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El gobierno francíés planea la realización de una reforma de la legislación laboral, en un país donde la tasa de desempleo se ubica hoy en torno al 10 por ciento.
Según el primer ministro Manuel Valls, en el camino hacia tal objetivo no se cuestionará la existencia de un salario mínimo, del contrato de trabajo o de la semana de 35 horas, ampliamente defendidos por los trabajadores.
La reforma busca abrir nuevos campos de negociación colectiva desde 2016 sobre varios pilares: condiciones y tiempo de trabajo, empleo y salarios, precisó.
Valls explicó que dichos acuerdos deberán ser aprobados por un voto mayoritario, es decir, firmados por los sindicatos que representen a por lo menos la mitad de los votantes en las elecciones profesionales.
A su juicio, es necesario simplificar la legislación vigente, considerada a menudo como un obstáculo para dinamizar el mercado laboral.
Por ello, el gobierno prevíé la aprobación de una ley antes del verano de 2016.