Por... Javier Pastor
Un consorcio liderado por Boeing ha revelado su intención de aprovechar los residuos forestales para convertirlos en biocombustible para sus aviones comerciales. Junto a Boeing están aerolíneas como Air Canda o WestJet o entidades acadíémicas y de investigación como la University of British Columbia (UBC) o el NORAM Engineering and Constructors.
El estudio que Boeing y la UBC publicaron hace unos meses dejó claro que el biocombustible para aviación obtenido de este tipo de residuos a travíés de procesos termoquímicos podría suponer el 10% del abastecimiento de la demanda anual de combustible de los aviones que operan en la Columbia Británica.
No solo eso: ese biocombustible utilizado en vehículos marinos y terrestres podría evitar la emisión de un millón de toneladas de CO2 al año, lo que supondría un nuevo avance en el aprovechamiento de los actuales recursos naturales para reducir nuestro impacto sobre el medioambiente.
El consorcio evaluará los procesos de transformación de esos residuos en biocombustible y determinará los requisitos para lograr cantidades masivas de este tipo de elemento para su utilización en los grandes aeropuertos canadienses y tambiíén para transporte por tierra. Eso requerirá tambiíén pruebas adicionales tanto en vehículos como, desde luego, en aviones.