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El gobierno egipcio acordó este fin de semana con el Banco Mundial (BM) un nuevo príéstamo por valor de cinco mil millones de dólares, de los cuales un quinto se entregará antes de finalizar el 2015.
Durante la firma del acuerdo para un lote inicial de tres mil millones de dólares, rubricado por el primer ministro de Egipto, Sherif Ismail, el ministro para la Cooperación Internacional, Sahar Nasr, informó que el monto total de los acuerdos del país con el BM alcanzará los ocho mil millones de dólares.
Los primeros tres mil millones, detalló, serán entregados durante tres años, y tendrán un plazo de pago de 35 años, con un interíés del 1.68 por ciento, y un periodo de gracia de cinco años.
Acorde a observadores locales, ese dinero deberá facilitar el crecimiento económico egipcio gracias al alivio del país en su escasez de recursos monetarios.
Según Nasr, del paquete de cinco mil millones de dólares, tres mil millones serán destinados a implementar proyectos en las localidades más pobres del país, y al establecimiento de zonas industriales en el área del Canal de Suez y Puerto Said.
Los restantes dos mil millones, provenientes de la Cooperación Financiera Internacional, serán empleados en apoyar al sector privado egipcio, añadió.
En sus declaraciones Nasr no especificó las fechas previstas para firmar por el resto del lote financiero.
Actualmente Egipto se encuentra en medio de reformas fiscales impuestas por los organismos financieros internacionales, las cuales afectan básicamente a los sectores de menores ingresos de su población.
Una de las primeras medidas acorde a esos planes fue el corte de los subsidios a los combustibles, producto de lo cual los precios en las gasolineras se incrementaron hasta en 78 por ciento.
Por otra parte, el gobierno del presidente Abdel Fatah El Sisi busca paliar los efectos negativos de esas medidas con la implementación de varios proyectos de construcción habitacional, agrícolas y de control de precios mayoristas y minoristas.
Desde la llamada revolución del 2011, Egipto enfrenta una crisis económica provocada en parte por la abrupta caída del turismo internacional, una de las principales fuentes de divisas frescas para la economía, y que empleaba a varios millones de trabajadores.
