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Trabajadores petroleros inician hoy la segunda jornada de un paro por tiempo indeterminado en oposición a las intenciones de Petrobras de vender algunos de sus activos y reducir inversiones.
La paralización comenzó la víspera en 12 filiales de la Federación íšnica de Trabajadores Petroleros (FUP) y afecta a todas las dependencias de esa compañía, la mayor y más importante de la nación.
El director da FUP, Simí£o Zanardi Filho, destacó que la huelga fue decidida hace más de 45 días, pero antes intentaron negociar con los directivos de Petrobras, los accionistas mayoritarios y el gobierno federal, sin lograr íéxito alguno.
Zanardi Filho señaló que debido a los cambios de turnos en las refinerías, plataformas y otras unidades, el procedimiento de detención de la producción será gradual y puede durar hasta 72 horas a partir de la víspera.
La FUP adoptó asimismo otras medidas para impedir por orden judicial que Petrobras ofrezca pagar horas extra a trabajadores que terminaron ayer su turno laboral con miras a mantener la producción de crudo, indicó.
Además de la FUP, empleados de cinco filiales de la Federación Nacional de Petroleros (FNP) mantienen desde el 24 último sus brazos cruzados en seis estados contra la privatización de activos de esa compañía.
Por estar con la caja comprometida con deudas, la empresa quiere deshacerse de parte de su patrimonio para obtener ingresos y en tal sentido anunció la venta del 49 por ciento de la filial de distribución de gas natural, Gaspetro, a la japonesa Mitsui y aún busca un socio para la BR Distribuidora.
Para la FUP, el plan de reducir las inversiones generará despidos y tendrá un impacto negativo en la economía brasileña.
Según el Ministerio de Hacienda, por cada mil millones de reales (259 millones de dólares) que Petrobras deja de invertir en el país, el efecto sobre el Producto Interno Bruto es de dos mil 500 millones de reales (649 millones de dólares).
Si los recortes continúan se estima que 20 millones de puestos de trabajo no serán generados hasta 2019, reveló la fuente.
La Cuenca de Campos, una zona petrolera ubicada en el mar próximo a Río de Janeiro y encargada del 80 por ciento de la producción de gas y crudos, inició la víspera el proceso para parar su producción.
Petrobras desestimó analizar sus planes futuros y ofreció a los trabajadores mejorar los acuerdos colectivos y subir la paga en un 8,11 por ciento.