fondo, como se ha visto recientemente con Banco Madrid, protege hasta 100.000 euros de depósitos por cliente.
La necesidad de asegurar su solvencia que buscan los test de estríés cobra importancia además con la puesta en marcha a partir de 2016 del mecanismo europeo que se ocupará de resolver o salvar entidades.
Los bancos españoles deberán aportar en los próximos diez años entre 5.500 millones y 6.000 millones a dicha hucha. Se espera que sea asumible sin aumentar su contribución anual de unos 2.000 millones al FGD, quedándose una parte ahí para proteger los ahorros y otra irá al fondo de resolución.
Eva Contreras