Por... Fíélix Albisu
El valor del dólar estadounidense, que durante abril inició una caída paulatina en el mercado cambiario, dio un vuelco a su cotización y hoy analistas estiman que podría volver pronto a tres mil pesos colombianos por uno.
Con determinado optimismo, el Banco de la República se refirió el pasado día 30 a la tendencia a la recuperación que venía registrando la moneda nacional, cuyo valor adquisitivo creció el mes pasado en 6,55 por ciento.
Esa reevaluación llegó a alcanzar en 30 días los 57.51 pesos contra el billete de Estados Unidos, lo cual fue destacado a finales de abril por varios medios nacionales en sus espacios financieros.
La tasa referencial del lunes último abrió a 2,851.14 pesos por dólar y ese día la tendencia continuó bajista hasta registrar el martes 2,833.78 unidades.
Sin embargo, ayer miíércoles se invirtieron los papeles y la moneda norteamericana se empinó de nuevo a 2.954.00 pesos, lo que anima a analistas bursátiles a pronosticar que en esta propia semana la caída de la moneda nacional podría alcanzar nuevamente las tres mil unidades por dólar.
Expertos de la Bolsa de Valores de Bogotá consideran que este cambio abrupto de dirección está influido nuevamente por los vaivenes bajistas de los precios del petróleo en el mercado mundial.
En ese sentido se señalan dos factores que están generando la recuperación del dólar: primero una nueva baja en los precios del crudo esta semana y el aumento de la producción anunciado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo, ente que renuncia a la idea de la congelación productiva.
Otro elemento que se maneja en los mercados de divisas internacionales y que tambiíén favorece el valor del dinero estadounidense, es la predicción alentadora del Fondo Monetario Internacional sobre la situación de la economía china.
Con la recuperación de la moneda local alcanzada hasta la pasada semana, la Casa de Bolsa capitalina resaltó el viernes último al cierre de las operaciones cambiarias que el peso se ubicó nuevamente con un valor similar al que tuvo en noviembre del 2015, cuando inició su picada incontrolable que le llevó hasta el 12 de febrero pasado a la caída histórica 3,434.89 unidades.
La tendencia de la píérdida del poder adquisitivo de la moneda colombiana comenzó su declinación en noviembre del 2014, cuando el peso se cotizaba de manera muy favorable en relación con el dólar, a 1,700.00 unidades.
Esta situación bajista se da en medio de una compleja coyuntura de la economía nacional, cuando se anunció una drástica reducción de la exportaciones de 31,8 por ciento en el primer trimestre del 2016, de acuerdo con datos del Departamento Nacional de Estadística (DANE).
Las recientes cifras aportadas muestran que se exportaron en esa etapa valores por seis mil 470 millones de dólares, contra nueve mil 493 millones del año pasado en igual período.
Con ese comportamiento restrictivo del comercio exterior, el desequilibrio en la balanza comercial del país presenta hoy un díéficit de 19 mil millones de dólares.
Ello marca el imperativo de que las ventas externas deban encaminarse a lograr ingresar 30 mil millones de dólares para alcanzar el equilibrio, con productos no minero-energíéticos, según las consideraciones oficiales.
Como resultado del propio complejo panorama de los bajos precios del crudo a nivel internacional, el principal producto exportable del país, que es precisamente el petróleo, han bajado considerablemente sus aportes a los ingresos en divisas a las arcas del país.
El DANE argumentó que la baja en entradas en divisas hasta el tercer mes de este año obedece principalmente a la reducción en las ventas foráneas de combustibles, con una caída de más de la mitad en comparación con igual periodo del 2015.
Todo ello se ha reflejado en el monto de la deuda externa de esta nación andina, que de acuerdo con reportes oficiales de esta semana subió en el 2015 en 111 millones de dólares, incluido los sectores públicos y privado.
Para la nueva ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, posicionada el lunes último por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, el gran reto obligado para Colombia está en diversificar sus exportaciones.
La titular señala que, por otra parte, se debe lograr una más alta productividad en la oferta exportable generando mayor innovación, para que ese producto tenga un valor agregado y se pueda insertar mejor en las cadenas globales del comercio internacional.
Entre las metas de Colombia para recomponer las fuentes de ingresos de divisas, se maneja, entre otros frentes, el fortalecimiento de la rama del turismo, rubro con el que se aspira a ingresar para el 2018 unos 100 millones de dólares, con mejores infraestructuras y mayor número de visitantes extranjeros.
En medio de este entorno adverso, sumado ahora el incierto valor del peso colombiano, el producto exportable líder en crecimiento el año pasado, el cafíé, tropieza a su vez en la actualidad con el obstáculo ocasionado por los efectos del fenómeno de El Niño.
Ya este episodio climático dejó en el primer trimestre del 2016, con su fuerte y prolongada sequía, una merma en la recolección de un millón de sacos del grano, lo que representa algo más de una díécima parte de la producción ríécord del pasado año.