por Josíé Lesta y Miguel Pedrero
CLAVES OCULTAS DEL PODER MUNDIAL
COMO EL ESOTERISMO Y LO PARANORMAL INFLUYEN EN LA HISTORIA
Abraham Lincoln, Gandhi, el faraón Tutmosis, Alejandro Magno o Mahoma, son solo algunos de los personajes que a lo largo de la historia, tuvieron sueños que posteriormente se cumplirían premonitoriamente. A su vez, Akenaton, Constantino, Carlomagno, Cristóbal Colón o Julio Cíésar, sufrieron experiencias con luces o extraños fenómenos celestes que influyeron decisivamente en sus destinos históricos.
Y más recientemente, Juana de Arco, Napoleón o George Washington, aseguraron ser aconsejados por apariciones de seres o entidades sobrenaturales en momentos clave de la historia. Todo ello hizo que sus creencias personales variasen, y que empezaran a formar parte de interesantes organizaciones ocultistas, religiosas o esotíéricas de sus respectivas íépocas. Claro que no fueron los únicos… y tampoco los últimos.
En pleno y tecnificado siglo XXI, los hombres más poderosos del mundo se reúnen una vez al año para decidir guerras, el precio del petróleo, o los políticos que dirigirán los países en el futuro inmediato. Algunos de ellos forman parte de varias organizaciones. Una de ellas es el Club de los Bohemios.
Una agrupación que rinde culto a antiquísimos dioses paganos, y que celebran oscuros rituales en un frondoso bosque situado en una isla de su propiedad.
Por encima de todos ellos, estarían los Illuminati, una organización secreta internacional a la que se le atribuye la fundación de los Estados Unidos, o el diseño del billete de dólar americano.
La doncella de Orleans (Juana de Arco) estaba guiada
por misteriosas voces y apariciones sobrenaturales.
De todos modos, no hace falta irse muy lejos par entrever una relación entre el mundo del ocultismo o el esoterismo, y la política...
“El símbolo de ETA (el hacha y la serpiente) forma un conjunto andrógino -hacha masculina y serpiente femenina- y refleja el drama psicológico de la banda terrorista: hombres pertenecientes a una sociedad matriarcal, que solamente logran afirmarse mediante la dureza y la virilidadâ€. Esas fueron las palabras, acertadas o no, que nos asestó D.L. a la hora de realizar la investigación para este trabajo. El personaje, un interesante experto en geoestrategia y terrorismo que por motivos netamente personales ha decidido estar en el anonimato, nos puso sobre una pista inquietante, y es que los antiguos fundadores de los nacionalismos en España, pertenecieron a organizaciones ocultistas y basaron su ideología política en conceptos esotíéricos y orientalistas.
Así, mientras conseguíamos las antiguas actas de la “Muy noble y sagrada orden gallega del Santo Grialâ€, fundada por los nacionalistas gallegos de principios de siglo, descubríamos que los importantes políticos catalanistas Pi y Margall y Valentí Almirall pertenecían al círculo íntimo del masón y ocultista Rossend Arús, quien influyó en sus obras e ideología que dieron lugar al actual independentismo catalán y a todos sus partidos políticos asociados.
Pero la larga sombra de la misteriosa masonería, se puede rastrear a lo largo de todo el globo. Sin ir más lejos, George Bush padre y Bill Clinton son masones, al igual que el 80% de los presidentes estadounidenses que lo han sido o han estado vinculados a la orden de algún modo.
Aquí en España, algunos historiadores aseguran conocer de fuentes fiables que el presidente Zapatero y siete de sus ministros son masones. Sea cierto o no, sin duda la masonería jugó un papel decisivo en la independencia de las colonias españolas y en la proclamación de la II República, una organización que o paso desapercibida tampoco para Francisco Franco que, según testimonios de varios militares, cuando era teniente coronel, pidió el ingreso en una logia masónica llamada Lukus.
No sería el único dictador asociado a grupos de tipo esotíérico. Así, Adolf Hitler, fiel creyente ese tipo de temáticas, y que estuvo fuertemente influenciado por experiencias y visiones místicas, formo parte de la sociedad esotíérica Thule. Una curiosa organización que fundó, apoyó y financió al creciente partido nazi. Precisamente, Hitler era un miembro de la logia secreta según las actas de 1925 a las que hemos tenido acceso.