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Autor Tema: El comercio es el arma más poderosa de China...  (Leído 172 veces)

OCIN

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El comercio es el arma más poderosa de China...
« en: Noviembre 27, 2015, 11:25:07 am »
Por...  David Piling



El presidente Obama reconoció la importancia de Malasia como signatario del Acuerdo de Asociación Transpací­fico (TPP), un pacto comercial que Washington espera unirá a EU con la región más dinámica del mundo.

Este momento deberí­a haber sido terriblemente vergonzoso para el primer ministro de Malasia Najib Razak —quien se encuentra envuelto en un escándalo— para reunirse con el lí­der del mundo libre y con el del mundo ‘no tan’ libre. El fondo de desarrollo que íél ayudó a formar, 1Malaysia Development Berhad (1MDB), es objeto de múltiples investigaciones internacionales en relación con sospechosas transacciones. El fondo, agobiado por una deuda de 11 mil millones de dólares, está luchando por mantenerse a flote.

En lugar de ello, Najib —quien recientemente se regocijó al encontrar 700 millones de dólares en su cuenta bancaria personal procedentes de un donante anónimo del Medio Oriente— parecí­a saborear la oportunidad de darles la bienvenida al presidente de EU y al primer ministro chino, quienes estaban en Kuala Lumpur la semana pasada para asistir a reuniones regionales.

Y Najib deberí­a haberla disfrutado. Barack Obama —quien necesita urgentemente a Najib para apoyar una extensa agenda que cubre desde la lucha contra el terrorismo hasta el libre comercio— fue definitivamente moderado con el lí­der, quien está acusado de malversación de fondos estatales en una escala masiva. Entre otras cosas, Obama elogió a Malasia como “extraordinariamente útil” en la lucha contra el Estado Islámico (EI) con una contrastante narrativa moderada del Islam.

El presidente Obama tambiíén reconoció la importancia de Malasia como signatario del Acuerdo de Asociación Transpací­fico (TPP), un pacto comercial que Washington espera unirá a EU con la región más dinámica del mundo y complementará su muy discutido (aunque no realmente puesto en práctica) pivote militar hacia el Pací­fico.

Li Keqiang, el lí­der chino, fue todaví­a más allá. í‰l colmó a Najib de regalos, como si 700 millones de dólares no fueran suficiente. La compañí­a estatal Grupo General de Energí­a Nuclear de China (CGN, por sus siglas en inglíés) pagó 2.3 mil millones de dólares para comprar activos de energí­a pertenecientes a 1MDB, aliviando así­ el sufrimiento ocasionado por la deuda. Li habló animadamente sobre el potencial de otras grandes inversiones chinas, incluyendo un enlace ferroviario de alta velocidad desde Kuala Lumpur hasta Singapur. Los dos intercambiaron compras de las deudas de cada quien como si fueran amantes intercambiando poemas.

La opinión habitual en relación con el ascenso de China es que les presenta a los paí­ses asiáticos una decisión difí­cil. En el caso de Australia, por ejemplo, ¿cómo deberí­a equilibrar sus intereses comerciales con China, con mucho su mayor socio comercial, en contraste con sus serios intereses de seguridad con EU? La respuesta es que no siempre es fácil. Australia —cuyos 24 años de crecimiento libres de recesión se deben en gran parte a una demanda de materias primas por parte de China que hasta ahora ha sido voraz— tiene una relación delicada con su benefactor económico. Sí­dney ha sido cautelosa acerca de las inversiones chinas en campos agrí­colas, telecomunicaciones y minerales.

Sin embargo, para los paí­ses menos acaudalados puede existir una alternativa: enfrentar a uno contra el otro para obtener el mejor trato posible. Un ejemplo de ello es Pakistán. Islamabad, intermitente aliada de Washington, se ha mantenido constantemente cerca de Beijing. El paí­s ha sido premiado con la promesa de grandes inversiones en sus deteriorados sectores de energí­a y transporte. China ha hablado grandiosamente de la construcción de un corredor de 1,800 millas de longitud que une al puerto de aguas profundas paquistaní­ en Gwadar con su inestable región de Xinjiang. Si aunque sea una fracción de los 46 mil millones de dólares que Beijing ha prometido se materializa, podrí­a conllevar un efecto transformador.

Indonesia tambiíén ha actuado con astucia. Recientemente, el paí­s creó un enfrentamiento no de China contra EU, sino contra Japón. Despuíés de años de hablar con Tokio sobre un tren bala de 5 mil millones de dólares, en el último minuto Yakarta decidió aceptar la propuesta china. Beijing le ofreció un acuerdo de financiamiento demasiado bueno como para dejarlo pasar. Los sorprendidos diplomáticos japoneses prometieron redoblar sus esfuerzos para ganar el enlace ferroviario de Kuala Lumpur a Singapur que tambiíén está en la mira de Beijing.

Está claro que existe una batalla para ganar los corazones y las mentes de Asia. Y se ganará con la ayuda tanto de ingenieros como de estrategas militares.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...