Por... Raúl Zibechi
“Si somos capaces de integrarlos rápidamente en el mercado laboral, no sólo estaremos ayudando a los refugiados, sino tambiíén a nosotros mismosâ€, dijo el jefe de la poderosa Federación de la Industria Alemana Ulrich Grillo (Business Insider, 7 de septiembre de 2015). El principal patrón alemán es un fuerte partidario de la inmigración ante el creciente envejecimiento de la población europea.
Según un informe de la Unión Europea, citado por el diario italiano La Republica, en Europa hay cuatro personas en edad de trabajar por cada jubilado pero en 2050 habrá sólo dos si las cosas no cambian (Pagina 12, 9 de septiembre de 2015). El continente tendrá necesidad de 42 millones de “nuevos ciudadanos que paguen sus impuestos y contribuciones, para que la población anciana pueda seguir cobrando su jubilación y otros beneficiosâ€.
Pero los industriales hacen además otros cálculos. El desempleo en Alemania se encuentra actualmente en su nivel más bajo desde la reunificación, pero se estima que faltan 140.000 ingenieros, programadores y tíécnicos en la industria, mientas en el sector de la salud el faltante de mano de obra calificada es de unas 40.000 plazas sólo para este año. El think tank Prognos anticipa que “la escasez de trabajadores cualificados se elevará a 1,8 millones en 2020, y hasta 3,9 millones en 2040, si no se hace nada†(Business Insider, 7 de septiembre de 2015).
Antes de contratar y formar a un inmigrante las empresas deben demostrar que no hay candidatos alemanas para ese puesto. Pero una vez tomada la decisión, “quieren una garantía de que un aprendiz que adquieren no será deportado de un día para otroâ€. El Estado, por su parte, financia el aprendizaje del idioma alemán.
“Las personas que llegan aquí como refugiados deben convertirse rápidamente en nuestros vecinos y nuestros colegasâ€, dijo el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Andrea Nahles, cuyo ministerio flexibilizó las reglas para que los extranjeros puedan trabajar como temporarios en prácticas.
Dos tercios de los refugiados son inmigrantes económicos y sólo el tercio restante provienen de países en guerra: Siria (20 por ciento), Afganistán (7 por ciento) e Iraq (3 por ciento), aunque otras fuentes aseguran que la mitad de los que cruzan el Mediterráneo son sirios (Russia Today, 10 de septiembre de 2015). La inmensa mayoría no son familias sino hombres solos de 18 a 34 años. En ese tramo de edad y gíénero espera reclutar sus nuevos trabajadoras la gran empresa alemana, la más robusta del continente.
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