Los operadores consultados aseguran no tener conocimiento directo de la supuesta trama de corrupción que está investigando la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional) en la operación Parquíé, pero se quejan unánimemente de que la CNMV ha empezado a cobrar por unos servicios que siempre habían sido gratuitos. Se trata de unas tasas aprobadas en el BOE que van en la dirección de alcanzar la independencia económica del supervisor, que siempre ha pedido su presidenta, Elvira Rodríguez, pero que han hecho pupa al sector de la inversión.
Estas tasas han entrado en vigor este año y estaban recogidas en la Ley 16/2014 por la que se regulan las tasas de la CNMV (se trata de una norma dedicada exclusivamente a eso). Dicha ley amplía el universo de tasas que ya venía cobrando el supervisor hasta ahora, y básicamente establece que hay que pagar por todos los servicios que presta, aunque en algunos casos sea bastante discutible que se trata de un servicio. Su objetivo es "garantizar la suficiencia financiera de la CNMV", aunque añade que estos nuevos cobros paradójicamente pretenden "evitar que los costes derivados de las tasas puedan actuar como un elemento negativo en el desarrollo de nuestro mercado de capitales".
Como ha informado El Confidencial, la operación Parquíé investiga una supuesta trama en la que pueden estar implicados directivos y exdirectivos de la CNMV que habrían otorgado o retirado de forma irregular licencias para operar, no en función de criterios objetivos sino de dinero o favores proporcionados por los interesados o sus competidores. Las nuevas tasas hacen que haya que pagar siempre por obtener una licencia, si bien de forma legal y transparente.
La nueva tasa que más molesta al mercado es la que impone para autorizar nuevas empresas de servicios de inversión: 10.000 euros a las agencias de valores y gestoras de fondos, 6.000 a las gestoras de cartera (que es lo que era Vetusta, una de las operaciones investigadas por la UDEF) y 1.000 a las EAFI (empresas de asesoramiento financiero independiente, como la tambiíén investigada Dracon Partners).
Agravio y más trabas a los emprendedores
"Hasta ahora nunca ha habido que pagar nada por inscribir una firma de inversión, y esta nueva tasa ha molestado mucho entre los que quieren lanzar su actividad, porque incrementa todavía más sus costes y, además, supone un agravio comparativo con los que ya la ejercen sin haber tenido que pagar por ello", explican en una conocida consultora con gran experiencia en la materia.
Aunque las cantidades parezcan muy reducidas, se suman a los enormes costes que deben asumir quienes quieren dedicarse a esta actividad: gestoría, abogados, seguros, altas en las diferentes administraciones incluyendo Hacienda y Seguridad Social (como cualquier otra empresa), etc. Además, no son cifras tan pequeñas en tíérminos relativos. Por ejemplo, para una EAFI supone el 2% de su capital, que está fijado en 50.000 euros; es más, ese mínimo puede ser inferior si tiene un seguro de responsabilidad civil o un aval.
Pagar por ser supervisado
Por otro lado, no es la única tasa que tienen que pagar. Tambiíén tienen que abonar otras por el mero hecho de ser supervisados -algo que tambiíén deben hacer las empresas cotizadas-; es como si los conductores tuvieran que pagar a la Guardia Civil para que ponga radares en la carretera y les multe si se pasan de velocidad. Así, la CNMV les cobra varias tasas por supervisar distintos aspectos de su solvencia, y otras tantas por comprobar que cumplen las diferentes normas de conducta. Estos tributos suponen un porcentaje de los recursos propios exigibles a cada tipo de entidad, siempre con un importe mínimo.
Rodríguez siempre ha defendido públicamente que la CNMV debe ser independiente financieramente para poder serlo de facto, aunque sigue dependiendo de Economía y el cargo de presidente es un nombramiento político. En todo caso, estas tasas deben ayudar a que el organismo haga mejor su trabajo, muy cuestionado por escándalos como los de Pescanova, Bankia o, más recientemente, Abengoa o FCC.
Eduardo Segovia