Barei, la representante de España este año en Eurovisión, actuará este sábado en el puesto 19 en la gran final del festival. La organización del certamen ha revelado el orden de actuación despuíés de que todos los países finalistas quedaran repartidos según un sorteo entre el primer y el segundo bloque de la gala. La artista madrileña tuvo el azar de su lado y participará en el segundo, de donde han partido la mayoría de ganadores desde 2005. Además, las dos últimas representantes españolas que alcanzaron un top10 en la final, Pastora Soler (2012) y Ruth Lorenzo (2014), actuaron precisamente en el puesto 19.Sin embargo, Barei tendrá que actuar en esta ocasión despuíés del ruso Sergey Lazarev, favorito en todas las casas de apuestas para el triunfo. Por si fuera poco, tras la actuación española llegará el turno de Letonia y Ucrania, tambiíén muy bien valoradas tras su paso por las semifinales.Bíélgica será el país encargado de abrir la ceremonia y Armenia cerrará el bloque de actuaciones. Otros favoritos como Francia (puesto 11) o Australia (puesto 13), participarán en la primera parte de la gala.1. Bí‰LGICA2. REPíšBLICA CHECA3. PAíSES BAJOS4. AZERBAIYíN5. HUNGRíA6. ITALIA7. ISRAEL8. BULGARIA9. SUECIA10. ALEMANIA11. FRANCIA12. POLONIA13. AUSTRALIA14. CHIPRE15. SERBIA16. LITUANIA17. CROACIA18. RUSIA19. ESPAí‘A20. LETONIA21. UCRANIA22. MALTA23. GEORGIA24. AUSTRIA25. REINO UNIDO26. ARMENIA
Todos contra Rusia. Eurovisión llega esta noche a su gran final conteniendo el aliento ante un posible triunfo ruso. El show televisivo más importante del continente, que en los últimos años ha hecho evidentes gestos de apoyo al mundo homosexual y cuya base de fans procede en buena parte de este colectivo, se resiste a viajar a un país que ha promulgado severas leyes de carácter homófobo. Pero su representante, Sergey Lazarev, acude a la gran cita como el líder en las casas de apuestas y con el convencimiento de que la segunda victoria de Rusia, tras la de Dima Bilan en 2008, es muy posible. Para evitar cabos sueltos, la delegación rusa ha apostado para su escenografía por una revolución tecnológica que parte de la idea del juego con proyecciones que coronó el año pasado en el mismo festival al sueco Mí¥ns Zelmerlí¶w y su canción "Heroes". La regla no escrita de que la imitación no funciona en Eurovisión, y que lo que ha tenido íéxito una vez no se repite, quedaría bajo tela de juicio si finalmente los pronósticos no se equivocan y Sergey Lazarev se lleva el premio. [Guía para seguir la final de Eurovisión]Pero no lo tendrá fácil. Ucrania, Australia y Armenia se han erigido tras las semifinales como rivales importantes que pueden dar el campanazo final. Los ucranianos, además, han planteado su competición este año como una confrontación directa con los rusos. Jamala, una artista de 32 años y con una amplia carrera a sus espaldas, concurre con una balada dedicada a los tártaros de Crimea, que sufrieron masivas deportaciones durante el estalinismo. Pese a que Rusia protestó oficialmente al entender que la canción violaba la norma que impide que temas con contenido político participen en el concurso, Ucrania logró el visto bueno de los organizadores y podrá pelear esta noche por el triunfo.Armenia, un país que hasta la fecha no ha conseguido aún la victoria en Eurovisión, apuesta fuerte este año con un tema eclíéctico y arrollador que sorprende con una realización impecable y una actuación llena de pirotecnia y elementos lumínicos para potenciar la fuerza de su «LoveWave». Su representante, que recibió esta semana una dura advertencia por parte de la organización al mostrar en las semifinales una bandera del Nagorno Karabaj en plena disputa con Azerbaiyán, será la última en actuar. Australia, mientras, cerrará el primer bloque de la final. El país oceánico, que debutó el año pasado como invitado, llega a la cita con opciones de triunfo gracias a la sobresaliente candidatura de la cantante Dami Im. La artista, de origen surcoreano y ganadora del programa "X-Factor", interpretará "Sound of silence", una potente balada bajo una escenografía con proyecciones y tecnología 3D. La injerencia oceánica ha sido cuestionada por muchos al considerar que desvirtúa la idea de un concurso continental. Entre ellos, el comentarista de la BBC Graham Norton, que considera su participación en Eurovisión "una estupidez". Sin embargo, la propia Dami Im justifica su presencia al considerar que su país es "fan del festival desde los ochenta". "Nos encanta el concepto de unión a travíés de la música. Estoy muy agradecida de poder formar parte de esto". Si Australia gana, un país europeo sería el encargado de organizar el festival del próximo año aunque la televisión australiana estaría obligada a cubrir la mitad de los costes.El pesimismo invade la candidatura españolaFuera del ramillete de favoritos, España busca su hueco en la parte alta de la tabla con Barei y su "Say Yay!", el primer tema íntegramente en inglíés que representará a nuestro país. Pese a que las expectativas antes de su llegada a Estocolmo eran altas, la candidatura española ha comenzado a desfondarse en la recta final. Una muy cuestionada escenografía, para muchos sin energía y poco trabajada, ha cubierto de pesimismo las aspiraciones de Barei. La intíérprete, salvo cambio de última hora, lucirá un vestido camisero corte trapecio en pallet de lentejuelas doradas con un número tres impreso, el número de la suerte de nuestra representante. Un coro de cinco voces femeninas la acompañarán en un escenario donde la artista se caerá al suelo a mitad de actuación para transmitir el mensaje de superación frente a la adversidad que destila su canción. «Mucha gente me ha dicho que mi actuación es de las más sencillas pero tambiíén la más inteligente», comentaba la artista a ABC dos días antes de su gran cita. «La caída es una simple acción que nadie va a olvidar quede en el puesto que quede. Es marca. La gente siempre me recordará como la chica que se desploma».Justin Timberlake, invitado de lujoEn total, serán 26 los países que competirán esta noche por el triunfo en una gala que presentarán Petra Mede y el último ganador del certamen, Mí¥ns Zelmerlí¶w. El festival estrenará en esta edición, además, nuevo sistema de votación. Los puntos se dividirán este año en dos partes: el primero mantendrá el reparto tradicional con los votos del jurado y el segundo sumará globalmente para cada país los puntos otorgados por el televoto. De esta manera, el festival asegura emoción hasta el final, puesto que el ganador del certamen no se conocerá hasta el último minuto de la gala.Antes de las votaciones, Eurovisión dará la bienvenida a la primera estrella internacional que participa sin entrar en competición oficial. El norteamericano Justin Timberlake interpretará junto a su banda habitual su nuevo tema titulado 'Can't stop the filling!', todo un aliciente para un festival que este año, por primera vez, se emitirá en directo en Estados Unidos.
El problema no era el castellano. Promovidos por el hastío y el desencanto del eterno fracaso, España rompió este año con su tradición eurovisiva. Atrás quedaron 55 años en los que el español fue el idioma en el que artistas como Massiel, Salomíé, Raphael, Julio Iglesias, Karina o Mocedades consiguieron triunfar en Eurovisión con canciones que, tambiíén despuíés del certamen, se convirtieron en un íéxito internacional. Pero tras repetitivas debacles y fracasos, el castellano ha comenzado a verse como un gran problema, el supuesto lastre que impide que España alcance la gloria en Eurovisión. Por ello, TVE aceptó este año enviar un tema íntegramente en inglíés, el primero de su historia, para intentar poner fin a ese tortuoso camino por el desierto en el que se ha convertido Eurovisión para España.El experimento funcionó a medias. Barei, que cantó «Say Yay!» durante la gran final celebrada ayer en el Globe Arena de Estocolmo, sólo pudo ser vigesimosegunda tras renunciar a incorporar el castellano en su canción. La representante española fue la decimosexta en las votaciones del jurado y sólo la 23 de 26 en el televoto. Su resultado empeora incluso el cosechado por Edurne el año pasado con «Amanecer», interpretada íntegramente en castellano.Y todo pese a que Barei ofreció una actuación muy eníérgica, optimista y en la que la representante española estuvo vocalmente impecable. Pero no funcionaron los golpes de efecto que la artista ideó para atraer el voto de los europeos. Tampoco su famosa caída a mitad de actuación, uno de los momentos más comentados de la noche. La sorpresa llegó hacia el final del primer estribillo, cuando la cantante realizó un giro que la desequilibra y acaba cayendo. A partir de entonces, tres segundos intensos, eternos, desconcertantes. La música se detuvo en un estadio donde, totalmente a oscuras, sólo se escuchaba la respiración entrecortada de la artista. Un foco la buscó entre el gran vacío y Barei reapareció en el suelo, con gesto nervioso y dubitativo. Y entonces, siguió cantando a capella el tema e incorporándose con fuerza para transmitir el mensaje de superación que destila la letra de su tema. La española terminó su actuación en el satíélite del escenario para bailar junto a los fans en un mar de banderas y gritos de apoyo. Su interpretación fue, sin duda, una de las más aplaudidas de la noche por el público.Para su participación en Eurovisión, Barei optó por un vestido camisero corte trapecio en pallet de lentejuelas doradas del diseñor Raúl Amor. La prenda, elegida tras muchas dudas a lo largo de la semana, llevaba impreso tambiíén un «tres», su número de la suerte. Una superstición que no surtió gran efecto a tenor del resultado obtenido.Crimea, la protagonista sorpresaQuien sí tuvo la suerte de su lado fue la ucraniana Jamala, que se alzó con la victoria cuando la noche parecía inclinarse a favor de Australia. Ucrania vence en su regreso al festival despuíés de que el año pasado abandonara el concurso por los problemas políticos y económicos derivados de su enfrentamiento con Rusia por la península de Crimea. Y precisamente esta confrontación es el pilar sobre el que se construye «1944», la canción ganadora. Una balada dedicada a los tártaros de Crimea, que sufrieron deportaciones masivas aquel año por orden del estalinismo. La propia cantante, como gran parte de los tártaros de esta zona, nació en la república centroasiática de Kirguizistán, donde sus familiares fueron reubicados. Tras la independencia de Ucrania de la URSS en 1991, regresó junto con su familia a la península de Crimea, que hace dos años fue anexionada por Rusia tras un políémico referíéndum no reconocido por la comunidad internacional.Pese a que Rusia protestó oficialmente al entender que la canción violaba la norma que no permite temas con contenido político en el concurso, Ucrania logró el visto bueno de los organizadores y finalmente ha conseguido alzarse con el triunfo. Mientras, el representante ruso Sergey Lazarev, que ganó el televoto, sólo pudo quedar segundo por los malos resultados obtenidos por el jurado.Australia ganó la votación de los expertos y durante parte de la ceremonia se vio como ganadora gracias a la la voz de Dami Im y la fuerza arrolladora de su balada "Sound of silence". El televoto, sin embargo, la colocó finalmente segunda. Bulgaria, que regresaba al festival tras dos años de ausencia, obtuvo su mejor resultado histórico gracias al cuarto lugar de Poli Genova y la anfitriona Suecia mantuvo su buen pulso en el festival con un digno quinto lugar. Para el Big5, como ya es habitual, hubo suerte desigual: Francia volvió a los puestos de cabeza gracias a Amir y su contagiosa "J'ai cherchíé", mientras que Italia y Reino Unido se hundieron. Alemania, además, volvió de nuevo a quedar última.Petra Mede y Mí¥ns Zelmerlí¶w fueron los encargados de presentar, derrochando carisma y grandes dosis de humor, una gala de Eurovisión que por primera vez se emitió en directo en Estados Unidos. El show contó incluso con la actuación de una gran estrella internacional. Justin Timberlake presentó junto a su banda en directo su nuevo single, "Can't stop the feeling". El Globe Arena, que acogió a más de diez mil espectadores, se entregó al norteamericano en una actuación que, probablemente, acabará convirtiendo este intermedio en uno de los más recordados de la historia del festival.
Cumpliendo con todos los pronósticos y a pesar de su esplíéndida actuación, Barei no ha conseguido un buen lugar en Eurovisión 2016. Un año más, España se da de bruces con el suelo al conseguir una vigíésimo segunda posición con tan solo 77 puntos, entre el público y el jurado profesional. Por su parte, Ucrania ha conseguido alzarse como legitima ganadora del certamen gracias a Jamala y el mensaje de 1944.QUIí‰N ES QUIí‰N EN EUROVISIí“N 2016Suecia ha servido de anfitrión en un evento cargado de momentazos y un sinfín de aníécdotas. Australia, Rusia y Armenia nos han deleitado con unas actuaciones íépicas que han revolucionado el Globen Arena de Estocolmo, ayudando a que el show tenga ritmo. La representante ucraniana celebra su íéxito.Durante la gala, el país sueco ha querido homenajear la sexagíésima primera edición del festival con un vídeo que ha recopilado las mejores canciones de la melomanía, entre los que destacan aristas como Loreen, Abba, Icona Pop, entre muchos otros. No hay que olvidarse del artista invitado. Nuestro gran Justin Timberlake ha puesto patas arribas el estadio con Can’t Stop the feeling, el primer single de su nuevo álbum. Justin Timberlake, 'Rock Your Body'Como era de esperar, el festival no iba a estar exento de políémica. ¿La culpa? la realización. Televisión Española nos ha brindado un momento surrealista cuando de repente, la realización ha optado por pasar a publicidad mientras que Mí¥ns Zelmerlí¶w y Petra Mede protagonizaban uno de los grandes momentos de la noche. Sin duda, la políémica de la noche...Tampoco podemos hacer caso omiso a la novedad de Eurovisión 2016: la mecánica. Las votaciones han dado paso a un momento de extrema tensión, enfrentando a Rusia y a Ucrania en una final en la que, desde el inicio de las votaciones, llevaba por nombre el triunfo de Australia.
Minutos despuíés de la conclusión del festival de Eurovisión, a Barei todavía le costaba digerir el mal resultado cosechado en la gran final del concurso. El puesto 22, tras una gran actuación que hizo levantar al Globe Arena de Estocolmo, quedó por debajo de las expectativas que la delegación española y la propia artista tenían tras la buena reacción del público. «Mi equipo está contento y síé que los fans en el estadio han disfrutado mucho la actuación. La gente se ha vuelto loca». Para Barei, ahora es momento de interiorizar el mensaje que desprende su tema «Say Yay!». «Transmite superación, ganas de levantarte cuando caes. Y es lo que me toca ahora a mí», ha asegurado.La representante asume que el puesto final puede acabar siendo más importante que la actuación, pero defiende el trabajo hecho durante estos últimos meses. «He hecho lo que síé hacer, no podía intentar algo diferente. Estoy muy contenta porque en tres meses he conseguido más que en quince años de carrera gracias a Eurovisión. Me llevo mucho más de lo que he perdido».Barei, que descarta volver al festival, no cree que haya cuestiones políticas que hayan influido en su resultado y ha señalado que la ganadora, la ucraniana Jamala, tiene «una voz muy potente y una canción que transmite algo que a la gente le llega de forma directa». Además, ha agradecido haber podido compartir escenario con Justin Timberlake y ha destacado el buen compañerismo que ha exisitido con los demás representantes que han competido este año en el certamen. Sobre lo que más le apetecía hacer mañana, Barei ha respondido tajante: «Mañana, sólo silencio»
El inesperado final que nos trajo el nuevo sistema de votaciones de Eurovisión 2016 ha dejado tanta sorpresa como políémica (y ya arrastraba la expulsión de Rumanía). Pocos podían dar críédito a lo que sucedía en los últimos minutos del festival: Polonia pasaba del último puesto al Top 8 y la clara favorita, Australia, era superada en el último segundo por Ucrania. El sorpresón fue tal que una iniciativa presentada por Arthur Hovhannisyan de Armenia (bien clasificada con Iveta Mukuchyan) ha sido respaldada por casi medio millón de personas exigiendo revisar los votos.El Festival ha respondido rápidamente a esta petición y ha vuelto a confirmar, como hizo durante la retransmisión de Eurovisión en directo, que todos los votos se registraron de forma correcta. El ente televisivo europeo ha asegurado que "Australia ganó por los votos del jurado, Rusia ganó por el televoto" pero la canción de Jamala consiguió la mezcla perfecta entre ambas votaciones para proclamarse ganadora (segunda en ambos casos).El gobierno ruso ha protestado ante Eurovisión por permitir, según ellos, que una canción con contenido político se presentase al festival, algo prohibido, y ha asegurado que boicoteará la edición 2017 del certamen. No tan lejos ha llegado una miembro del jurado daníés que ha confirmado que se equivocó votando dando la máxima puntuación a Ucrania cuando quería darle la mínima aunque la correcta emisión de su voto tampoco habría cambiado el resultado.
Cuando la organización internacional de Eurovisión daba por zanjada la políémica por la victoria de Ucrania, que hizo que medio millón de televidentes pidieran que se revisaran los votos de la gala, algunas voces se han vuelto a alzar contra el festival, esta vez en España.La última en lanzar sus pullas contra TVE y su gestión del certamen ha sido Anabel Conde, la representante española de la edición de 1995.La malagueña, que quedó segunda con el tema Vuelve conmigo, escribió un tuit mientras se emitía la gala de Levántate All Stars, dedicada a Eurovisión. La artista indicó que el espacio tenía mejor sonido que las galas de preselección que hace TVE para escoger al candidato eurovisivo.Tambiíén sugirió que TVE no quería que los candidatos españoles ganen Eurovisión y que la organización se empezó a preocupar cuando vio que su nombre subía en las apuestas.Otra que asegura haberse quedado con lo bueno de Eurovisión pero que ha cargado ocasionalmente contra aspectos del certamen es Soraya Arnelas, representante española de la edición de 2009. "Me digníé, sencillamente, a aceptar órdenes", ha declarado a la web eurovisión-spain.com, donde ha indicado que hubiera elegido otro vestido y otra coreografía de haber podido tomar decisiones.La tormenta Barei, tambiíén en el aireTampoco la última candidata española, Barei, ha estado libre de políémica. Hace poco se filtraron las imágenes previas que TVE mandó con su actuación a Estocolmo y que pudieron ser fundamentales para la decisión del jurado. Al parecer, la puesta en escena y los coros poco tenían que ver con lo que fue al final la actuación de la española, algo que ha sido duramente criticado.Además, Barei ha subrayado algunos fallos de la gestión española respecto al festival: "La sensación que tengo es que en otros países no se ponen tantas trabas de primeras. Aquí se parte del 'no' y se tiene que convencer", explicaba hace unos días en el programa radiofónico Pasión Eurovisión.“Si hubiíéramos tenido el contacto directo con los suecos desde antes, todo hubiera sido más fácil. Síé que otros artistas que han tenido contacto directísimo. ¿Por quíé nosotros no?", añadía, antes de indicar que desearía que los futuros candiatos no sintieran la "misma impotencia" que ella.En cuanto a la parte afectada, solo ha trascendido que el presidente de RTVE, Josíé Antonio Sánchez, ha mostrado su contrariedad por que la representante de España hubiera acudido a Eurovisión con una canción cantada en inglíés, según ha recogido Bluper.Más duro fue en el pasado el candidato de 2004 Ramón del Castillo, "Eurovisión es algo en lo que TVE no se quiere gastar un duro ya que para ellos es algo sin importancia y saben que no se va a ganar", indicó tras su paso por el certamen.