ISMAEL HONRADO/EFE
Ayer tuvo lugar uno de los fenómenos menos conocidos y más temidos, pese a que viene con fecha fija, de la operativa bursátil: la cuádruple hora bruja o vencimiento trimestral de cuatro tipos de contratos, las opciones y futuros sobre índices, y las opciones y futuros sobre acciones.
Hasta el año 2002 sólo se producía una triple hora bruja -vencimiento de futuros sobre índices y de opciones sobre índices y sobre acciones-, pero a partir de ese año se añadieron los vencimientos de futuros sobre acciones.
No obstante, en los últimos años los operadores han preferido anticiparse a la fecha fatídica y han comenzado a liquidar cuentas a lo largo de toda la semana previa, lo que ha restado algo de efecto al propio día de las brujas.
En junio, sin embargo, encadenó cuatro semanas de descuentos y el 19 de ese mes cerró la semana con un descenso del 0,78 % hasta 9.944,30 puntos, su nivel de cierre semanal más bajo desde el 20 de febrero.