Por... Roberto Flores Saona
En el tercer trimestre de 2015 la renta variable de los EE.UU. registró una corrección de 6.9%, en línea con el desempeño de los mercados globales. De esta manera, el índice S&P 500 acumuló un retroceso de 6.7% en lo que va del año, explicado principalmente por el desempeño del último periodo.
Los temores de un aterrizaje forzoso de la economía china y su potencial impacto en el crecimiento de EE.UU. y del mundo gatillaron una fuerte toma de ganancias en la renta variable norteamericana, mercado que ya presentaba anteriormente niveles de valorización relativamente altos.
A pesar de dicha ola vendedora, la renta variable en los EE.UU. sigue mostrando valorizaciones apretadas, toda vez que el mercado ha continuado revisando a la baja sus estimados de utilidades para los próximos trimestres. Así, por ejemplo, para los resultados del tercer trimestre de 2015, el consenso de los analistas anticipa una caída interanual de 3.9%.
En la medida en que las empresas continúen reportando resultados financieros díébiles, los premios que presentan los múltiplos de valorización serán cada vez más difíciles de justificar, más aún si se considera un entorno de liquidez menos holgado ante el inminente inicio del ciclo alcista de las tasas de la FED. Es más, en tíérminos de flujos, las salidas han sido el común denominador de las últimas semanas, lo que es un claro reflejo de la mayor cautela de los inversionistas hacia el equity norteamericano.
En suma, el índice S&P 500 seguiría mostrando un comportamiento volátil en los siguientes meses, sobre todo hacia fin de año cuando en caso se concrete el inicio de la normalización monetaria de la FED. Y si bien el sólido panorama económico le brinda un soporte al mercado, el espacio para una mayor revalorización es limitado. En este contexto la recomendación de Intíéligo SAB es subponderar la renta variable de EE.UU.