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El precio del barril de petróleo Brent cayó hasta los 27,88 dólares por barril, su nivel más bajo desde 2003, mientras que el crudo estadounidense descendió a 26,55 dólares situación que genera una larga lista de perjudicados.
Varios analistas de Morgan Stanley, citados por la BBC, auguran que los precios pueden bajar más hasta los 20 dólares por barril si continúa la devaluación de la moneda china.
Otros expertos del Royal Bank of Scotland afirman que el valor del crudo podría descender a 16 dólares, mientras que Standard Chartered predice que los precios llegarán a 10 dólares por barril.
En medio de ese adverso panorama la Organización de Países Exportadores de Petróleo ya indicó en un reporte mensual que la oferta fuera del grupo bajará en 660 mil barriles por día en 2016, principalmente la producción de petróleo estadounidense.
Dicho reporte tambiíén afirmó que sus miembros extrajeron menos petróleo en diciembre, lo que redujo el exceso de oferta en el mercado.
Entre los perdedores del descalabro petrolero están las grandes compañías petroleras como BP, Shell, Total y Exxon Mobil que intentan sortear el temporal mediante la reducción de miles de millones de dólares de inversión y la reducción de miles de puestos de trabajo.
De ahí que entre las empresas más golpeadas están las que deben extraer el oro negro a grandes profundidades submarinas, por los elevados costes que esto representa.
Un tanto similar ocurre con las operadores que utilizan la tecnología del fracking o extracción mediante fracturación hidráulica en Estados Unidos, las cuales no pueden continuar produciendo a precios menores de 50 dólares por barril, y tampoco es económico por debajo de 30 dólares.
El profesor emíérito de la Universidad de Dundee, Escocia, Paul Stevens, estima que el costo de operación de los productores estadounidenses de esquisto ronda los 40 dólares el tonel, pero afirma que seguirán con sus extracciones hasta que el precio del crudo alcance los 25 dólares.
Para Amíérica Latina las consecuencias no son insignificantes ya que afectan los nuevos proyectos petroleros como la apertura mexicana o la explotación de campos profundos en Brasil,
"Proyectos como la búsqueda petrolera en Brasil a gran profundidad bajo el mar o la inversión para aprovechar la apertura mexicana a capitales privados no pueden funcionar con precios de 20; 30 o 40 dólares para el barril de crudo", aseguró el analista venezolano Diego González, del Centro de Orientación en Energía.
Sobre el tema afirmó que los latinoamericanos explotan crudos con base en la infraestructura disponible aun cuando tengan que venderlos temporalmente bajo el costo, pero nuevos emprendimientos necesitan precios superiores a 70 dólares por barril.
En su opinión ese panorama "va a dominar en el corto y mediano plazo, pues las señales del mercado son de que no volverán los precios de 100 o más dólares.
Productores sudamericanos como Colombia, Ecuador y Venezuela están en la difícil posición de vender su crudo por menos de lo que les cuesta producirlo, por lo que reciben menos de 20 dólares por sus crudos más pesados.
Tambiíén el economista Rafael Quiroz, asesor del Banco Central de Venezuela, significó que a menos de 60 dólares el barril, los proyectos de desarrollo de petroleras estatales de la región son insostenibles.
En esa situación está el coste de producción en Colombia al situarse en 35,50 dólares por tonel, por lo que dejaría de ser rentable seguir produciendo en algunos yacimientos, en tanto Brasil está entre los países con los gastos de producción más altos, que rondan los 48 dólares, ya que cuenta con los yacimientos submarinos de Presal.
Ecuador, el cuarto mayor productor de Sudamíérica, está tambiíén vendiendo por debajo del punto de equilibrio.
Ante esa situación desde mediados del pasado año Venezuela y Ecuador abogan por una cumbre de la OPEP y otros estados productores para tomar las riendas del mercado.
En su última reunión de diciembre, el cártel que produce el 61 por ciento del crudo no obtuvo consenso para recortar la oferta, lo cual mantendrá bajas las cotizaciones.
Allí prevaleció la posición de no recortar los volúmenes de extracción propuesta por parte de Arabia Saudita, Kuwait y Qatar.
Estos países, que producen el 18 por ciento del petróleo global y tienen un costo de producción muy por debajo de los 30 dólares el barril.
Diferencia abismal si se compara con Nigeria, Venezuela o Angola tambiíén integrantes de la OPEP.