Este año se han batido todos los ríécords en el mercado de M&A (fusiones y adquisiciones, por sus siglas en inglíés). Las operaciones anunciadas desde enero en todo el mundo suman 4,2 billones de dólares (3,97 billones de euros), según datos de Thomson Reuters, y superan la anterior plusmarca registrada en 2007, justo antes del estallido de la Gran Recesión. Además de la profusión de movimientos, lo destacable de 2015 es que se están cerrando algunos de los tratos más voluminosos de la historia. Queda inaugurada por lo tanto la era de las megafusiones: Pfizer y Allergan; AB Inbev y SABMiller; Marriott y Starwood; Royal Dutch Shell y BG Group; Charter y Time Warner Cable; o Nokia y Alcatel son solo algunos de los tratos más destacados.
"La evolución positiva de las Bolsas, que eleva el valor de las empresas, y la caída de los tipos de interíés facilita mayores niveles de endeudamiento para adquirir otras compañías", explica Aurelio García del Barrio, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). "La compra de otra empresa es una de las formas más recurrentes para ganar tamaño y eliminar competidores", añade.
Otro de los motivos que podría estar detrás del auge de las operaciones de M&A es el llamado secular stagnation, es decir, la posibilidad de que estemos en una etapa larga de crecimientos económicos menores a la media histórica y tipos de interíés bajos. En este entorno el tamaño se presume clave para lograr crecimiento en los beneficios. "La economía mundial se ha recuperado, pero ya no hablamos de tasas del 5% sino más moderadas. En este escenario una gran fusión, gracias a las sinergias que se obtienen, puede ser una propuesta de valor para los accionistas", recuerda Ignacio Faus, socio responsable de Deal Advisory en KPMG.
David Fernández