Luis Portillo busca con urgencia un comprador para su 40% en Colonial
Fondos internacionales del entorno de Joaquín Rivero, presidente de Gecina, se perfilan como la opción más viable para cerrar la crisis del grupo, pese a la interrupción de las negociaciones de fusión entre ambas firmas.
Luis Portillo se ha lanzado a la búsqueda de compradores para su 40,6% en Colonial, despuíés de que en la medianoche del pasado viernes anunciara su renuncia a la presidencia de la inmobiliaria, siendo sustituido de forma interina por el consejero delegado de la compañía, Mariano Miguel Velasco. El nombramiento, de carácter provisional, se ha decidido a la espera de que el consejo de administración designe, a partir de esta semana, a un nuevo presidente que no tendrá carácter ejecutivo.
La renuncia de Portillo, forzada por el resto de accionistas de referencia de la sociedad, tuvo lugar despuíés de que los títulos de la compañía perdieran más de un 24% de su valor el pasado viernes, última sesión bursátil del año, acumulando una caída del 37,7% en dos sesiones y del 62% en todo el ejercicio.
Según el comunicado remitido por la empresa tras concluir el consejo de administración celebrado en la noche del viernes, “han influido en la cotización de la empresa las posiciones vendedoras de las contrapartes de determinados instrumentos financieros suscritos por accionistas de Colonial, hecho que, en todo caso, es ajeno a la situación patrimonial de la empresaâ€.
El propio Portillo se desprendió entre el 17 y 20 de diciembre de 34,5 millones de títulos de la empresa, operación que, sin embargo, sucede a otras muchas transacciones de compra y venta de paquetes de acciones realizados en los últimos meses por el empresario con el propósito, fallido a la postre, de sostener la cotización de Colonial.
En la sesión del consejo de administración celebrada el viernes, en la que se acordó una reorganización del propio órgano de gobierno de la empresa, Portillo anunció “que se iba con la intención de venderâ€, según fuentes conocedoras de la reunión.
De esta manera, y según estas fuentes, Portillo podría haber iniciado ya conversaciones con fondos internacionales de inversión que estarían próximos al entorno de Joaquín Rivero, presidente de Gecina, quien, a pesar de haber interrumpido las conversaciones con el empresario sevillano de cara a una posible fusión entre Gecina y Colonial -como adelantó EXPANSIí“N el 29 de diciembre-, aparece como la opción más tentadora para salvar la crisis de la inmobiliaria, dadas las nuevas circunstancias.
De acuerdo con estas fuentes, la adquisición del paquete accionarial de Portillo por parte de estos fondos serviría de puente de plata a la irrupción del empresario jerezano en Colonial.
Problemas
Esta posible escapatoria al callejón sin salida que supone la situación actual de la inmobiliaria afronta, no obstante, serios obstáculos. El primero es que el comprador potencial se vería obligado a lanzar una oferta pública de adquisición de acciones (opa) por el 100% del capital de Colonial, al superar el umbral del 30% considerado por la legislación española como operación de toma de control. El segundo inconveniente es el precio.
Al cierre bursátil del pasado viernes, el paquete de Portillo está valorado en 1.250 millones de euros y, para el aún presidente de Colonial (el consejo de administración aceptará formalmente su dimisión esta semana), vender a este precio supondría ingresar la mitad que hace dos meses, cuando la acción de Colonial superaba los 3 euros (el viernes cerró a 1,88 euros, lo que supone una capitalización de 3.076 millones). “Portillo ya no sólo tiene que encontrar un comprador, sino tambiíén una oferta económica que le satisfaga, lo cual no parece fácilâ€, señalan fuentes próximas al consejo.
Por último, la posible entrada de Joaquín Rivero afronta un tercer obstáculo, y es que íéste está enfrascado actualmente en la solución al problema de la segregación entre Gecina y Metrovacesa, paralizada por el supervisor bursátil francíés (AMF), que podría obligarle a lanzar una opa por el 100% de Gecina, ante sus sospechas en torno a una supuesta concertación entre Rivero y su socio Bautista Soler en el capital de Gecina, donde controlan el 33,1% de los títulos. “Si una fusión a dos bandas podría haber resuelto la situación, el panorama cambia con la compra del 40% y la posterior opa sobre Colonialâ€, explican expertos del sector.
La crisis de Colonial tiene lugar en medio de la vorágine de acontecimientos que azotan negativamente al sector inmobiliario español. La reestructuración de Astroc, la suspensión de pagos de Llanera y las dificultades de Habitat para refinanciar su deuda son las primeras consecuencias de la contracción del mercado residencial español, en un momento en que los bancos, que libran su particular batalla contra la crisis de liquidez originada por el estallido de las hipotecas subprime en Estados Unidos, han cerrado el grifo en los críéditos a las empresas. Según los expertos, el parón inmobiliario se prolongará, como mínimo, hasta 2009.