LA ESPIRAL DE LA CRISIS
Un fontanero llega a la Comunidad. Debe arreglar una caldera. La bomba del agua ha dejado de funcionar. Trabaja rápido, es eficaz, y hace poco ruido. Son doscientos cincuenta del ala por un trabajo profesional. Se paga sin rechistar y se le reconoce el míérito. Antes de marcharse deja una pregunta: "Me acaban de llamar de la central. un compañero me dice que saque los ahorros de ING, que han quebrado, aunque no quieren decirlo". Se le responde que duerma tranquilo, que lo suyo está asegurado por el Estado. No se fía, no se lo cree.
Dos días despuíés, en pleno domingo, leo que el Estado holandíés ha tenido que poner diez mil millones de euros de garantía para salvar al banco naranja. Pienso si el fontanero, que no se llama Joe ni es polaco tiene el olfato especial de los que no tienen nada para intuir los nubarrones en el horizonte. Leo tambiíén a Krugman, que dice que es hora del gasto público, de no andar con ahorros en el dinero del estado. Subirán los impuestos. Todos.
Por cierto, se me olvidaba. El fontanero dejó otra pregunta, sin mirarnos a los ojos mientras cerraba su caja de herramientas. Y a esta nadie se atrevió a responderle. NOs vimos todos con taparrabos y al borde del canivalismo. Fue justo cuando el fontanero dijo aquello de: "¿Y si quiebra el Estado"?
enviado por a_urdaci