n 2011, en el festival Sziget, en la isla de Shipyard, al norte de Budapest - EFEPrince y su «negro»: la extraña pareja para el «mejor libro de música de todos los tiempos»El genio de Mineápolis confió en un periodista joven que no había publicado nunca un libro para escribir sus memorias, que llegarán a España el próximo 14 de noviembreSeguirJavier AnsorenaJavier Ansorena@jansorenaCorresponsal en Nueva YorkActualizado:07/10/2019 17:39h0El 29 de enero de 2016, Dan Piepenbring era un periodista joven y prometedor, pero no había publicado ningún libro. Esa noche de invierno, sin embargo, uno de los nombres que han dado forma a la música popular contemporánea le recibiría para discutir la publicación de uno. A la puerta de lo que por fuera parece una nave industrial en los suburbios de Mineápolis, le esperaba Prince. Estaba de pie, con las calles cubiertas de nieve, en la puerta principal de Paisley Park, su mansión, estudio y refugio del mundo a cuarenta kilómetros de la ciudad en la que se crió.El motivo de su encuentro era, a la vez, simple y ambicioso al extremo: Prince quería escribir «el mejor libro de música de todos los tiempos». Por qué confiaría en un escritor que no había publicado, desconocido para él y para el resto del mundo editorial, es fascinante, pero también coherente con un artista que rompió moldes: los de la industria discográfica, los géneros musicales, los de su propia identidad sexual o los que marcan la relación de un artista con su obra. Con su libro, simplemente lo volvió a hacer.En Estados Unidos se publica el próximo 29 de octubre (en España, el 14 de noviembre) como una suerte de memorias de Prince truncadas por el hachazo de la muerte del artista. Tres meses después de aquel primer encuentro, el genio de Mineápolis moría de una sobredosis de un fármaco, el fentanil, uno de esos opiáceos que han convertido a localidades enteras de la América profunda en un escenario de «zombies».PUBLICIDADinRead invented by TeadsPor aquel entonces, Prince quería, ante todo, escribir. Más que componer, y mucho más que subirse a un escenario. La guitarra no quería ni verla. Ese mismo invierno, se embarcaba en una gira novedosa, una nueva reinvención de su persona: «Piano y micrófono» era el nombre del «tour», que describía con exactitud lo que vería el público. Prince dejaba sus complicadas composiciones, abigarradas de arreglos y efectos, en los huesos de un teclado de marfil.Varias semanas antes del encuentro con Piepenbring, Prince se reunió con tres editoriales para anunciarles su intención de escribir unas memorias. Sabía cuál sería su título -«The Beautiful Ones»-, una de las canciones de su célebre álbum y película «Purple Rain». Buscaba un co-escritor, un libro a su medida y control sobre su futuro editorial, en una repetición de las peleas que tuvo con las discográficas. Si en el futuro las memorias dejaban de convencerle, tendría el poder de sacarlas del mercado. Piepenbring descubrió después que Prince desde el principio no quiso un colaborador convencional, ninguno de los nombres habituales del mundo editorial especializados en biografías. Le interesaban, por ejemplo, las críticas que se publicaban en prensa y en medios especializados sobre sus conciertos y que sus fans compartían en redes sociales. Le gustaba leerlas. «Él les inspiraba para escribir y ellos podrían inspirarle a él también», ha explicado Piepenbring en un largo artículo en la revista «New Yorker» donde desgrana la corta e intensa relación que le unió a Prince en los últimos meses de su vida. «Quería un compañero con el que improvisar, alguien con quien pudiera abrirse y con quien pudiera montar la historia de su vida de la misma forma que lo haría con una canción o un álbum».La editorial seleccionada por Prince -una filial de Penguin Random House- buscó algo a medio camino y le envió un listado con candidatos que pudieran encajar en ese perfil. El artista se quedó con dos. Ninguno había publicado un libro. Les solicitó una carta en la que explicaran su relación con su música y por qué serían ideales para el encargo. Piepenbring cuenta que describir la suya como «hasta arriba de adulación» se quedaba corto. Se arrepintió de haberse pasado con su devoción por el personaje. Pero a Prince le convenció. Y allí se encontraron los dos, una noche de enero, en las tripas de Paisley Park, entre velas aromáticas, murales musicales, sofás con forma de corazón y sentados en una mesa de cristal con el famoso símbolo con el que Prince se cambió de nombre a comienzos de los noventa, en medio de su guerra de derechos con Warner.Discutieron sobre música, racismo, el significado del «funk», los problemas de la industria discográfica, los posibles caminos que podría tomar el libro, su ambición de convertirlo en un acontecimiento cultural, algo que provocara y motivara a sus seguidores y más allá. Fue una especie de casting» de varias horas que acabó por convencer a Prince de los méritos de Piepenbring. El artista le devolvió en coche al hotel cercano en el que se alojaba su nuevo colaborador. Pocas semanas después, le invitaba a sumarse a su gira en Australia para empezar a trabajar en las memorias.ImprevisibleIncluso estando en el mismo hotel, el contacto con el genio era imprevisible. Una mañana, Kirk Johnson, el guardaespaldas de Prince, le invitó a la suite de Peter Bravestrong (ese era el nombre con el que el artista se camuflaba en los hoteles). Sin poder hablar con el genio, le apuntó a un cuaderno con treinta páginas escritas a mano. Era una introducción a su infancia, a la relación con sus padres, a los inicios de su pasión por la música. «Las páginas eran agradables, divertidas, bien contadas, elocuentes y sorprendentemente bien centradas», explica Piepenbring. «Este era el Prince contador de historias, en un modo reminiscente de sus canciones más narrativas, como ‘The Ballad of Dorothy Parker o ‘Raspberry Beret’».Prince estaba entusiasmado con el libro y mantuvieron más encuentros sobre el contenido y el foco. Poco después, anunció en una fiesta en Nueva York el proyecto en marcha de sus memorias. Piepenbring le acompañó. «¿Estás libre en una semana?», le preguntó el artista al escritor. «Nos encontramos donde esté tocando y empezamos a trabajar de verdad en esto».Pasaron los días y Piepenbring no recibió ninguna llamada. A principios de abril, leyó la noticia del aterrizaje de emergencia de Prince en Illinois para tratarse de una gripe persistente. Poco después, el 17 de abril, llamó a su colaborador para decirle que estaba bien y seguir hablando del libro. «Estoy bien», le dijo al final de la llamada. Cuatro días después, el portal «TMZ» anunciaba la muerte de Prince en Paisley Park por una sobredosis accidental con opiáceos.La narración biográfica de la infancia que pergeñó Prince es la primera de las cuatro partes que finalmente tiene «The Beautiful Ones». La segunda es un repaso a los años formativos como músico, con diarios y libretas. La tercera, una historia de su vida a través de imágenes. Y la cuarta, el testimonio en primera persona de Piepenbring de su relación con Prince, del último gran proyecto del genio de Mineápolis, al que la muerte dejó sin acabarlo.
Los herederos de Prince no les ha hecho ninguna gracia que la canción Purple rain del difunto músico sonara en un acto de campaña electoral del presidente Donald Trump en Mineápolis, ciudad natal del músico, fallecido en 2016. "El presidente Trump utilizó 'Purple rain' en la noche del jueves en un acto de campaña a pesar de la confirmación, hace un año, de que la campaña no usaría la música de Prince", señalaron los herederos en un mensaje de Twitter. "El legado de Prince jamás dará permiso al presidente Trump para el uso de las canciones de Prince", añadió el mensaje.
Prince y el club de los rockeros muertosComo no hay dos sin tres, a las novedades de Leonard Cohen y David Bowie se suman también las de Prince, tercero en discordia que se cuela en las librerías con «Beautiful Ones», memorias que dejó a medias antes de morir y que el periodista Dan Piepenbring, un completo desconocido hasta anteayer, se ha encargado de terminar. O, mejor dicho, de recomponer, ya que ha transformado las 30 páginas manuscritas que dejó Prince en un relato en primera persona salpicado de fotografías, letras manuscritas y extractos de entrevistas de época. Un ejercicio de falsa autobiografía que permite deleitarse con la transformación de Prince Rogers Nelson en Prince a secas; explora las complejas relaciones entre amor y sexualidad que el de Minneapolis buscaba con sus canciones y ahonda en unas raíces familiares algo diferentes a las que ya expuso en «Purple Rain». «Creo que estoy cambiando constantemente, porque oigo cómo cambia la música», puede leerse en uno de los muchos vaivenes de un libro con el que Prince sigue haciendo de las suyas desde el más allá.
Cuando el propio Prince le dijo a Dan Piepenbring que sí, que iba a ser su biógrafo, el joven periodista no se lo podía creer. Ahí estaba su ídolo, compartiendo con él su vida, sus recuerdos de infancia y sus ideas sobre música. Por eso, cuando tres meses después el cuerpo de la estrella apareció sin vida, Piepenbring se sintió como un director de orquesta ante la 'Sinfonía inconclusa' de Schubert. No obstante, de esa pérdida y ausencia surgió una presencia, que ahora toma forma en 'The beautiful ones', unas memorias inacabadas que publica en español Reservoir Books.Lejos de ser un ejercicio hagiográfico, el libro pretende mostrar lo (poco) que Piepenbring pudo descubrir de Prince (que, así y todo, es mucho). Y ese poco-mucho es, sobre todo, la parte humana. "Es verdad que hay una leyenda", explica el biógrafo, "pero cuando conversabas con él, descubrías a la persona. Mucha gente lo veía como un ser extraño, en parte debido a esta imagen de extraterrestre o de criatura mágica, alimentado por el misterio que él mismo cultivó en torno a sí desde los años 80". Pero no, insiste: "Era una persona que sentía, muchos años después, un amor inmenso por sus padres". Y eso era lo que pretendía transmitir: "Que vivía con los pies en el suelo, que era súper trabajador y disciplinado... Por desgracia, las circunstancias de su muerte hicieron que pareciese menos real, menos humano, y más mito".Prince apareció muerto en su mansión-estudio de Paisley Park el 21 de abril de 2016. Su autopsia reveló que el fallecimiento se había producido debido a una sobredosis de sustancias como el fentanilo. La muerte por esta droga alertó al mundo sobre la dimensión epidémica del uso de opioides (drogas sintéticas análogas a los opiáceos que se venden con receta médica) en Estados Unidos, como luego confirmaría el deceso poco después y en circunstancias similares del también músicoTom Petty.La cuestión de las drogas "no es un tema que haya que evitar, pero tampoco quería entrar en mucho detalle en el libro, porque éste tenía que tener el nombre de Prince en la portada", comenta Piepenbring. "En cualquier caso, deseaba que esto fuese una celebración de su vida, más que una meditación de su muerte", puntualiza. Y sigue: "No creo que fuese adicto a ninguna sustancia ni que las usase de manera recreativa. No puedo decir que llegásemos a ser amigos, pero disfrutábamos hablando, mucho, y era una persona que estaba todo el tiempo trabajando. Y muy duro".Piepenbring apunta a la familia Sackler, creadores de un imperio farmacéutico a partir de la comercialización de estos opioides. "Han confundido a la gente. Y Prince fue una víctima más. Hay fuerzas más grandes y poderosas que nosotros que nos dictan que debemos meternos en nuestros cuerpos", lamenta. Por eso lanza un llamamiento: "No creo que debiera existir ningún estigma relacionado con esto, porque la única forma de pararlo es hablar sinceramente de ello". Aún así, el periodista quiere dejar claro que "tal vez él no supiese que estaba tomando fentanilo, sino que ingirió una pastilla contra el dolor falsa, 'cortada' con esa droga". No deja de darle vueltas: "Es muy triste que sucediese así, pero si eso sirve para salvar vidas, su muerte tal vez no haya sido en vano".Pero quedan sus reflexiones. Sobre todo las relacionadas con cuestiones como la familia, la raza y la industria musical. "Si no hubiese muerto, creo que le habría gustado contar más cosas de sus padres. Ellos eran para él las 'criaturas hermosas' a las que hace referencia el titulo. Siempre acababa volviendo a ellos". Su progenitor era un pianista de jazz y ella, una cantante cuya relación termino en divorcio. En una ocasión le contó a Piepenbring: "Creo que mis padres son el dilema central de mi existencia, y reconciliarme con su influjo ha sido el proyecto de mi vida". O como dice el biógrafo: "Él se veía como el producto de ambos. No me atrevería a introducir ninguna reflexión psicosexual 'freudiana' sobre esta relación".Ni psicoanálisis ni tampoco idolatría. "Era una persona muy religiosa, y lo último que pretendía es que se le admirase de forma religiosa. Para él, la música era su trabajo, pero también una forma de celebrar a Dios". Y una manera de reafirmar su identidad afroamericana: "Siempre fue muy crítico con la relación entre los sellos discográficos y los jóvenes músicos, especialmente los negros, que consideraba que eran explotados por las grandes compañías, y su talento expoliado sin ningún tipo de humanidad".Prince distinguía así entre una "energía femenina", que era la creativa -fruto en cierta forma de su tutela en Minneapolis por Bernardette Anderson, una protectora de los músicos locales- y la masculina, que se movía en el terreno de la competitividad y el dinero.
La organización de los premios Grammy ultima en estos momentos no solo los preparativos de la ceremonia de entrega de sus prestigiosos galardones, la cual tendrá lugar en Los Ángeles el próximo 26 de enero, sino también un evento especial que servirá para rendir tributo a uno de los músicos más prolíficos e influyentes del siglo XX y de buena parte del actual: el añorado Prince. Este concierto homenaje se celebrará el día 28 de enero en el Convention Center de la ciudad californiana y contará con la participación, entre otros, de artistas tan consagrados como Beck, Chris Martin, Gary Clark Junior, St. Vincent, Alicia Keys, Usher y John Legend, así como de bandas legendarias como Earth, Wind & Fire y los Foo Fighters. Semejante reunión de talentos procedentes de la escena discográfica -muchos de ellos amigos personales del desaparecido genio de Minneapolis- será disfrutada por los espectadores solo tres meses más tarde, ya que será retransmitida por televisión coincidiendo, aproximadamente, con el cuarto aniversario de su trágico fallecimiento. "Estamos hablando, indudablemente, de uno de los artistas más virtuosos de todos los tiempos. Con su actitud subversiva y su imponente presencia escénica, Prince navegaba entre los diferentes géneros musicales con total maestría y naturalidad, creando así música electrificante que destilaba carisma. Sigue sirviendo a sus sucesores como uno de sus iconos y fuentes de inspiración más notables, y a nosotros nos honra rendir homenaje a su legado", ha escrito Deborah Dugan, presidenta de la academia, en un comunicado.
The Prince Estate y Legacy Recordings, la división de catálogo Sony Music Entertainment, han anunciado este viernes la primera ronda de títulos físicos que se publicarán en 2020 como parte del proyecto de reedición definitivo del catálogo de Prince. Estos títulos pertenecen al fascinante y fértil período 2001-2002 y estarán disponibles el viernes 17 de abril.Este nuevo lote incluye dos álbumes de estudio muy diferentes lanzados con solo seis meses de diferencia: «The Rainbow Children» de 2001 y «One Nite Alone...» de 2002, más los primeros álbumes oficiales en directo de Prince de la gira que tuvo lugar entre esos dos lanzamientos. «One Nite Alone...», el set de 4 LP «One Nite Alone... Live!» y el doble LP «One Nite Alone: The Aftershow... It Ain't Over!» se lanzarán por primera vez en vinilo púrpura de edición limitada, mientras que el título «The Rainbow Children» estará disponible en CD por primera vez en décadas y en un LP doble transparente con un slipmat personalizado de edición limitada.Además, la colección de cinco discos «Up All Nite with Prince: The One Nite Alone Collection» permitirá que estos buscados lanzamientos estén disponibles por primera vez en CD para el público general. Juntos en un exclusivo estuche con un libro encuadernado de 48 páginas, «One Nite Alone...» y los dos álbumes en directo vienen con el DVD extra (descatalogado hace tiempo) «Prince Live at The Aladdin Las Vegas» para ofrecer un increíble testimonio de la amplitud musical del Prince de principios del siglo XXI.El álbum número 24 de estudio de Prince, «The Rainbow Children», se vendió inicialmente en la web pionera de Prince, NPG Music Club, y se lanzó comercialmente el 20 de noviembre de 2001 a través de NPG Records. Fue el primer álbum (fuera de los trabajos que distribuyó a través de su NPG Music Club) que se lanzó bajo el nombre de Prince, ya que había cambiado su nombre por un símbolo impronunciable en 1993, y fue su primer lanzamiento totalmente independiente publicado sin el respaldo de un sello importante. The Rainbow Children es un álbum conceptual que entrelaza los recurrentes temas de espiritualidad y sexualidad, amor y conciencia social de Prince, ambientados en una narración utópico metafórica. Musicalmente, el álbum mostró una nueva dirección para Prince influenciada por el jazz, con batería en directo y trompetas.La portada original del álbum, la pintura de Cbabi Bayoc «The Reine Keis Quintet», ocupa hoy en día un lugar de honor en Paisley Park y se exhibe en su NPG Music Club Room. Una de las canciones de «The Rainbow Children», «The Work, Pt. 1», fue lanzada por Prince como descarga gratuita en el controvertido servicio de intercambio de archivos Napster; este movimiento, junto con las opciones de streaming y descarga directa al consumidor (D2C) en el NPG Music Club, consolidó a Prince como pionero de la música digital.El álbum número 25 de estudio de Prince, «One Nite Alone...» se publicó el 14 de mayo de 2002 a través de NPG Records y presenta al artista cantando acompañándose al piano, solo haciendo un uso ocasional de otros instrumentos. El álbum incluye grandes favoritos como «U're Gonna C Me» y una versión de «A Case Of U», escrita por una de las mayores influencias musicales de Prince, Joni Mitchell. «One Nite Alone...» se publicó originalmente como un regalo para los miembros del NPG Music Club, y estaba disponible como álbum separado y también incluido en la caja recopilatoria de edición limitada de «One Nite Alone... Live!»A pesar de que «One Nite Alone...» nunca se vendió en tiendas, se convirtió en un lanzamiento muy deseado por los fans. Las copias de CD originales son rarezas de coleccionista, y muchos fans solo han podido escuchar el álbum a través del intercambio de archivos MP3. «One Nite Alone...» se lanzará en formato LP en vinilo púrpura.Entre el lanzamiento de «The Rainbow Children» y «One Nite Alone...», Prince se embarcó en su «One Nite Alone ... Tour», que contrarrestó la intimidad en solitario de su álbum con una serie electrizante de conciertos en directo en la que la banda New Power Generation exhibía su talento en constante evolución, junto a los músicos de apoyo Sheila E., Maceo Parker, Eric Leeds, Candy Dulfer, Greg Boyer, Renato Neto, John Blackwell y Rhonda Smith. Compuesto por lo mejor de nueve conciertos diferentes entre marzo y abril de 2002, «One Nite Alone ... Live!» fue el primer álbum oficial en directo de toda la carrera de Prince, y tiene una duración de más de 2 horas. Las 27 pistas incluyen selecciones de The Rainbow Children («Muse 2 The Pharaoh», «1+1+1 +3 +2 Is 3»), así como un recorrido por el extenso catálogo de Prince, que interpretó con la banda NPG al completo y también en solitario al piano ( «When U Were Mine», «Raspberry Beret», «Adore», «The Beautiful Ones», «Nothing Compares 2 U»). «One Nite Alone ... Live!» se publicará en formato 4LP en vinilo púrpura.«One Nite Alone... The Aftershow: It Ain't Over!» también estará disponible por primera vez en una edición de doble LP en vinilo púrpura. One Nite Alone ... The Aftershow incluye lo más destacado de tres de las épicas actuaciones de Prince después de los conciertos. Hasta ahora no disponible en versión física independiente, «One Nite Alone... The Aftershow» se lanzó originalmente en CD como parte de la caja recopilatoria «One Nite Alone... Live!» El álbum ofrece una hora de increíbles improvisaciones e incluye apariciones especiales de George Clinton y Musiq Soulchild.Además de publicar «Prince Live at The Aladdin LaVegas« » en formato físico como parte del set Up All Nite with Prince, Legacy Recordings también estrenará videoclips de canciones de ese directo en plataformas digitales desde el 20 de febrero al 17 de abril. Con la misma formación musical de One Nite Alone… Live! (más la vocalista invitada Nikka Costa), la lista de canciones incluye favoritos de «The Rainbow Children» («1+1+1 +3, +1 Is 3», «The Everlasting Now») además de joyas («Strange Relationship», «Gotta Broken Heart Again», «Pop Life») e incluso versiones de canciones de James Brown («Pass The Peas») y Led Zeppelin («Whole Lotta Love»). El primer videoclip que se publica hoy es «Pop Life», uno de los favoritos de «Around The World In A Day»
Desmesurado en vida, algo tan prosaico como la muerte no iba a frenar el torrente creativo de Prince Roger Nelson, hiperactivo artesano del funk que planea un regreso tan excesivo que bordea lo delirante. Esto es: una descomunal reedición de «Sign O'The Times» (1987), exuberante obra maestra de los ochenta que volverá a la circulación el 26 de septiembre con nada menos que 63 canciones inéditas. O, mejor dicho, 62, ya que «Witness 4 The Prosecution (part 1)», infecciosa explosión de funk que permanecía escondida en algún cajón durante las últimas tres décadas, suena desde ayer en plataformas de streaming a modo de presentación de lo que está por venir.Y lo que está por venir es una de esas asombrosas «super deluxe edition» que, en este caso, se traduce en una caja cofre del tesoro de 8 cedés o 13 elepés con 45 canciones inéditas grabadas entre mayo de 1979 7 julio de 1987 y otras 18 registradas en directo. Parte de los inéditos corresponden a las sesiones de «The Dream Factory», «Camille» y «Crystal Ball», los tres proyectos fallidos que emprendió en 1986 y tras los que echaría el resto con «Sing O'The Times», señalado con frecuencia como el mejor disco de Prince.Porque «Purple Rain» se llevó los aplausos y las ventas, sí, pero fue «Sing O'The Times» el álbum con el que el de Minneapolis culminó su asalto al pop con un colorido fresco sobre el declive del imperio americano. Un festín de pop negro en estado de gracia que incluye además un concierto de 1987 en Utrecht (Holanda) así como la histórica actuación junto a Miles Davis en nochevieja de 1987, un concierto cuya grabación nunca llegó a comercializarse pero que causó furor en el circuito de bootlegs.Un libreto de de 120 páginas con documentos y fotos nunca vistas realizadas por Jeff Katz completa una reedición que, para quien no pueda (o no quiera) desembolsar los casi 400 euros que cuesta la edición en vinilo (200 en el caso de la edición en CD), cuenta con formatos menos faraónicos y más económicos. Eso sí; para que la experiencia fuese total faltaría la película homónima dirigida por el propio Prince y Albert Magnoli y que, cosas de derechos, queda fuera de tan sonado rescate.Publicado en 1987, «Sign O'The Times» es el vivo reflejo de uno de los periodos más fértiles y torrenciales en la carrera de Prince. El músico venía de disolver The Revolution, banda que le acompañó desde principios de los ochenta y estaba a punto de inaugurar el complejo músico-residencial de Paisley Park, pero antes de eso dio un golpe de autoridad con un disco en el que ahondó en el sustrato jazz de sus influencias y lo hermanó con el rock y el funk.
El Prince Estate y Warner Records lanzan una magnífica reedición del disco «Sign O´The Times», un icono en la discografía de Prince que plasmó un momento especialmente prolífico que transcurrió entre 1985 y 1987. Además de publicar este disco de 16 canciones, el artista de Minneapolis estaba envuelto en un torbellino de intensidad creativa que le llevó a grabar abundante material inédito, construir su complejo arquitectónico Paisley Park, disolver su banda The Revolution y componer los discos «Dream Factory», «Camille» y «Crystal Ball», cuya publicación posteriormente desechó.«Sign O´The Times» ha sido objeto de una magnífica revisión por parte del Prince Estate y las nuevas ediciones remasterizadas ofrecerán una experiencia única a los numerosos fans del Príncipe Púrpura. La edición más completa, Super Deluxe Edition en CD y vinilo, contiene 63 canciones inéditas y dos conciertos de más de dos horas rescatados del famoso baúl de Prince. El repertorio en audio incluye todas las canciones que Prince publicó oficialmente en 1987, 45 canciones completamente inéditas grabadas en estudio entre mayo de 1979 y julio de 1987, y un concierto grabado el 20 de junio de 1987 en Utrecht (Holanda). Contiene además el legendario concierto benéfico ofrecido por Prince en Paisley Park en la Nochevieja de 1987 y en el que tocó con Miles Davis. Uno de los momentos más buscados por los fans de ambos artistas. Esta edición se completa con un libro de tapa dura de 120 páginas que incluye letras escritas a mano por Prince, fotos nunca vistas del fotógrafo Jeff Katz y textos de amigos y colaboradores de Prince como Dave Chappelle, Lenny Kravitz o su ingeniera de grabación habitual Susan Rogers.La reedición de «Sign O´The Times» también estará disponible en 3CD, 2CD, 4LP y 2LP coloreado.* Super Deluxe Edition, en formatos 8CD/DVD y 13LP/DVD. Contiene 63 canciones inéditas (45 en estudio, 18 en directo), concierto inédito en DVD y libro de 120 páginas* Deluxe Edition, en formatos 3CD y 4LP. Contiene el álbum original remasterizado por Bernie Grundman, y 13 temas extra (edits 7«, mezclas 12», promos)* Edición remasterizada, en formatos 2CD y 2LP. Contiene el álbum original remasterizado por Bernie Grundman. Vinilo de color melocotón, en la primera tirada.Este es el listado completo de los temas de la reedición:[CD 1: remasterizado]Sign O' The TimesPlay In The SunshineHousequakeThe Ballad Of Dorothy ParkerItStarfish And CoffeeSlow LoveHot ThingForever In My Life[CD 2: remasterizado]U Got The LookIf I Was Your GirlfriendStrange RelationshipI Could Never Take The Place Of Your ManThe CrossIt's Gonna Be A Beautiful NightAdore[CD 3: Single Mixes & Edits]Sign O' The Times (7« single edit)La, La, La, He, He, Hee (7« single edit)La, La, La, He, He, Hee (Highly Explosive)If I Was Your Girlfriend (7« single edit)Shockadelica («If I Was Your Girlfriend» B-side)Shockadelica (12« long version)U Got the Look (Long Look) (12« edit)Housequake (7« edit)Housequake (7 Minutes MoQuake)I Could Never Take The Place Of Your Man (Fade 7« edit)Hot Thing (7« single edit)Hot Thing (Extended Remix)Hot Thing (Dub Version)[CD 4: Vault, Part 1][todos los temas inéditos]I Could Never Take The Place Of Your Man (1979 version)Teacher, Teacher (1985 version)All My DreamsCan I Play With U? - con Miles DavisWonderful Day (original version)Strange Relationship (original version)VisionsThe Ballad Of Dorothy Parker (with horns)Witness 4 The Prosecution (version 1)Power Fantastic (live in studio)And That Says What?Love And SexA Place In Heaven (Prince vocal)ColorsCrystal Ball (7« mix)Big Tall Wall (version 1)Nevaeh Ni Ecalp AIn A Large Room With No Light[CD 5: Vault, Part 2][todos los temas inéditos]TrainIt Ain't Over 'Til The Fat Lady SingsEggplant (Prince vocal)Everybody Want What They Don't GotBlancheSoul PsychodelicideThe BallAdonis And BathshebaForever In My Life (early vocal studio run-through)Crucial (alternate lyrics)The Cocoa BoysWhen The Dawn Of The Morning ComesWitness 4 The Prosecution (version 2)It Be's Like That Sometimes[CD 6: Vault, Part 3][todos los temas inéditos]Emotional PumpRebirth Of The Flesh - original outroCosmic DayWalkin' In GloryWallyI Need A ManPromise To Be TrueJealous Girl (version 2)There's Something I Like About Being Your FoolBig Tall Wall (version 2)A Place In Heaven (Lisa vocal)Wonderful Day (12« mix)Strange Relationship (1987 Shep Pettibone Club Mix)[CD 7 y 8: Live In Utrecht][todos los temas inéditos]Intro/Sign O' The TimesPlay In The SunshineLittle Red CorvetteHousequakeGirls & BoysSlow LoveTake The «A» Train/Pacemaker/I Could Never Take The Place Of Your ManHot ThingFour (With Sheila E. Drum Solo)If I Was Your GirlfriendLet's Go CrazyWhen Doves CryPurple Rain1999Forever In My LifeKissThe CrossIt's Gonna Be A Beautiful Night
El artista de Minneapolis podría tener amasada una fortuna mucho mayor que lo declarado por parte del gabinete de administración que dedica a gestionar su legado. Así lo ha publicado el portal norteamericano Page Six después de conocer que el IRS (el Servicio de Impuestos Internos) haya insistido en que el patrimonio del creador de Purple Rainasciende a 163'2 millones de dólares (unos 132 millones de euros). Una noticia que, aunque a priori no sorprendería a su infinito número de admiradores alrededor el mundo, está preocupando al gabinete financiero de la estrella de la canción, ya que las autoridades fiscales acusan a sus administradores de infravalorar sus activos en 80 millones de dólares (más de 65 millones de euros).La empresa Comerica Bank & Trust es la encargada de supervisar la herencia económica y patrimonial de Prince y su gabinete de administración ha cifrado el valor de sus posesiones en 82'3 millones de dólares (unos 67 millones de euros). Una cantidad que dista de manera sensible de la cantidad que marca la Corte Fiscal Federal. Una diferencia que se traduce en una deuda al fisco por parte de esta empresa de 32,4 millones de dólares (cerca de unos 27 millones de euros), cifra que publicaba recientemente el diario Star Tribune. Una diferencia de dinero que ha llevado a Comerica a llevar a juicio al mismísimo Tribunal de Impuestos, dando lugar a una batalla legal sobre la herencia que, a buen seguro, se prolongará durante años.Prince, que murió en el mes de abril del 2016 a los 57 años de edad no dejó herederos conocidos. Una circunstancia que ha generado multitud de problemas y sorprendentes reacciones por parte de su entorno del pasado. Sin ir más lejos, y coincidiendo con el cuarto aniversario de la muerte del polifacético artista, su primera esposa, Mayte García, ponía a la venta algunas de las posesiones del cantante. Bienes que se desconoce si se encontraban en el inventario de artículos que pertenecían a Prince o si por el contrario eran regalos del interprete a García cuando eran pareja.Según el comerciante de antigüedades MS Rau, entre los artículos se encontraban un par de anillos de oro de 14 quilates, valorados den 24.500 dólares (unos 20.000 euros), un ear cuff y las gafas de sol Medusa firmadas por Versace y que pertenecieran en su día a Prince, junto con varios colgantes y pulseras también de Versace.Esta no fue la única salida de objetos de valor de Prince de manos de Mayte. La ex mujer del artista subastó en 2016 (nada más producirse su muerte) una colección que incluía: una guitarra, cintas demo de algunas de sus canciones más célebres, manuscritos de Prince y el anillo de compromiso de García, entre otros.
Seis horas. Ese es el tiempo que pasó el cadáver de Prince Rogers Nelson, también llamado el Artista antes conocido como Prince o simplemente Prince, en el ascensor de su casa situada en un suburbio de Minneapolis, antes de que lo encontraran. Tenía tan solo 57 años. La causa de su muerte fue una sobredosis de fentanilo, un analgésico mucho más potente que la heroína.Multiinstrumentista y con un talento desbordante tanto componiendo como sobre un escenario, ya tocaba el piano a los 7 años y dominaba la guitarra y la batería cuando se unió a su primera banda con tan solo 14. En su arrolladora carrera musical vendió más de 150 millones de discos y ganó siete premios Grammy, un American Music Award, un Globo de Oro y un Oscar por la banda sonora de la película 'Purple Rain'.Pero su vida estuvo también plagada de controversias. Se casó dos veces, se cambió el nombre por un símbolo, llegó a pasearse con la palabra 'esclavo' escrita en la cara como protesta por las condiciones de su contrato discográfico, se peleó con sus seguidores y sufrió por culpa de sus adicciones. Aunque quizá uno de sus momentos más dramáticos fue durante una entrevista a Oprah Winfrey en la que él y su primera mujer, Mayte García, hablaban con entusiasmo sobre su nueva familia y le enseñaban la sala de juegos, a pesar de que su hijo, Amir, había muerto un mes antes, con tan solo seis días de vida.Más allá de la música, era un devoto testigo de Jehová. Bautizado en 2001, incluso iba de puerta en puerta predicando su fe. En 2003, una mujer de Eden Prairie (Minnesota) abrió su puerta para descubrir al mundialmente famoso artista frente a ella junto al bajista de su banda. "Lo primero que pensé fue que quería usar mi casa para un rodaje", dijo al periódico 'The Star Tribune'. "Entonces empezaron con el rollo de los Testigos de Jehová. Les dije: '¿Saben qué? Han entrado en un hogar judío y esto no me interesa'".Diez años antes había sorprendido al mundo cuando anunció que dejaría de llamarse Prince para ser conocido por el "símbolo del amor", una mezcla de los iconos de los géneros sexuales masculino y femenino. "Es un símbolo impronunciable, cuyo significado se desconoce. Es una invitación a pensar de una manera distinta, conectándose a una nueva frecuencia libre", escribió el artista en un comunicado oficial publicado entonces. En realidad, el cambió obedeció a su rebeldía contra su sello discográfico, Warner Bros, de la que formaba parte desde 1977 pero que consideraba que en aquel momento le estaba esclavizando.Además de sus capacidades para la interpretación, su talento le llevó también al terreno de la invención. Prince figura en el registro de patentes norteamericano como diseñador de un particular 'keytar' –una mezcla de teclado y guitarra– que guarda parecido con una cimitarra. Bautizado como Purpleaxxe, el instrumento se inspira en parte en ese símbolo que le sirvió de nombre durante buena parte de los años noventa.Prolífico compositor, además de llenar las listas de éxitos con sus canciones, compuso temas muy populares para otros artistas que quizá no sepas que llevaban su firma. Es el caso del 'Manic Monday' de las Bangles y el legendario 'Nothing Compares 2 U' de Sinéad O'Connor.Separado de la bailarina Mayte García en 1998, tras más de una década juntos, su segunda esposa fue la canadiense Manuela Testolini, de la que se divorciaría en 2006. Siempre con la ambigüedad por bandera, el cantante mantuvo sonados romances con la actriz Carmen Electra e incluso con Madonna, durante un breve periodo en 1985. El artista produciría para ella más tarde su álbum 'Like a Prayer'.Otra curiosidad poco conocida sobre él es que poco más de un año después de su muerte, la autoridad mundial del color Pantone creó un tono real de púrpura en su honor. Muy apropiadamente, se lo conoce como Love Symbol #2. El color se inspiró en un piano Yamaha que el músico pensaba llevarse de gira antes de fallecer. "El color púrpura era sinónimo de lo que Prince era y siempre será", dijo Troy Carter, asesor del patrimonio de Prince. "Esta es una forma increíble de que su legado siga vivo para siempre".Más polémico fue el juicio que le enfrentó a su hermanastra, Lorna Nelson, que le había demandado alegando que ella había escrito en realidad la letra del tema 'U Got the Look', una canción de álbum 'Sign of the Times'. El tribunal finalmente le dio la razón al cantante.En los tribunales y entre decenas de abogados acabó también la sustanciosa fortuna del cantante, recalculada este año para descubrirse que era el doble de lo que se pensaba en un principio, y que asciende según las últimas cifras a unos 130 millones de euros. Estaba previsto que sus bienes, tras no dejar testamento, se repartieran entre su hermana Tyka y sus ocho hermanastros. Pero cinco años después de su muerte ese capítulo aún no se ha cerrado.
Capítulo 2: 2016 no podía haber empezado peor. La muerte de David Bowie debido a un cáncer de hígado deja una legión de fans huérfanos de ídolos musicales. Cuando la comunidad melómana estaba aún catatónica debido al fallecimiento, llega una segunda sorpresa: Prince Rogers Nelson, para la posteridad únicamente Prince, es hallado muerto en su estudio de Paisley Park, en las afueras de Mineápolis. La autopsia señala que la causa es una sobredosis accidental de fentanilo, un opioide relacionado también con otras pérdidas, como la de Tom Petty. El año seguiría avanzando, con más capítulos de muerte hasta prácticamente el final.Este miércoles se cumplen cinco años del final del gran renovador del funk y el soul del cambio de siglo. Un portento tanto musical como sexual, ya que, para él, la energía de ambas actividades estaban en sincronía.Aún hoy, un lustro después de aquello, todavía hay muchas incógnitas por despejar en cuanto a las circunstancias de su fallecimiento. Aunque con posterioridad a su muerte diversas fuentes señalaron los problemas del autor de 'Purple Rain' con los opiáceos, otras voces señalan que todo fue fruto de una confusión.Es el caso del biógrafo oficial de la estrella, Dan Piepenbring, quien en una entrevista con LOC sostenía que no era "adicto a ninguna sustancia ni que las usase de manera recreativa", sino más bien una "víctima" de la industria farmacéutica y de un despiste: "Tal vez él no supiese que estaba tomando fentanilo, sino que ingirió una pastilla contra el dolor falsa, 'cortada' con esa droga".Prince distinguía entre una "energía femenina", que era la creativa -fruto en cierta forma de su tutela en Minneapolis por Bernardette Anderson, una protectora de los músicos locales- y la masculina, que se movía en el terreno de la competitividad y el dinero.Aún así fue un gran conquistador de mujeres y estuvo casado en dos ocasiones (una de ellas, con la bailarina Mayte García). Sin embargo, no le sobrevivió ningún descendiente conocido. Sí que dejó una hermana y cinco medio-hermanos, que pelean por su legado. A principios de año se tasó su fortuna en unos 160 millones de dólares, lo que ha provocado que en estos cinco años hayan aparecido casi un millar de personas que dicen tener algún tipo de parentesco con el autor de '1999'.
El 23 de julio de 2011, Amy Winehouse fallecía víctima de una sobredosis fatal de alcohol, sumándose al infame club de los 27, que antes habían inaugurado Jim Morrison, Janis Joplin o la española Cecilia. A lo largo de su carrera brilló gracias a su voz, pero también escribió tristes capítulos gracias a sus adicciones y a sus destructivas relaciones sentimentales.Sobre una de ellas, la que le unió al polémico Blake Fielder-Civil, aporta nuevos y reveladores datos un libro recién publicado por Tyler James, exnovio y luego buen amigo de la cantante, que se titula 'My Amy: The Life We Shared'.placeholder Prince, durante un concierto. (Getty/Kevin Winter)Prince, durante un concierto. (Getty/Kevin Winter)En uno de sus pasajes más sorprendentes, James relata la ocasión en 2007, cuando Amy Winehouse fue invitada a unirse a una superestrella como Prince en la última noche de su serie de conciertos en el 02 Arena de Londres para interpretar a dúo su canción 'Love Is a Losing Game'.El videógrafo Phil Griffin, que acababa de empezar a trabajar con el genio de Minneapolis, organizó su encuentro, según recuerda el autor del libro. Después de cantar ante los estruendosos aplausos del público, entraron en el camerino de Prince, donde al poco tiempo llegó Fielder-Civil, que se había convertido recientemente en el esposo de la cantante."Con Blake allí, todo el ambiente cambió", escribe James. "Blake estaba paranoico, entraba en el baño de Prince para drogarse. Estaba completamente nervioso. Había dinero en efectivo en el camerino, simplemente tirado allí, en la mesa de maquillaje. Nadie le prestaba atención".placeholder Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Getty/Roger Kisby)Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Getty/Roger Kisby)Después del espectáculo, James estaba en un coche con la pareja cuando "Blake hizo una broma sobre haber cogido el dinero del camerino. Eran cientos de libras. Había robado el dinero de Prince. Yo estaba mortificado", sigue relatando el autor. "Amy se lo quitó de encima. Yo sabía que ella sabía que estaba mal, pero delante de él se reía de ello, porque se sentía incómoda... Resultó que Blake también había robado algunos cepillos de pelo de Prince".A la mañana siguiente, James recibió una llamada de Griffin. La seguridad de Prince había descubierto que faltaba dinero y acusó al videógrafo, que no llevaba su pase, por lo que en lugar de ser el "director visual de toda la gira de Prince", fue señalado como el culpable del robo y fue "golpeado y expulsado del 02", dice el libro.Foto: Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Reuters)Diez años sin Amy Winehouse, la voz torturada (y explotada) que dejó huella en EspañaJose MadridAl día siguiente, Winehouse llamó a Prince para disculparse y decirle que le devolvería el dinero. Entonces el cantante, fallecido en 2016 por una sobredosis de fentanilo, le dijo: "No me importa el dinero. Es que no está bien lo que pasó con Phil".De hecho, Prince estaba tan preocupado por Amy Winehouse que llamó a Griffin en varias ocasiones para "preguntarle si había algo que pudiera hacer para alejarla de Blake... incluso se ofreció a enviar un avión para que se largara".Amy Winehouse había conocido a Blake Fielder-Civil en un pub de Londres en 2005. Ella estaba arrancando su carrera musical, mientras que él trabajaba como asistente de producción de vídeos. Poco después, Amy se tatuaría 'Blake' en el pecho y él se escribió con tinta 'Amy' detrás de la oreja. Ella estaba convencida de que era el amor de su vida.El matrimonio terminó finalmente en 2009 y estuvo plagado de episodios de violencia física, borracheras que duraban semanas y adicciones a las drogas. Cuando la cantante solicitó el divorcio, Blake Fielder-Civil se encontraba en la cárcel cumpliendo condena por agresión, chantaje y amenazas al dueño de un local de Londres.
