Por... Chelsea German
La revista The Atlantic publicó recientemente una fotografía de la vida en EE.UU. un siglo atrás. No era una imagen muy bonita: largas y arduas horas de trabajo, pequeños espacios para vivir, comida terrible, trabajo infantil, escasa tecnología y casi todo era más caro.
Esto fue lo que inspiró al economista Don Boudreaux a escribir una entrada en un blog preguntando por cuánto dinero uno aceptaría vivir una vida un siglo atrás. ¿Lo harías por un millón de dólares? ¿Lo harías por mil millones de dólares?
Considerando esta pregunta, Boudreaux pide que tengas en cuenta que en 1916, sin importar cuán rico hayas sido, no podrías disfrutar de nada de lo siguiente:
Radio (¿te importa la calidad del sonido del fonógrafo?)
Televisión
Transporte oportuno
Computadoras
Aire acondicionado
Rock’n roll
Comida internacional (¡olvídate del Pho vietnamita o del falafel!)
Smartphones
Alta probabilidad de sobrevivir la infancia
Lentes de contacto
Control de natalidad moderno
Antibióticos
Relojes precisos
Skype
Tratamientos dentales efectivos
Internet
…y muchas más otras cosas tambiíén. Si eres mujer o perteneces a cualquier otra minoría (ya sea racial, sexual o religiosa), entonces tambiíén tendrías que sacrificar varias libertades y vivir en un mundo con mucha menos tolerancia.
Bourdreaux concluye con esta observación:
Honestamente, no estaría ni remotamente tentado a dejar de ser yo en el 2016 para ser un yo con mil millones de dólares adicionales en 1916. Esto significa que, bajo los estándares de 1916, hoy soy más que un multimillonario. Significa que, dadas mis preferencias, hoy soy más rico en tíérminos materiales de lo que fue John D. Rockefeller en 1916. Y si, como creo que es el caso, mis preferencias mencionadas aquí no son inusuales, entonces casi todos los estadounidenses de clase media son más ricos que la persona más rica en EE.UU. hace 100 años atrás.
Yo no estaría tentada tampoco. ¿Tu lo estarías? La dificultad de esta pregunta muestra que una persona ordinaria en 2016 es en muchos aspectos más rica que John D. Rockefeller en 1916.
Suerte en sus vidas...