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El ministro ruso de Finanzas, Antón Siluanov, pronosticó hoy un díéficit fiscal en 2016 de 4,0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en un escenario peor que 2015, atado a la coyuntura en los mercados internacionales de crudo.
Ante las autoridades y el Gobierno se planteó la tarea de mantener el díéficit presupuestario en el nivel de los tres puntos porcentuales, bajo un precio del petróleo a 40 dólares el barril, comentó Siluanov a la prensa.
Según el titular de Hacienda, las expectativas del indicador son peores respecto a 2015, cuando el desfase fiscal ascendió a 2,4 por ciento del PIB.
Previno Siluanov de un incremento del díéficit hasta los cuatro puntos porcentuales en caso de un nuevo desplome de las cotizaciones del crudo, que experimentan una volatilidad sin precedentes desde 2014.
El ministro refirió una nueva variante de regla presupuestaria consistente en la retención para los fondos de reserva de los ingresos adicionales en caso de un alza en los precios del petróleo.
Reconoció el titular de Finanzas la dependencia de la economía rusa de la estabilidad en los precios del crudo en los mercados internacionales.
Para Rusia las cotizaciones petroleras representan el más sencillo factor de crecimiento. Un alza de los precios en 10 dólares por barril redunda en un crecimiento económico de 0,8-0,9 por ciento, estimó Siluanov.
El vicepresidente Arkadi Dvorkovich, a cargo de las cuestiones económicas dentro del Ejecutivo, afirmó este martes que no existían obstáculos para recuperar el crecimiento este año.
Coincidió, empero Dvorkovich, en que si descienden los precios del petróleo, el PIB de Rusia sufrirá una contracción de al menos uno por ciento.
Según el vicepresidente, el tan proyectado crecimiento de la economía rusa dependerá de las acciones del Gobierno, las autoridades regionales y del Banco Central.