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Autor Tema: Ejercicios para ver el Aura  (Leído 574 veces)

Scientia

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Ejercicios para ver el Aura
« en: Septiembre 15, 2015, 10:16:46 pm »
Ejercicios para ver el aura



” El aura fí­sica se puede ver a simple vista si se observa una persona detenidamente sobre un fondo obscuro y, especialmente, en la hora del anochecer, en forma de una pequeña luminosidad incolora que la rodea.

Pero el aura energíética, que aún está cargada de muchas partí­culas materiales, no se ve habitualmente, si bien se puede lograr establecerla aguzando un poco la vista.

Los colores, intermitentemente y sin orden, tambiíén pueden ser vistos por los ojos fí­sicos; pero la visión total del aura no puede ser captada por los ojos sin el auxilio de la glándula hipofisaria o, mejor dicho, con el auxilio de la clarividencia.

Si bien entonces toca exclusivamente a los clarividentes la obligación del estudio del aura, todos pueden aspirar a ver parte de ella.

Hay determinados ejercicios que aguzan de tal modo la vista que la hacen apta para eso.

Habí­a, hace algunos años, unas estampas en blanco y negro de Santa Teresita que, despuíés de observarlas atentamente, se veí­a reflejada la imagen sobre una pared o un lugar claro.

Este ejercicio es muy apropiado para habituar la vista a fijar lo que ve. Se mira una ventana, por ejemplo, se cierran despuíés los ojos procurando ver la ventana en la forma como se ve una placa fotográfica.

Se verá despuíés de un tiempo de hacer este ejercicio, que la vista hace dos funciones sucesivamente a ojos cerrados; antes mostrará el negativo y despuíés la imagen real. Al abrir despuíés los ojos se verán manchones blancos, azulados y verdes, como cuando los ojos se hallan cegados por el sol. Si se observa en ese instante una persona de piíé ante un lienzo obscuro en claridad, o blanco en la obscuridad, se notará que alrededor de la misma flotan unas lucecitas blancas, como aquellas que se ven en el cielo sereno, cuando se le observa atentamente.

Pero lo que más interesa es ver los colores.

Entonces, despuíés de haber habituado la vista a fijar las imágenes, hay que darle la rapidez necesaria para que distinga los colores. Es un poco impropio practicar el ejercicio solar para aquellos que no están habituados a hacerlo, es decir, de distinguir los colores, concentrándose a ojos abiertos en el sol, ya que hay otro míétodo para lograrlo.

Tómese un cartón cuadrado de color celeste y, despuíés de haber determinado exactamente el centro, señálese íéste con un punto blanco. Empiece el ejercitante a mirar fijamente ese punto, contando despacito de uno hasta setenta y siete; despuíés cierre los ojos, cuente hasta diez, y vuelva a abrirlos.

Despuíés de practicar varias veces este ejercicio ya no verá el cartón celeste, sino verde. Así­, sucesivamente, un cartón blanco se verá amarillo; uno amarillo, anaranjado; uno negro, gris, etc.

Despuíés de haberse hecho hábil en este ejercicio, distinguirá el estudiante con toda facilidad los colores más o menos densos que rodean a una persona.Hay otro ejercicio aún más fácil. Sobre pequeños cartones de los mismos colores se pone la mano izquierda, haciendo el ejercicio dictado anteriormente. Despuíés se coloca la mano a la luz sobre un lienzo negro o en la obscuridad sobre un lienzo blanco; se distinguirá así­ el aura de la mano.

El aura astral con sus colores, radiaciones y movimientos, es el fundamento de la vida del hombre y, únicamente cuando la ciencia penetre allí­, podrá descubrir la raí­z de los males que agobian a la humanidad”.

EJERCICIOS

Entrenar la vision aurica. El aura de las manos

Te vendrá muy bien entrenarte para desarrollar la visión áurica intentando ver el aura de tus manos. No te desanimes si al principio no ves nada. Debes darle tiempo y tener fe y, sobre todo, realizarlo entre diez y quince minutos al dí­a. Lo ideal es hacerlo en un cuarto al atardecer.

1. Necesitarás una luz tenue, una pared blanca y una cartulina blanca lo bastante grande para que entre tu mano.


 
2. Antes de comenzar realiza algunos ejercicios de relajación , preferiblemente oculares.

3. Extiende tus manos frente a ti aproximadamente a medio metro. Con la otra mano, pon detrás la cartulina blanca: la mano resaltará.

Con la mano así­ colocada contra la cartulina las emanaciones de luz se detectarán más fácilmente a medida que centras tus ojos sobre ella. Al principio aparecerá una suave neblina. Si has practicado antes ejercicios de ojos, la neblina tambiíén reflejará colores.

Concíéntrate en los bordes superiores de la mano y luego en la zona a su alrededor. Repite varias veces sin dejar de concentrarte. Luego relaja la mirada. El aura de la mano aparecerá.

4. Con tu mano contra la cartulina, centra tu atención en las puntas de los dedos sin dejar de mirarlas durante unos 30 segundos.

5. Deja de mirar las puntas y mira los dedos y luego toda la mano, así­ como la cartulina. Relaja la mirada. A medida que vas dejando de mirar fijamente un punto para mirar otro, empezarás a detectar una suave neblina alrededor de la mano.
6. Si tienes dificultad con esto, realiza algunos ejercicios de ojos con la mano contra la cartulina. Mueve los ojos alrededor del borde de la mano: la neblina aparecerá.

7. Pon atención a los colores si es que ves alguno, aunque parezcan flotar. A medida que desarrollas esta capacidad y aprendes a controlarla, comprobarás que la habilidad para mantener los colores en tu campo de visión durante un tiempo prolongado tambiíén se desarrolla.

8. Ahora utiliza ambas manos. Ponlas delante de ti con las palmas abiertas con la pared blanca como fondo. Deberán estar situadas a la altura de los ojos y a una distancia entre sí­ de unos 10 centí­metros.

9. Al igual que hiciste anteriormente, mira fijamente los contornos de los dedos, especialmente los espacios entre ellos. Mantíén la mirada así­ durante unos 30 segundos. Luego relájela abarcando ambas manos con la mirada y el entorno circundante. Fí­jate en el contorno de las manos contra la pared blanca. Observa pasivamente.

10. Lo que ves puede variar. Tal vez veas una suave neblina alrededor de tus manos, unos destellos de color o un color único. Al principio suele ser siempre blanco o azul, casi sin color.

A medida que desarrollas tu habilidad, el color y la claridad del mismo, así­ como la vibración del aura, se hará más discernible a tus ojos.

Trucos para fortalecer el aura

Adopta hábitos de vida saludables y elimina el estríés, la ansiedad, el alcohol, las drogas, y todas las emociones negativas como el miedo, los celos, el odio y la envidia, porque todos ellos la distorsionan.

La práctica continuada de la meditación amplifica la vibración del aura porque purifica tu mente.

Date con frecuencia un baño con agua azul añil relajándote en la bañera durante veinte minutos despuíés de haber añadido al agua de una a tres cucharadas soperas de agua azul añil. No olvides sumergirte por completo varias veces, así­ potenciarás los efectos.

Ví­stete con colores luminosos y evita los opacos. En cualquier caso, usa colores monocromáticos que contengan un “arco iris” vibratorio armónico. No sólo te cansarás menos, sino que atraerás a los demás con tu vibración.

Armoniza el color de tus pensamientos con el ambiente. Por ejemplo, si quieres relajar la mente (un pensamiento azul) los ambientes azules amplificarán tu pensamiento. Al salir de casa por la mañana y ver el cielo azul (si lo está) notarás una relajación inmediata antes de tener tiempo para pensar en otra cosa. Todo aquello que hagas o pienses para relajar la mente recibirá la vibración azul del cielo.