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Autor Tema: EJERCICIO PARA FRENAR LOS PENSAMIENTOS  (Leído 682 veces)

Scientia

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EJERCICIO PARA FRENAR LOS PENSAMIENTOS
« en: Junio 13, 2016, 09:57:59 pm »
http://senderodelmago.blogspot.com.es/2016/06/la-intuicion-impresiones-energeticas.html

EJERCICIO PARA FRENAR LOS PENSAMIENTOS


osa Ruiz
EJERCICIO PARA FRENAR LOS PENSAMIENTOS Y EVITAR EL BLOQUEO EMOCIONAL
El exceso de pensamientos y el caos emocional se encuentran estrechamente relacionados.
A algunos de nosotros un trauma emocional puede habernos dejado con el hábito de pensar en exceso, ya que cuando nos sentimos desbordados en nuestros sistemas emocional y energíético, tendemos a llevar toda esa energí­a sobrante a la mente (describe un cí­rculo alrededor de la cabeza).
Piensa en tu mente como si se tratara de tu protector: es la parte de nosotros que durante años ha creado una lista de instrucciones para evitar el dolor.
De la misma manera que si, por ejemplo, tu padre te regañó una y otra vez cuando eras niño por ir a la cocina y tomar cualquier cosa para comer, llegó un momento en que creaste dentro de tí­ una orden que te repetí­a: “No debo ir a la cocina para tomar algo de comer”.
Esta es una manera muy simplista de identificar lo que nos ocurre a todos a lo largo de nuestra vida; siempre que nos sentimos amenazados o acusados, bien por la energí­a de alguien forma de agresión o bien como reacción emocional, tendemos a crear algo para evitar que esa amenaza vuelva a repetirse. Así­ es cómo creamos “reglas de seguridad” en nuestra mente que nos impidan repetir la misma acción.
Cuando se trata del exceso de pensamientos y del caos emocional en general, ambos se encuentran ligados ya que, cuando nuestro pensamiento está dando vueltas y vueltas (traza un cí­rculo alrededor de la cabeza), lo que debemos descubrir es quíé emoción se encuentra detrás.
Por ejemplo, imaginemos que tuvimos una discusión con un amigo hace unos dí­as, que no podemos quitárnosla de la cabeza (dibuja de nuevo el cí­rculo) y se está convirtiendo en una obsesión. De ser así­, comprobaremos algunas cosas:
1.-Quíé estamos comiendo, cómo es nuestra alimentación. Se puede demostrar cientí­ficamente que si tomamos alimentos vivos y orgánicos que sean favorables para nuestro organismo, nuestro sistema energíético permanecerá activo y vital, mientras que, por el contrario, los alimentos “muertos”, procesados o a los que tengamos alergia, harán que se vuelva más lento.
De manera que, si notamos algunos sí­ntomas de exceso de pensamientos o de caos emocional, lo que vamos comprobar en primer lugar es cómo estamos tratando nuestro cuerpo.
2.- Ejercicio fí­sico. Síé que este nombre desagrada a muchas personas, porque a menudo se relaciona con agotarse fí­sicamente en un gimnasio, pero no tiene por quíé ser así­; puede tratarse, simplemente, de un paseo por nuestro vecindario o de salir a la naturaleza.
Así­ que, cuando notemos que estamos pensando demasiado, antes de nada debemos darnos cuenta de que estamos en un estado obsesivo y de que nuestro cuerpo necesita espacio, y nos aseguraremos de hacer lo que está en nuestra mano para proporcionarle lo que necesita.
3.-Nos preguntamos: ¿quíé emoción se encuentra detrás de todo esto? Porque nuestros pensamientos se encuentran en estrecha relación con nuestro cuerpo emocional.
Por ejemplo, si seguimos dando vueltas y vueltas en nuestra mente a la discusión con ese amigo y estamos enfadados o intentando justificar lo que ocurrió, es muy posible que hayamos entrado en contacto con cierta tristeza acerca de lo que ocurrió.
Y tambiíén es muy probable que, dentro de nuestra sociedad condicionada del siglo XXI, tengamos algunas dificultades para aceptar nuestros sentimientos de vulnerabilidad.
Así­, si tenemos una discusión o un desacuerdo con alguien, la tendencia programada en nosotros es la de ponernos a la defensiva, bien hacia la otra persona, o bien hacia nuestros propias emociones de tristeza y consternación al vernos envueltos en un conflicto.
Podemos hacerlo simplemente sentándonos en una silla durante cinco minutos y colocando las manos en la zona del torso, lo que ya de por sí­ crea un espacio de conciencia para que la energí­a descienda de la zona la cabeza.
Podemos colocarlas en el corazón  y en el vientre, que se encuentra directamente vinculado con las relaciones, y preguntarnos: ¿cómo me siento?
Algunos de nosotros podemos hacer esto durante varios minutos y no sentir nada, pero no debemos desanimarnos si no oí­mos nada en nuestra mente: por el contrario, volveremos de nuevo a la sensación de cómo nos sentimos.
Este es un ejercicio que nos ayuda a ser más autíénticos acerca de nuestros sentimientos, con el fin de evitar que la mente continúe saltando de un pensamiento a otro para llamar nuestra atención acerca de lo que no se está expresando en el pecho).
Simplemente nos preguntamos: ¿quíé estoy sintiendo?, Y otra vez, ¿quíé estoy sintiendo? Quizá sintamos algo, quizá sintamos deseos de llorar y llevaremos entonces la conciencia al vientre (hace cí­rculos con una mano en el vientre mientras con la otra se toca el corazón).
O, quizás, sintamos deseos de reí­r, y eso es lo mejor, porque la risa es la mejor forma de llorar que podemos tener.
Cualquiera que sea la emoción que surja, repetiremos el proceso de acariciar nuestro vientre en sentido circular mientras continuamos preguntándonos: ¿quíé estoy sintiendo? Nos será especialmente útil a aquellos de nosotros para quienes resulte más sencillo saltar a los pensamientos que conectar con los sentimientos.
El exceso de pensamientos se produce cuando el sistema nervioso está sobrecargado y a causa de emociones intensas, de manera que sabemos que si estamos pensando sin cesar, lo que ocurre en realidad es que nuestro cuerpo necesita espacio; la mitad inferior del cuerpo, del cuello hacia abajo está gritando: “¡por favor, mí­rame, siíénteme!
¡Baja del piso de arriba!¡La razón por la que subes ahí­ es porque no quieres saber nada de lo que está pasando aquí­ abajo!”.
De manera que díémonos el tiempo para sentarnos y permanecer en contacto con nuestras emociones. Deja salir todo lo que emerja a la superficie y deja que se libere.
Al terminar el ejercicio, tambiíén puede sernos de utilidad escribir o tomar algunas notas acerca de lo que aparece en nuestra conciencia porque, cuando vuelvan los pensamientos, siempre podremos leer esa página que dice:” Estoy triste por lo que ha ocurrido con mi amigo”.
Respira, deja que la inhalación baje realmente al vientre, porque en esos estados tendemos a respirar de forma superficial y frota tu vientre en cí­rculos como lo harí­as con un bebíé. Esto proporcionará el alivio que necesitamos en esos momentos de sobrecarga.
Preguntate : ¿quíé es lo que te ayuda a volver a ti mismo/a? Porque cuando nos encontramos en estados de caos emocional y con exceso de pensamientos significa que ya nos hemos salido de nuestro centro…
Lee Harris Energy