Bloomberg
La legislación rusa complicaría que los millonarios rusos heredaran sus fortunas a sus familias, lo que anticipa un aumento de fusiones y adquisiciones en el país.
Ha pasado un cuarto de siglo desde que la caída del imperio soviíético provocó una de las transferencias de riqueza más grandes de la historia. Ahora los banqueros se preparan para otra en tanto la primera generación de capitalistas de Rusia deja su lugar a la próxima.
Encuestas confidenciales a docenas de millonarios y multimillonarios que se realizaron despuíés de que el año pasado comenzaran las sanciones económicas europeas y estadounidenses muestran que los rusos adinerados reciben poco apoyo del marco legal del país para transferir sus empresas a sus sucesores; la mayoría dice que por primera vez se plantea la cuestión de la sucesión con mucha seriedad.
“Los dueños de las grandes empresas son básicamente rehenesâ€, dijo Alena Ledeneva, profesora de política de University College London, quien estudió el funcionamiento de las redes de poder en Rusia durante dos díécadas. “Pueden sugerir que sus hijos sean los rehenes que tomen su lugar pero sólo el sistema de Putin decidirá si los incorpora o noâ€.
Rivalidad petrolera de rusos y saudíes oculta amenaza iraní
Los millonarios rusos de Marbella se aprietan el cinturón
Putin irrita hasta a sus amigos millonarios
DINASTíAS FAMILIARES
El resultado podría ser un aumento de las transacciones de las empresas rusas en los próximos años, según Phoenix Advisors, firma de inversión con sede en Moscú que ayuda a los empresarios a resolver los desafíos del planeamiento de la sucesión y la transición.
La mitad de los consultados para un estudio de PricewaterhouseCoopers dado a conocer en 2014 dijo que planean vender sus carteras, más del doble del promedio mundial. Más de la mitad de los entrevistados para una encuesta del Centro de Transformación de Riqueza de la Escuela de Administración Skolkovo de Moscú que se publicó en febrero creen que “las grandes compañías rusas no se convertirán en dinastías familiaresâ€.
El estudio de PwC encuestó a 2 mil 484 ejecutivos y directores de cuarenta países, incluidos 57 de Rusia. El sondeo de Skolkovo consultó a 39 líderes empresariales rusos. El centro está ubicado en un complejo tecnológico y educativo de Moscú promovido por el primer ministro Dmitry Medvedev y financiado por los multimillonarios Viktor Vekselberg, Roman Abramovich, Alexander Abramov y Petr Aven, quienes ahora son parte de un grupo de expertos asociados.
El portavoz del presidente Vladimir Putin, Dmitry Peskov, no respondió los pedidos de comentarios.
PROBLEMA COSTOSO
Para los más ricos del país, el problema es costoso. Los 22 rusos que figuran en el ranking diario del índice de Multimillonarios de Bloomberg de las 400 personas más acaudaladas del mundo controlan en conjunto alrededor de 200 mil millones de dólares y más de la mitad de esa suma, 115 mil millones de dólares, está invertida en compañías de capital cerrado o que cotizan en bolsa y operan en Rusia.
El problema a que se enfrentan es exclusivo del tipo particular de capitalismo del país. La tradición rusa de riqueza dinástica terminó cuando los bolcheviques llegaron al poder hace un siglo, y la economía postsoviíética que ha cobrado forma bajo el gobierno de Putin favorece el cultivar las relaciones personales y el dominio de normas que en su mayor parte no están escritas.
“Pocos dueños de empresas rusos están pensando en transferir sus activos a la siguiente generación, de modo que la venta está en su agendaâ€, dijo el director gerente de Phoenix Advisors, Alexey Stankevich. “Prevemos que esto provocará un aumento de las fusiones y adquisicionesâ€.