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La cotización del peso mexicano amaneció hoy en baja y signada por la incertidumbre, luego que la víspera se despeñara otra vez frente al dólar.
La divisa estadounidense cerró el martes a 18,2760 pesos en las grandes operaciones interbancarias, un precio mayor en siete centavos al del primer día de la semana en curso.
El martes el dólar se vendió en ventanillas bancarias a 18,55 pesos, al tíérmino de una jornada de mayor debilitamiento de la moneda mexicana, que acumula devaluación de 6,2 por ciento durante 2016.
La volatilidad de los mercados, impactados por noticias preocupantes sobre la economía china, arrastraron al peso, pese a las subastas de dólares realizadas por el Banco de Míéxico para apuntalar a la moneda nacional.
En lo que va de año, las reservas internacionales en divisas de Míéxico registraron una reducción de mil 491 millones de dólares, sobre todo por el mecanismo de subastas para contrarrestar la devaluación del peso.
Las reservas se situaron en 175 mil 232 millones de dólares el 15 de enero, un monto que los especialistas consideran positivo pese a la sangría de las subastas que, hasta la fecha, vendieron 400 millones de dólares a intermediarios financieros para apoyar al peso.
Banamex-Citi, el segundo mayor intermediario del sistema financiero mexicano, elevó a 18 pesos por dólar su estimado de tipo de cambio al cierre de este año, desde 16,90 pesos de su proyección anterior.
Aunque hasta ahora la depreciación del peso no presenta consecuencias negativas notables en el bolsillo de los consumidores, más de un experto y cámaras empresariales alertan que la continuación de esta tendencia impactará sobre todo en los precios de los productos de importación, entre ellos los medicamentos.
Consultado por Prensa Latina al respecto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, aseguró que la moneda mexicana no está entre las más afectadas en el concierto regional e internacional, aunque reconoció su retroceso.
Dijo que el gobierno está vigilante sobre un repunte inflacionario, aunque descartó la intervención gubernamental con decisiones como la imposición de tope de precios.
Aseguró que la estrategia macroeconómica del gobierno federal, incluidas medidas resultantes de reformas estructurales en la economía, permiten afrontar las secuelas de la actual incertidumbre económica internacional.
De hecho, el declive del peso se arrastra desde el pasado año, en cuyos últimos meses la inflación en Míéxico registró sus niveles históricos más bajos, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía.
Sin embargo, los ingresos del gobierno federal están afectados además por la caída de los precios de las exportaciones petroleras que, en su momento, resultaron la principal entrada de divisas del país.