Por... María Cristina Rosas
Los especialistas señalan que la incursión al espacio es un enorme reto y que esos accidentes son inevitables, porque es el precio del progreso. Algunos recuerdan accidentes fatales de barcos y aviones que, sin embargo, no detuvieron ni la navegación marítima, como tampoco en el aeroespacio. Con todo, el espacio exterior es distinto, y es muy difícil afirmar que las naves existentes, sea para transportar carga o seres humanos, son seguras.
El 4 de noviembre de 1998, la ONU daba un paso sin precedente al invitar al sector privado a participar en una conferencia internacional sobre los usos pacíficos del espacio exterior. La ONU es el principal organismo internacional que se hace cargo de la coordinación de las actividades, así como de la emisión de acuerdos y tratados que gestionen el uso común del espacio. Su Oficina para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA) es el principal foro internacional para el desarrollo de leyes y principios que gobiernan el espacio exterior. Con todo, los procedimientos para generar íéstos últimos, evolucionan más lentamente que las acciones de los Estados y de actores privados en el espacio exterior, lo cual plantea enormes retos.
Los países con mayor participación privada en temas espaciales, EU y Rusia, son los que cuentan con las empresas más especializadas e importantes y ello no es un hecho fortuito.
Así, en EU figuran empresas gigantescas como Boeing que participa en proyectos de lanzamiento, vehículos de exploración del espacio y sistemas de comunicaciones y satíélites. Lockheed Martin es conocido por la fabricación de satíélites militares pero cuenta con una división espacial para el sector civil en materia de comunicaciones, navegación, sensorización remota, lanzamiento y sistemas de defensa. Otro consorcio, Northrop Grumman Space Technology, fabrica cohetes, sistemas de propulsión, satíélites de comunicaciones, de observación de la Tierra, de alerta temprana y vigilancia y colabora con Raytheon en el sector terrestre del sistema GPS estadounidense. General Dynamics Information Systems and Technology Group está involucrado en el desarrollo e integración de sistemas de mando y control, explotación de imágenes, subsistemas de comunicación y en ocasiones integración de carga útil; computación a bordo de satíélites para aplicaciones de radar, electro-ópticas, subsistemas electrónicos de control de potencia e interfaces de altitud, transpondedores para comunicación entre satíélites GPS, inteligencia geoespacial y comunicación por satíélite, fundamentalmente.
Rusia cuenta con empresas como Open Joint Stock Company Academician VP Makeyev, que diseñan y fabrican misiles y sistemas de lanzamiento y propulsión. SP Korolev Rocket and Space Corporation Energia es proveedor de satíélites y vehículos de lanzamiento, entre ellos el nuevo Rus-M. KB Arsenal fabrica igualmente vehículos de lanzamiento.
Entre los consorcios de naciones europeas figuran Thales Alenia Space de nacionalidad ítalo-francesa, con experiencia en todos los sistemas espaciales, y EADS Astrium, consorcio con capitales de Francia, Alemania, Reino Unido y España, y que se aboca al transporte espacial, satíélites y servicios. Canadá, Ucrania, Alemania, Reino Unido, Japón e Israel tambiíén cuentan con empresas, desde la fabricación de software hasta satíélites y misiles.
El sector privado está ahí y llegó para quedarse. Por supuesto que su coexistencia con los programas espaciales civiles de los gobiernos demanda normas y códigos de conducta. El espacio es considerado como un bien público. Sin embargo, son pocos los países que cuentan con agencias espaciales civiles capaces de irrumpir, por sus propios medios, en el espacio, en tanto las corporaciones que acceden a esa frontera, lo hacen pensando en clientes que pueden pagar por sus productos y servicios.
Suerte en sus inversiones...