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Autor Tema: ¿Podemos viajar al pasado sin cambiar el futuro?  (Leído 507 veces)

Scientia

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¿Podemos viajar al pasado sin cambiar el futuro?
« en: Noviembre 29, 2015, 07:47:53 pm »
http://www.abc.es/20100721/ciencia/podemos-viajar-pasado-ninguna-201007211736.html

¿Podemos viajar al pasado sin cambiar el futuro?

Una desconcertante teorí­a alternativa evita paradojas como la del viajero del tiempo que mata a su propio abuelo




Las paradojas penden sobre los viajes en el tiempo como una espada de Damocles futurista. La posibilidad de viajar al pasado y matar a tu propio abuelo impidiendo tu nacimiento (y el viaje en cuestión) ha sido utilizada en varias oportunidades como un potente argumento en contra de los viajes al pasado. Sin embargo, un cientí­fico del MIT asegura que gracias a las casi siempre desconcertantes alternativas que plantea la fí­sica cuántica, podrí­an evitarse esas paradojas. ¿Podremos, entonces, viajar al pasado? Seth Lloyd, del MIT, cree que sí­.
¿Podemos viajar al pasado sin cambiar el futuro?
ABC
La propuesta de Seth Lloyd acaba con las paradojas de los viajes en el tiempo
La posibilidad de viajar en el tiempo siempre ha sido un tema de interíés para los fí­sicos. Dejando de lado el pequeño detalle de que nuestra tecnologí­a no está ni siquiera remotamente cerca de permitirnos semejante cosa, lo cierto es que los cientí­ficos pueden intentar determinar si las leyes de la fí­sica permiten o no realizar estos viajes. Es posible que el tiempo, al que generalmente le reconocemos una sola dirección fija e inalterable, pueda -desde el punto de vista de la fí­sica- ser “revertido” permitiendo a una partí­cula (o a un humano, llegado el caso) viajar al pasado. Si esto ocurriese, pueden aparecer situaciones -llamadas paradojas- que plantean enormes desafí­os intelectuales. La más conocida de ellas es la llamada “Paradoja del abuelo”: una persona viaja al pasado y mata a su abuelo antes de que este conozca a su abuela y puedan concebir a su padre. Esto implica que en realidad el viajero temporal nunca ha nacido y por lo tanto no pudo haber viajado en el tiempo para eliminar a su antepasado. Sin embargo, puede que tales paradojas puedan ser evitadas gracias al teletransporte cuántico.

La mecánica cuántica esta plagada de extrañas consecuencias, una de las cuales es la llamada postselección, es decir, la capacidad de realizar un cómputo que descarte automáticamente ciertos resultados. Imaginemos una expresión compleja que posee una enorme cantidad de variables y que necesitamos saber cuál de todas las combinaciones posibles es la respuesta a nuestro problema. La forma de resolver esto mediante un ordenador tradicional es utilizar lo que sutilmente se denomina “fuerza bruta”: probar, una a una, con todas las combinaciones de variables hasta encontrar la que funciona. La postselección, por el contrario, permite que las variables tomen valores de forma aleatoria y se “postseleccionen” poniendo como condición que la respuesta sea correcta. Este fenómeno, además de permitir a los especialistas especular con ordenadores cuánticos capaces de resolver prácticamente cualquier problema, podrí­a impedir las paradojas relacionadas con los viajes al pasado.

El responsable de esta especulación es un cientí­fico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) llamado Seth Lloyd. Según este fí­sico, si se combina la postselección con la teletransportación cuántica podrí­amos construir una máquina del tiempo libre de paradojas. El teletransporte cuántico aprovecha un efecto conocido como entrelazamiento cuántico para reproducir en un punto del espacio un estado cuántico que existí­a antes en otro sitio, y Lloyd cree que puede utilizarse la postselección para que este proceso ocurra a la inversa. La postselección asegurarí­a que sólo se pueda teletransportar determinados estados cuánticos, limitando los estados en podrí­a encontrarse la partí­cula original antes de ser teletransportada.

Cuestión de probabilidades
En pocas palabras, el estado de la partí­cula se encuentra viajando hacia atrás en el tiempo. Todo esto resulta prácticamente incomprensible para los que no tenemos un doctorado en Fí­sica, pero lo cierto es que -de construirse una máquina del tiempo que funcione según estos principios- no padecerí­a las habituales e incómodas paradojas. El secreto se encuentra en la naturaleza totalmente probabilí­stica de la mecánica cuántica, que asegura que cualquier cosa que permita la máquina del tiempo tiene una probabilidad finita de ocurrir.

Pero la capacidad de evitar paradojas no es la única caracterí­stica interesante que tiene la máquina del tiempo de Lloyd. Este sistema tampoco necesita de las distorsiones espaciotemporales que requieren las máquinas tradicionales, como “retorcer” el tejido del espacio-tiempo o aprovechar fenómenos como los agujeros negros para permitir el viaje. “Tenemos la esperanza es que esta teorí­a resulte útil tambiíén para formular una teorí­a cuántica de la gravedad”, dicen Lloyd y sus colaboradores. Si este fí­sico está en lo cierto, algún dí­a las maquinas del tiempo funcionarán gracias a su trabajo y los alumnos de todo el mundo recordarán sus contribuciones a la comprensión de la fuerza de la gravedad. Si se equivoca, volverá irremisiblemente al anonimato. Solo el tiempo -paradójicamente- nos dará la respuesta.