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El primer ministro Dmitri Medvíédev descartó hoy un proceso forzado desde arriba de reformas económicas con efecto social y anunció un congelamiento del nivel de los impuestos al menos hasta 2018.
Durante una rendición de la gestión del Gobierno en 2015 ante la Duma estatal, Medvíédev previno que cualquier forcejeo de transformaciones económicas podría prolongar y agudizar fenómenos negativos relacionados con la crisis.
Estimó el jefe de gabinete que las necesarias reformas deben evaluarse con extremo cuidado, pese a reconocer que el principal factor que influye negativamente en la salida de la recesión está asociado con la estructura específica de la economía rusa.
Rusia necesita profundas transformaciones, pero no vamos a llevarlas a cabo a cuenta de las personas porque estamos conscientes que tendrá reflejo en la esfera social, proclamó el primer ministro ante los diputados.
Otro de los pronunciamientos que recibió la ovación de los parlamentarios tiene que ver con una congelación de los impuestos en el nivel actual hasta 2018.
Argumentó que en medio del desplome de los precios del petróleo y de la urgencia de incrementar los ingresos al fisco, el gobierno mantiene esa posición de principio. Asimismo alertó de la intención del Ejecutivo de aprobar la privatización de activos estatales siempre que sean rentables y en provecho del crecimiento económico del país.
Cada propuesta de privatización, manifestó Medvíédev, deberá someterse a un examen profundo y detallado. Indicó a renglón seguido que una de las tareas priorizadas por su Gobierno está enfilada a proporcionar las condiciones favorables al clima inversionista.
Opinó el jefe del Ejecutivo que una ayuda al sector real de la economía no redundará en los resultados deseados sin una libre actividad empresarial.
El primer ministro puso íénfasis en las limitadas posibilidades financieras del Estado para ampliar las ayudas a la esfera social, al sector real de la economía y al sistema bancario, las cuales dependen de la exportación de hidrocarburos y el acceso a críéditos externos, afirmó.
Medvíédev comenzó la rendición ante la cámara baja con un esbozo de la situación de la economía rusa afectada, como dijo, por varios factores a la vez, pero con un peso del drástico desplome de las cotizaciones petroleras en los últimos dos años y de la estructura económica interna.
Achacó el mandatario la inestabilidad de los mercados internacionales a la voluntad política de algunos países occidentales.