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Autor Tema: LAS Cí‰LULAS DEL BEBí‰ PUEDE MANIPULAR EL CUERPO DE SU MADRE DURANTE Dí‰CADAS  (Leído 614 veces)

Scientia

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LAS Cí‰LULAS DEL BEBí‰ PUEDE MANIPULAR EL CUERPO DE SU MADRE DURANTE Dí‰CADAS


Desde hace tiempo se sabe que las cíélulas migran entre madre y el feto a travíés de la placenta, incorporándose a distintos órganos; sin embargo se desconocí­a el nivel y la duración de esta trascendencia geníética…

Hasta que los cientí­ficos empezaron a descubrir cíélulas masculinas en mujeres aún años despuíés del embarazo. A este fenómeno se le conoció como microquimerismo, el cual resulta del intercambio celular a travíés de la placenta y del amamantamiento. De hecho se ha observado que los gemelos son capaces de intercambiar cíélulas en el útero; inclusive los cientí­ficos consideran la posibilidad de que las cíélulas de un hijo anterior puedan transmitirse a otro más joven a travíés de la placenta en su gestación posterior: “Las mujeres pueden mantener cíélulas microquimíéricas de su madre así­ como de sus embarazos y si tiene evidencia de que existe competencia entre las cíélulas de la abuela y de los hijos en la madre.”

Esta invasión celular, que lleva el nombre en honor a las bestias legendarias formadas por diferentes animales, ha permitido realizar una serie de investigaciones acerca de cómo este fenómeno afecta a la madre y cómo se puede usar para el cuidado y prevención de enfermedades como el cáncer de mama. Amy Boddy, una genetista en Arizona State University, explica que las investigaciones que se están realizando no sólo brinde un encuadre revolucionario para entender cómo y por quíé el microquimerismo se envuelve, pero tambiíén para comprender el cómo impacta en la salud.

A lo largo de las investigaciones, Boddy ha encontrado que el feto ha evolucionado a lo largo del tiempo logrando alterar la fisiologí­a de la madre; como por ejemplo, incrementar la transferencia de recursos básicos como la nutrición y el calor del niño en desarrollo. Esto se ha llevado a cabo gracias a que el cuerpo de la madre ha evolucionado por su lado, con el fin de prevenir el flujo excesivo de sus propios recursos de cuidado hacia el infante. De modo que, cuando las cíélulas fetales cruzan la placenta y entran en el flujo sanguí­neo de la madre, íéstas tienen la capacidad de crecer e integrarse a cualquier tipo de tejido –llamándose cíélulas pluripotentes–: “Aunque el sistema inmunológico de la madre remueve tí­picamente las cíélulas fetales de la sangre despuíés del embarazo, las cíélulas que se han quedado integradas con tejidos maternales escapan de detección y pueden quedarse en el cuerpo de la madre.”

El microquimerismo es un fenómeno especialmente complejo cuando una madre ha tenido múltiples embarazos; ya que el cuerpo de la madre acumula las cíélulas de cada bebíé, como si se tratara de un reservoir encargado de transferir las cíélulas de un hermano al otro y de formar microquimeras más elaboradas; pues la presencia de cíélulas fetales en el cuerpo de la madre puede inclusive regular la frecuencia en que ella puede volverse a embarazar de nuevo.

Sin embargo no se sabe del todo cuál o cómo es la función de estas cíélulas en la homeostasis reguladora de la fisiologí­a de la madre. Lo que se ha podido descubrir es que estas cíélulas pueden participar en la restauración del tejido de manera similar a las cíélulas madre y se cree que tambiíén pueden tener un papel en el sistema inmune:

Si estas cíélulas fetales están intercalando con material fisiológico, ¿en quíé parte del cuerpo materno podrí­a esperarse un mayor efecto en su funcionamiento? Se trata de una gran pregunta. Poniendo esto en un contexto, se vuelve un tema increí­blemente emocionante, novedoso e inteligente. Es un ejemplo hermoso de cómo la teorí­a pone a prueba las predicciones.

El mundo de las cíélulas microquimíéricas prueba una vez más que el ser humano es esencialmente plural, es una colonia de seres, no sólo conectados a travíés de lazos emocionales sino tambiíén sociobiológicos. El individuo no existe: estamos hechos de muchos. La conexión entre la madre y el hijo es más profunda de lo que se imagina.

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